Un ultraconservador divide y complica a los republicanos
Por Ana Baron
Con sus tres inesperadas victorias en los estados de Minnesota, Missouri y Colorado, el ultra conservador ex senador por Pennsylvania, Rick Santorum, logró resucitar milagrosamente su campaña electoral y provocó nuevamente una gran confusión en las internas del Partido Republicano.
En efecto, tras las elecciones que tuvieron lugar el último fin de semana en Florida, todo parecía indicar que la nominación del ex gobernador de Massachussets, Mitt Romney, como candidato a presidente republicano era inevitable. Pero el triple triunfo de Santorum del pasado martes indica que la derecha conservadora y religiosa –es decir, los militantes más activos del Partido Republicano– siguen desconfiando de Romney por sus posiciones moderadas y porque además es mormón.
Santorum, un ferviente católico que en una ocasión comparó la homosexualidad con la zoofilia y con una disfunción social, agradeció su triunfo a Dios y al fundamentalista Tea Party.
“Yo no soy la alternativa conservadora a Romney sino la alternativa conservadora a Barack Obama”, dijo. “El conservadurismo está vivo y goza de buena salud.” En Missouri, el ex senador le ganó a Romney por 30 puntos;en Minnesota, por 38 puntos; y en Colorado, por 5 puntos. De esta manera quedó en claro que Santorum es capaz de desplazar al ex presidente de la Cámara de Diputados, Newt Gingrich, del segundo lugar que detentaba hasta ahora en la carrera hacia la nominación republicana.
Mucho dependerá, sin embargo, de Foster Friess, el billonario cristiano que ha ejercido como mecenas casi exclusivo de la campaña electoral de Santorum.
A los 71 años, Friess se presenta como el presidente de un fondo de inversión dedicado a preservar los “valores de los padres fundadores de la Patria”. Convertido al cristianismo en 1971, Friess ve en Santorum el candidato que puede restaurar la moralidad en Estados Unidos.
De todos los precandidatos, el ex senador por Pennsylvania es, de hecho, el que más credenciales tiene para representar al conservadurismo religioso. No sólo está en contra del aborto sino que, además, describe a las pastillas anticonceptivas como “una licencia para hacer cosas sexuales que van en contra de lo que debe ser”. En 2003 habló de la necesidad de tener “leyes que prohíban la poligamia, el adulterio, la sodomía y otras acciones antiéticas y contrarias a una familia sana, estable y saludable”.
Santorum venía disputándole el voto de la derecha religiosa a Newt Gingrich, mano a mano. Este sector del electorado desconfía de Mitt Romney por sus posiciones moderadas en materia de valores sociales, es decir, al nivel del aborto, la homosexualidad y otros asuntos. También cuestionan el hecho de que es mormón, una religión que –según ellos– no es cristiana, y además acepta la poligamia abiertamente. Temen que, en tanto ex obispo de su iglesia, Romney dé espacio a que sus jerarcas utilicen la Casa Blanca como plataforma para predicar sus creencias.
Tras las elecciones de Minnesota, Missouri y Colorado, Santorum obtuvo un nuevo impulso, pero nadie cree que será suficiente para imponerse contra Romney.
El ex gobernador de Massachusetts reconoció la victoria de su rival. “Ha sido una buena noche” para Santorum, dijo. “Pero yo espero ser el nominado. Cuando estas internas se terminen, estaremos todos juntos”, agregó recordándoles a los presentes que él es el único candidato que no ha trabajado en Washington en el gobierno federal. “Washington no puede ser reformado por aquellos que están contaminados por la cultura de Washington”, les dijo.
Sin duda, Romney tiene más plata, más organización y un apoyo de los jerarcas de su partido del que Santorum carece. Sin embargo, su triple derrota del martes es un buen indicador de que no es invencible y de que su campaña electoral está fallando .
Según John Brabender, uno de los asesores de Santorum, si la carrera en la interna partidaria fuera entre Romney y Santorum, gana éste último. De hecho, es verdad que nadie ha logrado la candidatura presidencial republicana sin el apoyo de la derecha conservadora. La única ventaja que tiene hasta ahora Romney es que este sector está dividido y no logra consensuar el apoyo a un único candidato. Está votando mayoritariamente por Gingrich y por Santorum, pero en Florida también votó por el ex gobernador de Massachussetts.
