DON BOSCO

DON BOSCO
"BUENOS CRISTIANOS Y HONRADOS CIUDADANOS"

In Memoriam


P. LEONARDO CASTELLANI
(1899 – 1981)


El P. Leonardo Castellani merece mucho más que un simple recuerdo. Su polifacética figura de luchador, hombre de letras, teólogo y filósofo, sabio y piadoso comentarista de los Evangelios, apenas puede esbozarse en pocas líneas, cuando el dolor de su ausencia está aún fresco en quienes lo reconocemos como maestro.

Sobre su tumba podría escribirse en apresurado intento de síntesis: “Amó a la Patria y a Dios en su Iglesia”.

“Amar la patria es el amor primero
y es el postrero amor después de Dios;
y si es crucificado y verdadero,
ya son un solo amor, ya no son dos”.

Pero su amor no fue un amor de complacencia, fácil y cómodo, sino un amor crítico, con exigencias de difícil testimonio. Como Cristo pudo decir: “Para esto nací y vine al mundo, para dar testimonio de la Verdad”. De la Verdad dolorosa, de la Verdad crucificada.

“… porque de las ruinas de este país, que llevo edificado sobre mis espaldas, cada rato me cae un ladrillo al corazón. ¿Quién se enferma que yo no me enferme? Dios me ha hecho el órgano sensible de todas las vergüenzas de la patria, y lo que es peor, de cada alma que se desmorona”.

Las “llagas de la Iglesia” que denunciaba Rosmini, estigmatizaron también su cuerpo y su alma. Su crítica fue dura, irónica y humorosa, profética con frecuencia. Pero estamos ciertos que, como en Bernanos o Catalina de Siena, no nació nunca del rencor o del resentimiento, sino del amor herido, que quiere hiere porque quiere sanar y corregir. Para confirmarlo está el testimonio de su vida y de su fidelidad.

Ha combatido el buen combate, ha concluido su carrera, ha guardado la fe. El Señor lo habrá premiado con su corona de justicia. Hoy puede -por fin- descansar. Pero sembró en nuestras almas la semilla de la verdad que nos negará el descanso hasta que veamos madurar -para la Iglesia y para la Patria- la cosecha abundante de frutos esperados.

P. ALBERTO EZCURRA