al carecer de una política de población
Por el Dr. Roberto Castellano
Empiezan a conocerse los primeros resultados del Censo que se realizara en el año 2010. Una de las primeras y más alarmantes verificaciones, es que en los últimos 10 años, nuestro país no llegó a la tasa de reposición poblacional de 2,1 anual; dando como resultado un mayor envejecimiento de su capital humano.
El coeficiente de 2,1 es lo que los demógrafos estiman como mínimo necesario para que una comunidad reemplace sus defunciones con nacimientos de modo que -sin crecer- siempre exista la misma cantidad de población. Pero cuando ello no sucede, como revela el censo gubernamental, puede haber la misma población por mayor sobrevida pero no por nacimientos lo que redunda en un claro envejecimiento poblacional.
Este envejecimiento torna inviable cualquier sistema previsional dado que no hay ni puede haber el número necesario de activos aportantes para sostener a los que están en situación pasiva, colocando además, al país en la lista de naciones que no interesan a las inversiones dado la exigua población y pequeñez consecuente de su mercado interno.
A la luz de los resultados señalados parecería que estaría teniendo éxito la política de control o desaliento demográfico mediante la promoción de la anticoncepción, la liberalización del aborto, la autorización ilegal de los abortivos químicos, el reparto de preservativos, el descrédito del matrimonio entre hombre y mujer y la ausencia de programas de fortalecimiento de la familia que externamente se alienta.
Quedaría así la Argentina relegada al papel de simple proveedora de materias primas para economías más desarrolladas, con poca o nula población que asegure que el superávit de sus exportaciones se destine a atender el endeudamiento externo y que la carencia crónica de nueva población se supla con la incorporación de inmigración de baja calificación o nula capacitación que asegure producción primaria barata.
El abandono de la consigna “Gobernar es poblar” que colocó a nuestra Patria entre las primeras del mundo por ideologías foráneas coloniales disfrazadas de “derechos sexuales”, “saludes reproductivas”, “paternidades responsables”, “planificaciones familiares” hoy ya muestran su resultado: Una Argentina empequeñecida y degradada.
Dr. Roberto Castellano Presidente de Pro-Vida (ONG)
diario7.com.ar/ 7-2-11