Por Joaquim de
Alburquerque
Un caballo de Troya
para introducir el aborto irrestricto.
La presidente de
Brasil Dilma Rousseff, sancionó la ley que prácticamente libera el crimen abominable
del aborto con la excusa de la “relación sexual no consentida”, ya que habilita
a las mujeres, en cualquier momento del embarazo, a presentarse para abortar en
los establecimientos de salud, alegando que han sido víctimas de “violencia
sexual”. Para pretender abortar bajo ese supuesto, no es necesaria ninguna
investigación policial o judicial; basta con la declaración de la mujer. La
presidente no vetó ni una coma del texto aprobado por el Congreso.
Según fuentes de
Brasil, se trata de la incorporación a la legislación nacional de la Norma Técnica del
Ministerio de Salud de tratamento dos agravos decorrentes da violência sexual,
que establece la asistencia médica integral, incluido el aborto, para los casos
de violencia sexual. La
Norma Técnica se aplicaba en un centenar de hospitales.
Es de notar que la
ampliación del concepto de violación o violencia sexual, fue expuesto por la
activista internacional pro-aborto, Adrienne Germain, de la International Women
Health Coalition, en 1998. (Vid. O PLC 03/2013 deve ser parcialmente vetado?)
Pero hay más, para la
feminista Angela Freitas, de la organización Articulação de Mulheres
Brasileiras (AMB), la ley sirve para enfrentar mejor las trabas legales que
ponen los “antiabortistas”; para obligar a los “hospitales religiosos” a
realizar abortos; y para obligar a todos los médicos a hacer abortos.
La resistencia
Entre los miles de cristianos (católicos y
evangélicos) que pidieron a la presidente el veto total, estuvieron Mons.
Antonio Rossi Keller, obispo de Frederico Westphalen y Mons. Celso Marchiori,
obispo de Apucarana, (16 de julio); la Comisión Pro Vida de la Regional Sud 1 de la Conferencia Episcopal ,
que reúne 42 diócesis, (17 de julio), (vid. NG 1163; 1165); y la Comisión de Bioética y
Defensa de la Vida
de la arquidiócesis de Campinas (23 de julio).
Mons. Rossi Keller
advirtió: “el Poder Ejecutivo, después de sancionar la Ley , establecerá las
reglamentaciones y las normas técnicas que abrirán el camino a la implantación,
en la práctica, del aborto irrestricto”.
El 16 de julio, el
Secretario de la
Conferencia Episcopal , Mons. Leonardo Steiner, obispo
auxiliar de Brasilia, excediéndose en sus atribuciones, exigía a todos los
obispos una postura uniforme a favor del veto parcial de la ley. Además
reclamaba, sin derecho alguno, a los fieles laicos la misma uniformidad. (Esa
carta de Mons. Steiner, estuvo en la web del Arzobispado de San Pablo durante
unas horas).
El 19 de julio, la Conferencia Episcopal
anunció oficialmente que había pedido a la presidente el veto parcial el 17 de
julio. Entre los que acompañaron la petición de veto parcial estuvieran
representantes del grupo Brasil Sem Aborto, una organización en la que militan
católicos malminoristas.
Pero lo que más asombra es que el mismo 17 de julio,
Mons.Steiner fue recibido en audiencia por la ministra jefe de la Casa Civil de la Presidencia , Gleisi
Hoffmann, pidiendo que el Poder Ejecutivo retirase con urgencia del Congreso,
el proyecto de ley 5.807/2013, sobre el Nuevo Marco Regulatorio de la Minería , el cual, según la Conferencia Episcopal
requiere un mayor estudio en orden a preservar el medio ambiente y las
exigencias de los “pueblos originarios”.
NOTICIAS GLOBALES,
Año XVI. Número 1082, 16/13. Gacetilla n° 1197. Buenos Aires, 1 agosto 2013