la conciencia cristiana en materia política
Vida nueva, 5-7-21
Con prácticamente
tres décadas a sus espaldas, el Máster de Doctrina Social de la Iglesia
organizado por la Universidad Pontificia de Salamanca y la Fundación Pablo VI
se ha convertido en un referente internacional en tanto que conjuga pensamiento
y acción para responder al contexto actual desde la mirada de los principios
evangélicos. Así lo valora Teresa Compte, directora de este título oficial. Con
la matrícula abierta hasta el 3 de septiembre, se imparte con modalidad a
distancia y tutorizada a través de un campus virtual.
PREGUNTA.- Lo
habitual es preguntar por qué alguien debería matricularse en un Máster como
este. Hagámoslo a la inversa. ¿Qué es lo que no se van a encontrar en este
Máster de Doctrina Social?
RESPUESTA.- Lo que
se van a encontrar es un estudio sistemático y académico de la Doctrina Social
de la Iglesia. En ningún caso se van a encontrar un recetario o un aprendizaje
para la traslación inmediata de soluciones concretas a problemas que son muy
complejos y extensos. Tampoco es un vademécum.
P.-¿El Papa
Francisco ha logrado situar la Doctrina Social de la Iglesia en un lugar más
visible?
R.-Durante su
pontificado y a través de su magisterio le ha dado un lugar como se lo han dado
los papas anteriores. Si repasamos desde León XIII a nuestros días, la Doctrina
Social ha ocupado un lugar muy importante. En ese sentido, sigue con esa
tradición que se visibiliza a través de dos encíclicas directamente vinculadas
a la cuestión: ‘Laudato si’’ y, muy especialmente, ‘Fratelli Tutti’.
P.-¿Es capaz la
Doctrina Social de la Iglesia de responder a lo que exige una crisis post
pandemia como esta?
R.-Por sí sola,
no. No tiene la solución a este problema. La Doctrina Social de la Iglesia no
es autorreferencial en ese sentido, no responde a una concepción de sociedad
perfecta, en el sentido de que no tiene las claves suficientes para responder a
un problema como este que exige decisiones de tipo técnico. No es ni su
naturaleza ni su competencia. Lo que sí ofrece son orientaciones para la
acción, claves para quienes quieren llevar un estilo de vida cristiano según el
Evangelio de Jesucristo.
De ‘Laudato si” a
‘Fratelli Tutti’
P.-¿’Laudato si’’
o ‘Fratelli Tutti’ son una actualización de la Doctrina Social de la Iglesia a
la realidad del mundo de hoy?
R.-La Doctrina
Social de la Iglesia se ha ido configurando a través de un diálogo con el
mundo. Por eso, los distintos pronunciamientos magisteriales responden a unas
circunstancias históricas de tiempo y de lugar desde unos principios que son
permanentes. En este sentido, ambas encíclicas hacen lo propio en lo que es la
tradición de la Doctrina Social de la Iglesia.
P.-Tanto en el
máster como en ‘Fratelli Tutti’ se aborda el papel de los cristianos en la
política. ¿Cree que se ha dado el salto de pensar en esa concepción de
implicación de la política como militar en un partido a vivir la política como
una participación en la vida pública, por ejemplo, desde el asociacionismo?
R.-Seguimos
pensando en la política desde su dimensión más intensa, la relación directa con
el ejercicio del poder y, por tanto, los instrumentos habituales de ejercicio
de ese poder: partidos, parlamentos… Pero la política tiene una dimisión
extensa que tiene que ver con la participación
y la conciencia cívica. La idea de amistad social, que viene de la
filosofía griega y que luego desarrolló ampliamente el filósofo Jacques
Maritain está muy presente en Fratelli tutti. En ese sentido, sí hay que educar
más la conciencia ciudadana y cristiana, algo que Pío XI ya subrayó sobre la
conciencia de pertenencia y participación. A todos nos corresponde una asunción
de responsabilidades en la promoción del bien común.
P.-El Papa
Francisco ha colocado como otro de los temas claves de su pontificado la
realidad migratoria. Usted que está al frente de un máster de Doctrina Social,
¿seguimos abordando con brocha gorda una cuestión que precisa de pinceladas muy
finas?
R.-Todos somos
conscientes de ello. ‘Fratelli tutti’ lo aborda precisamente desde este punto
de vista. Cuando ahonda en la cuestión migratoria, habla de un abordaje
fraternalmente responsable, al menos en lo que respecta a los cristianos. Se
trata de una materia compleja que no puede afrontarse con soluciones fáciles.