Las píldoras del día después asomaron con timidez hace más de una década. Mientras los sectores más conservadores repetían que eran abortivas y los ginecólogos se cansaban de explicar que no, las argentinas comenzaron a consumirlas cada vez más y más. Y así, en siete años, las ventas se quintuplicaron.
Son 160 pastillas por hora. Si se las junta, en un día suman 3.863. Por año, casi un millón y medio. Las píldoras del día después o “anticoncepción de emergencia” fueron pensadas para eso, para las emergencias, pero en Argentina su consumo creció tanto que los especialistas creen que son muchas las mujeres que las usan como un anticonceptivo habitual .
Clarín, 28-1-12
Benedicto XVI carga contra un plan de Obama sobre el aborto
Son 160 pastillas por hora. Si se las junta, en un día suman 3.863. Por año, casi un millón y medio. Las píldoras del día después o “anticoncepción de emergencia” fueron pensadas para eso, para las emergencias, pero en Argentina su consumo creció tanto que los especialistas creen que son muchas las mujeres que las usan como un anticonceptivo habitual .
Clarín, 28-1-12
Benedicto XVI carga contra un plan de Obama sobre el aborto
Por Julio Algañaraz
El Papa y la Iglesia de Estados Unidos terminaron de alinearse contra el presidente Barak Obama ... tras la visita al Vaticano de 15 obispos de ese país encabezados por el arzobispo de Nueva York, Timothy Nolan, el que en febrero será elevado a la púrpura cardenalicia en el Consistorio convocado por Benedicto XVI. La ofensiva se ubica ahora contra un plan del presidente demócrata sobre el aborto y los anticonceptivos.
Esta no es una novedad, aunque la dureza y energía de las críticas del Papa Joseph Ratzinger contra Obama en el discurso que pronunció a los obispos norteamericanos –en plena campaña electoral para las elecciones presidenciales de noviembre– representan un llamado abierto a la movilización en defensa “del derecho a la vida” y contra “la cooperación con prácticas intrinsecamente malas”. Ya en otras elecciones la Iglesia norteamericana reclamó a los 70 millones de fieles católicos del país que votaran por los candidatos contrarios al aborto y al uso de anticonceptivos, siendo hostiles a los manejos biológicos como el uso de embriones en la maternidad asistida, las uniones libres y el matrimonio entre personas del mismo sexo.
El actual Papa ha acentuado la lucha sin cuartel con “tolerancia cero” en estas cuestiones, teniendo en cuenta, según Benedicto XVI, “la influencia del modo de vida” de Estados Unidos sobre el resto del mundo.
El detonante de la declaración de guerra del pontífice a Obama es la decisión del presidente de adoptar un plan que preve reembolsar el precio de una píldora abortiva que actúa luego de una relación sexual considerada de riesgo a fin de prevenir el embarazo. Es la llamada “píldora del día después”.
La posición de la administración demócrata de Washington es neta. Desde el 1 de agosto próximo, todos los contratos de seguro social sobre la salud deberán responder a los requisitos nuevos. Quienes decidan no reembolsar los gastos por la píldora abortiva y aleguen objeciones de conciencia deberán adaptarse a las nuevas reglas.
El arzobispo de Nueva York, Timothy Dolan, es el adalid de la campaña contra Obama en este terreno desde hace meses y habló en la ceremonia del encuentro del Papa con los 15 obispos norteamericanos en el Vaticano. “No estamos de acuerdo con la opinión de un gobierno que considera la contracepción una enfermedad a curar”, dijo monseñor Dolan. El Papa, a su vez, dijo aludiendo a los anticonceptivos: “La separación entre la Iglesia y Estado no significa que la Iglesia deba permanecer en silencio frente a determinadas cuestiones”.
Clarín, 28-1-12
El Papa y la Iglesia de Estados Unidos terminaron de alinearse contra el presidente Barak Obama ... tras la visita al Vaticano de 15 obispos de ese país encabezados por el arzobispo de Nueva York, Timothy Nolan, el que en febrero será elevado a la púrpura cardenalicia en el Consistorio convocado por Benedicto XVI. La ofensiva se ubica ahora contra un plan del presidente demócrata sobre el aborto y los anticonceptivos.
Esta no es una novedad, aunque la dureza y energía de las críticas del Papa Joseph Ratzinger contra Obama en el discurso que pronunció a los obispos norteamericanos –en plena campaña electoral para las elecciones presidenciales de noviembre– representan un llamado abierto a la movilización en defensa “del derecho a la vida” y contra “la cooperación con prácticas intrinsecamente malas”. Ya en otras elecciones la Iglesia norteamericana reclamó a los 70 millones de fieles católicos del país que votaran por los candidatos contrarios al aborto y al uso de anticonceptivos, siendo hostiles a los manejos biológicos como el uso de embriones en la maternidad asistida, las uniones libres y el matrimonio entre personas del mismo sexo.
El actual Papa ha acentuado la lucha sin cuartel con “tolerancia cero” en estas cuestiones, teniendo en cuenta, según Benedicto XVI, “la influencia del modo de vida” de Estados Unidos sobre el resto del mundo.
El detonante de la declaración de guerra del pontífice a Obama es la decisión del presidente de adoptar un plan que preve reembolsar el precio de una píldora abortiva que actúa luego de una relación sexual considerada de riesgo a fin de prevenir el embarazo. Es la llamada “píldora del día después”.
La posición de la administración demócrata de Washington es neta. Desde el 1 de agosto próximo, todos los contratos de seguro social sobre la salud deberán responder a los requisitos nuevos. Quienes decidan no reembolsar los gastos por la píldora abortiva y aleguen objeciones de conciencia deberán adaptarse a las nuevas reglas.
El arzobispo de Nueva York, Timothy Dolan, es el adalid de la campaña contra Obama en este terreno desde hace meses y habló en la ceremonia del encuentro del Papa con los 15 obispos norteamericanos en el Vaticano. “No estamos de acuerdo con la opinión de un gobierno que considera la contracepción una enfermedad a curar”, dijo monseñor Dolan. El Papa, a su vez, dijo aludiendo a los anticonceptivos: “La separación entre la Iglesia y Estado no significa que la Iglesia deba permanecer en silencio frente a determinadas cuestiones”.
Clarín, 28-1-12