NOTIVIDA, Año
XXIII, Nº 1332, 3 de agosto de 2023
“Reivindicar el
derecho al aborto, al infanticidio, a la eutanasia, y reconocerlo legalmente,
significa atribuir a la libertad humana un significado perverso e inicuo: el de
un poder absoluto sobre los demás y contra los demás” (EV 20).
Se realizó hoy en
la cámara baja un panel con el título “La eutanasia como derecho”, organizado
por la diputada Mara Brawer (FdT, Ciudad de BsAs), autora de uno de los
proyectos que tramita en el Congreso (expte. 4855-D-2022).
Al abrir la
jornada Brawer dijo que “todos tenemos derecho a decidir cómo terminar nuestras
vidas y a decirle no al sufrimiento irreversible” y agregó que su proyecto no
es algo aislado, porque hay expedientes de distintos bloques. Mencionó a todos
los autores y cofirmantes de los proyectos de Juntos por el Cambio.
Las exposiciones
Mario Pecheny,
Vicepresidente de Asuntos Científicos del CONICET, impulsor y miembro de la
“Red de Cuidados, derechos y decisiones en el final de la vida” de ese
organismo.
“Tenemos derecho a
la eutanasia y al suicidio asistido, en el marco del derecho a tener derechos”.
“En el caso de la eutanasia es el derecho a tener derechos en el fin de la vida
o en una situación de dolor o sufrimiento subjetivamente insoportable”, afirmó.
Distinguió entre el dolor (que se puede paliar) y el sufrimiento que “para los
que lo padecen puede ser insoportable”.
“La eutanasia
requiere de la cooperación del sistema de salud para ponerla en práctica, como
otros derechos, por ejemplo, los derechos reproductivos”. Remarcó que “nadie
está obligado a una práctica con la que no está de acuerdo y que puede haber
objeción de conciencia en tanto se garantice institucionalmente el derecho”.
Resaltó el principio “ético-liberal-democrático” que requiere “la separación de
la Iglesia y del Estado”.
Carlos “Pecas”
Soriano, médico especialista en emergentología que colaboró con la redacción
del proyecto de eutanasia que presentó la camporista Gabriela Estévez y se
conoce como “Ley Alfonso”. Autor del libro “Morir con dignidad en Argentina”.
“El estado es el responsable
de garantizar las libertades individuales”, dijo citando a Kant y enfatizó: “el
estado somos todos”.
Mencionó que hace
40 años que trabaja en terapia intensiva y trata con moribundos, y está
“apasionado con el tema de la muerte digna”. Describió su experiencia con
Alfonso Oliva un joven cordobés con ELA que no tenía grandes dolores, pero sí
un “sufrimiento existencial” por el que no quería que otros pasaran. Remató con
un poema holístico de su autoría.
Mario Sebastiani,
obstetra del Hospital Italiano que durante años bregó por la legalización del
aborto y ahora lo hace con la eutanasia.
“Siempre que hablo
de estor temas estoy pensando en lo que va a pasar en esta Casa” dijo
refiriéndose al Congreso, entonces preguntó “¿de quién es tu vida?”. Y con
énfasis respondió: “mi vida es mía”. “¿Dónde está el dolorímetro? ¿Dónde está
el sufrientómetro?, añadió.
“Le estamos
pidiendo a los legisladores que le saquen las esposas a los médicos para que
puedan ayudad a morir, que es una de las cosas que tiene que hacer la
medicina”.
“Estamos cerca de
la eutanasia” “porque ya tenemos órdenes de no reanimación”, “hoy tenemos la
adecuación del sostén vital”, “uno puede resolver cuando está en el terreno de
la futilidad”.
Le pidió a los
diputados que no describan las situaciones en las que se puede acceder a la
eutanasia porque, según considera, los médicos saben trabajar. La otra cosa que
“le preocupa” es el Comité, que “tiene que ser muy ágil” y espera que “no esté
tocado por la Academia Nacional de Medicina”, “ni por la Academia de Moral”,
“ni por el judaísmo, ni por el catolicismo, ni por los otros que nunca me
acuerdo como se llaman” (sic).
Al final pidió
quitar la palabra “muerte”, de los discursos, “porque en este mundo latino no
impacta bien”. “No hablamos de la muerte, hablamos de la vida”. “Van a legislar
sobre la libertad”.
Graciela Jacob,
médica y socióloga; coordinadora de la “Red de Cuidados, derechos y decisiones
en el final de la vida” del CONICET.
“¿De qué hablamos
cuando hablamos de eutanasia?”. “Eutanasia es la muerte que pide una persona
que tiene un sufrimiento insoportable y es administrada por un médico”.
“¿Alguien puede decir qué es insoportable para otro? preguntó y agregó
“seguramente no”.
Acá hablamos del
“derecho de la persona” y precisó que “si los familiares le piden al médico la
eutanasia, ya no es eutanasia, es un homicidio medicalizado”.
Mencionó cifras de
España y dijo que, en 2021, 173 personas solicitaron la eutanasia y sólo 75 la
efectivizaron, 18 murieron en el camino y según Jacob “eso habla de la
burocracia y mala calidad de la ley española”, 16 pedidos fueron descartados
por el comité médico, 14 fueron presentadas y denegadas por el comité revisor,
7 se arrepintieron y otros la postergaron.
Aída Kemelmajer,
ex ministra de la Suprema Corte de Justicia de Mendoza que acompañó a los
diputados radicales cuando presentaron el proyecto de eutanasia en su
provincia.
“Si este proyecto
sale sería un nuevo hito en la secularización del derecho”. “Todas las críticas
vienen de los de siempre, de los que se niegan al que el derecho sea laico,
como tiene que ser”. Habló del libro “Morir en libertad”, del Observatorio de
Bioética de Barcelona, “que es un netamente laico”. El libro lleva ese título, como
explicó la directora del observatorio, porque esto tiene que ver
fundamentalmente con la “autonomía de la persona”, cosa con la que Kemelmajer
coincide.
Recordó que el
jurista Carlos Nino, fundándose en Kant, decía que “la autonomía es la
capacidad del ser humano de decidir qué queremos hacer con nuestras vidas”. “En
la conducta sobre sí mismo el individuo es soberano”, subrayó.
Narró que en el
art. 60 del Código Civil, al hablar de directivas anticipadas, tuvieron que
agregar “que no impliquen prácticas eutanásicas”, “a pedido de la Iglesia” y
remarcó “la importancia de la secularización”.
El cierre
Tras las
exposiciones tuvieron una breve intervención Elisa “Kuky” Lisnofsky, psicóloga
social entrerriana, fundadora de la ong “Eutanasia, derechos y final de vida” y
Adriana Stagnaro una abogada y antropóloga que padece ELA.
Brawer cerró
proponiendo la construcción de una red nacional por el “derecho a la eutanasia
y al suicidio asistido” y exhortando a “luchar para que todos los argentinos
tengan una vida y una muerte digna”.
Brawer cerró
proponiendo la construcción de una red nacional por el “derecho a la eutanasia
y al suicidio asistido” y exhortando a “luchar para que todos los argentinos
tengan una vida y una muerte digna”.