Sra. Presidente:
Me tomo la libertad de volver a escribirle, con el objeto de hacerle llegar algunos comentarios y reflexiones sobre sus palabras al reasumir su importantísimo cargo en la Casa Rosada el 25 del corriente. Ante todo, me impactó su aparición con esa horrible cicatriz cicatrizando, en su cuello. Al estupor siguió en mí algo que me hizo cerrar los ojos, una impresión muy fuerte de repulsa. Admiré su audacia, porque siendo usted, como lo manifestó, “esclava de la estética”, exhibir tal trofeo debió resultarle muy duro.
Después me dio lástima y entendí su sacrificio ante la “política”. No sé a qué se refería. Yo, más que a la política, lo atribuiría al “cholulaje”. ¿Tanto la asusta “el qué dirán”?
Ya debería estar por encima de estos chismes. Si usted fue la que sufrió el quirófano, ¿qué le importa lo que digan las malas lenguas opositoras?
Seguro que algún infiltrado de esos se lo aconsejó. Muy valiente su actitud, pero a mi poco entender, de pésimo gusto. Con su perdón…
Pero como se refirió al tan vapuleado tema de la GUERRA DE MALVINAS, debo transmitirle mi pensamiento sobre sus palabras.
Con dolor debo decirle que me ofendió profundamente con sus expresiones y hago extensiva esa ofensa a todos y todas los que de una u otra forma constituimos una gran familia tocada por el dolor y el honor y el orgullo de haber sido protagonistas de una de las acciones más significativas de la Historia Argentina, cual fue la DECISIÓN DE RECUPERAR LAS ISLAS MALVINAS, después de 150 años de oprobiosa usurpación.
La reapertura del Informe Rattenbach es, ciertamente, innecesaria. Cualquier argentino medianamente interesado en el tema MALVINAS conoce tal informe, lo leyó, lo comentó, lo discutió. Incluso no creo que usted lo desconozca y su público aplaudidor o no sabe de qué se trata o son una manga de adulones…
En cuanto a su referencia a la necesidad de la Junta de tapar episodios dolorosos de una guerra fratricida, sórdida, cruel, es, por lo menos, aberrante. Como Comandante en Jefe de las FFAA de la Nación que gobierna, jamás debería menoscabar la grandeza de una GUERRA JUSTA, militar e institucionalmente librada por hombres que, vistiendo el uniforme se su PATRIA, sin otro incentivo que la JUSTICIA y el DEBER, sin ideologías ni fanatismo, dieron de sí lo más precioso: su vida, su sangre, sus amores, sus familias, su futuro…
Dijo al pasar que a los muertos de MALVINAS “se los recuerda y se los homenajea” ¿le parece suficiente? A mi entender, les está diciendo que fueron unos “idiotas útiles” y a sus familias, ¡QUE DIOS LAS AYUDE! ¡Qué distinto, Señora, a como reivindica el dolor, muy respetable por cierto, de las Madres de Plaza de Mayo! Las comparaciones son siempre odiosas, pero ésta, además, es denigrante.
Debió ser más sincera y decir que las FFAA que comanda no tienen ni hondas para tirar piedras, mal que nos pese, y por lo tanto, humildemente pedir al usurpador que negociemos, porque seguro que a ellos les va a ir mejor que a nosotros. Esgrimen la “autodeterminación de sus súbditos” y… listo. Como mostró su cicatriz, así ahora le estamos mostrando al enemigo las heridas purulentas de una ARGENTINA que ni siquiera valora a sus HÉROES. No sé si sabe que el Reino Unido ha decretado por 90 años la (no) apertura de sus secretos de la GUERRA DEL ATLÁNTICO SUR. Son viejos guerreros, no se equivocan. Aprendamos…
Respecto al poco feliz epíteto de “colonialistas”, tómelo como un elogio. Nos comparan con ellos, a nosotros, que nos avergonzamos de haberlos enfrentado. Y los mandan su canciller y su vicepresidente a estudiar historia, a ellos que la escribieron por esos mares del Globo.
Y ellos, todavía nos elevan de categoría reforzando sus defensas, contra nosotros… Realmente debería sentirse orgullosa. Pero le advierto, así como piensa que la RECUPERACIÓN DE MALVINAS fue el manotón de ahogado de un gobierno que se caía y que el pueblo no tuvo nada que ver, el enemigo sabe que los argentinos “no somos empanadas que se comen con la boca abierta” (GRAL. JOSÉ DE SAN MARTÍN) y toma sus recaudos… Para su mejor asesoramiento, le recomiendo la lectura de “LOS CIEN DÍAS”, del ALT. SANDY WOODWARD, y “NO PICNIC”, del BRIGADIER JULIÁN THOMPSON, importantes jefes militares ingleses que pelearon MALVINAS y reconocen el valor y la gallardía del soldado argentino y lo que usted llamó “SUICIDIO” fue la admiración del mundo entero.
Señora, si usted pretende que reneguemos de la GESTA, que nos avergoncemos de las auténticas cicatrices sin cicatrizar, que despilfarremos nuestros recursos, que nos sintamos poderosos porque los indiferentes y traidores de 1982 hoy son convenientemente amigos, está en tremendo error. La sangre de MALVINAS aún está fresca y bulle en el corazón de los argentinos de bien, de los cuales formo parte, y no le permito su ofensa…
¡¡¡AL GRAN PUEBLO ARGENTINO, SALUD!!!
RESPETUOSAMENTE,
María Delicia Rearte de Giachino
DNI 1605228
Publicado por Pacificación Nacional Definitiva, 3-2-12