Clarin, 9-2-12
Por Ana Baron
Con sus tres inesperadas victorias en los estados de Minnesota, Missouri y Colorado, el ultra conservador ex senador por Pennsylvania, Rick Santorum, logró resucitar milagrosamente su campaña electoral y provocó nuevamente una gran confusión en las internas del Partido Republicano.
En efecto, tras las elecciones que tuvieron lugar el último fin de semana en Florida, todo parecía indicar que la nominación del ex gobernador de Massachussets, Mitt Romney, como candidato a presidente republicano era inevitable. Pero el triple triunfo de Santorum del pasado martes indica que la derecha conservadora y religiosa –es decir, los militantes más activos del Partido Republicano– siguen desconfiando de Romney por sus posiciones moderadas y porque además es mormón.
Santorum, un ferviente católico que en una ocasión comparó la homosexualidad con la zoofilia y con una disfunción social, agradeció su triunfo a Dios y al fundamentalista Tea Party.
“Yo no soy la alternativa conservadora a Romney sino la alternativa conservadora a Barack Obama”, dijo. “El conservadurismo está vivo y goza de buena salud.” En Missouri, el ex senador le ganó a Romney por 30 puntos;en Minnesota, por 38 puntos; y en Colorado, por 5 puntos. De esta manera quedó en claro que Santorum es capaz de desplazar al ex presidente de la Cámara de Diputados, Newt Gingrich, del segundo lugar que detentaba hasta ahora en la carrera hacia la nominación republicana.
Mucho dependerá, sin embargo, de Foster Friess, el billonario cristiano que ha ejercido como mecenas casi exclusivo de la campaña electoral de Santorum.
A los 71 años, Friess se presenta como el presidente de un fondo de inversión dedicado a preservar los “valores de los padres fundadores de la Patria”. Convertido al cristianismo en 1971, Friess ve en Santorum el candidato que puede restaurar la moralidad en Estados Unidos.
De todos los precandidatos, el ex senador por Pennsylvania es, de hecho, el que más credenciales tiene para representar al conservadurismo religioso. No sólo está en contra del aborto sino que, además, describe a las pastillas anticonceptivas como “una licencia para hacer cosas sexuales que van en contra de lo que debe ser”. En 2003 habló de la necesidad de tener “leyes que prohíban la poligamia, el adulterio, la sodomía y otras acciones antiéticas y contrarias a una familia sana, estable y saludable”.
Santorum venía disputándole el voto de la derecha religiosa a Newt Gingrich, mano a mano. Este sector del electorado desconfía de Mitt Romney por sus posiciones moderadas en materia de valores sociales, es decir, al nivel del aborto, la homosexualidad y otros asuntos. También cuestionan el hecho de que es mormón, una religión que –según ellos– no es cristiana, y además acepta la poligamia abiertamente. Temen que, en tanto ex obispo de su iglesia, Romney dé espacio a que sus jerarcas utilicen la Casa Blanca como plataforma para predicar sus creencias.
Tras las elecciones de Minnesota, Missouri y Colorado, Santorum obtuvo un nuevo impulso, pero nadie cree que será suficiente para imponerse contra Romney.
El ex gobernador de Massachusetts reconoció la victoria de su rival. “Ha sido una buena noche” para Santorum, dijo. “Pero yo espero ser el nominado. Cuando estas internas se terminen, estaremos todos juntos”, agregó recordándoles a los presentes que él es el único candidato que no ha trabajado en Washington en el gobierno federal. “Washington no puede ser reformado por aquellos que están contaminados por la cultura de Washington”, les dijo.
Sin duda, Romney tiene más plata, más organización y un apoyo de los jerarcas de su partido del que Santorum carece. Sin embargo, su triple derrota del martes es un buen indicador de que no es invencible y de que su campaña electoral está fallando .
Según John Brabender, uno de los asesores de Santorum, si la carrera en la interna partidaria fuera entre Romney y Santorum, gana éste último. De hecho, es verdad que nadie ha logrado la candidatura presidencial republicana sin el apoyo de la derecha conservadora. La única ventaja que tiene hasta ahora Romney es que este sector está dividido y no logra consensuar el apoyo a un único candidato. Está votando mayoritariamente por Gingrich y por Santorum, pero en Florida también votó por el ex gobernador de Massachussetts.
Clarin, 9-2-12