NOTIVIDA, Año XIII,
Nº 893, 10 de agosto de 2013
El empresario
kirchnerista Aurelio Narvaja, miembro activo de Carta Abierta y dueño de la
editorial Colihue, hizo pública una carta en la que enfáticamente defiende la
pornografía que edita y que el Gobierno nacional compra y distribuye en las
escuelas del país.
Entre otras cosas
dice Narvaja: “Les hacemos llegar nuestra respuesta a las críticas que en la Provincia de Mendoza se
han levantado con clara intención electoral, contra libros comprados por el
Ministerio de Educación”. “Nos referiremos a los libros de nuestra editorial
incluidos en los comentarios de los censores”, y aclara seguidamente que hace
extensiva su solidaridad con los autores, ilustradores y editores de otras
obras cuestionadas, que “también han caído bajo la lupa prejuiciosa, inculta y
cursi de quienes se arrogan la potestad de determinar qué cosas son buenas para
la lectura de adolescentes en edad de elegir Presidente de la República ”.
“Entendemos que si el
Ministerio de Educación retrocede … gran parte del terreno ganado lo estaríamos
regalando. Tendríamos que volver a bajar los cuadros, pero ahora no los de
Videla y Bignone, sino los de León Ferrari, Carlos Alonso, Carpani”.
Al referirse al
"sexo explícito", que aparece en las palabras y dibujos de sus
historietas, afirma: “forma parte de la vida y por eso de la mejor literatura,
dibujada o no”.
“El nivel de los
críticos -sentencia Narvaja- es sólo comparable a su estatura moral”. Se declara orgulloso de que “los jóvenes de
todo el país puedan tener acceso a los autores que se cuestionan” y a las
críticas recibidas -de parte de los que califica como “retrógrados”- las
considera como “un auténtico atentado contra la libertad creativa y la cultura
argentina”.
Le preocupa
finalmente que las denuncias hagan “caer el sistema de compra y distribución de
libros por el Ministerio de Educación” y remata con un: “No lo permitiremos”.
Pornografía, sexo
precoz y frustación
Las lecturas que
banalizan la sexualidad, los programas de TV que promueven la iniciación sexual
temprana y la erotización a través de imágenes pornográficas; derivan muchas
veces en el sexo ocasional o promiscuidad.
Los jóvenes son
particularmente sensibles a estos
estímulos. El sexo casual les provoca stress, sentimiento de culpa,
arrepentimiento, displacer, niveles más bajos de autoestima, de satisfacción y
de felicidad, resultados que arrojaron los estudios hechos recientemente en
universidades norteamericanas, según comentó Mon. Héctor Aguer, Arzobispo de La Plata y Presidente de la Comisión Episcopal
de Educación Católica, en su alocución televisiva semanal en el programa
“Claves para un Mundo Mejor”.
El prelado platense advirtió hoy que sobre la moral
cristiana en materia de sexualidad “nos quieren infundir una especie de
complejo de culpa”, pero estos estudios que relacionan este descontrol sexual
con problemáticas psicológicas muy concretas y con una alteración y un
detenimiento del proceso de maduración de la personalidad, son muy
significativos desde el punto de vista de la educación”.