NOTIVIDA, Año XX, Nº 1198, 8
de junio de 2020
Funcionarios
del gobierno porteño abogaron en la Legislatura para que la ciudad de Buenos
Aires adhiera al protocolo de aborto del Ministerio de Salud de la Nación. ¿El Gobierno
de la Ciudad le quiere dar un barniz de aparente legalidad a los 8.388
asesinatos que se llevaron a cabo el año pasado en los centros de salud
porteños? ¿La norma es una concesión de Larreta a los futuros socios de un
proyecto político propio?
Por Mónica del Río
La Comisión de Salud de la
Legislatura porteña que encabeza María Patricia Vischi (Evolución Radical) realizó hoy una reunión informativa para
impulsar el proyecto de ley (expte. 3153/2019) por el cual la Ciudad adheriría
al Protocolo de aborto implementado por la Resolución Nº 1/2019, del Ministerio
de Salud de la Nación.
La iniciativa ingresó con
las firmas de María Inés Gorbea (Evolución Radical), Sergio Abrevaya (GEN); la
ex ministra de Salud de la Ciudad Ana María Bou Pérez (Vamos Juntos), Myriam
Bregman (PTS-FIT), Roy Cortina (PS), Marta Martínez (AyL), Gabriel Solano
(PO-FIT) y Laura Velasco (FdT). Tras su presentación, el expediente siguió cosechando adhesiones de todos los bloques,
excepto de Consenso Federal que en la Legislatura porteña es un monobloque.
Durante la reunión de
comisión expusieron dos funcionarios del Ministerio de Salud de la Ciudad de
Buenos Aires: Fabián Portnoy y Viviana Manzur ambos de la Coordinación de Salud
Sexual, Sida, ITS.
Fabián Portnoy: Explicó que en
marzo del 2016 se formó la Coordinación de Salud Sexual, Sida, ITS que encabeza
y que ese equipo se creó con la fusión del Programa Coordinación Sida y el
Programa de Salud Sexual y Reproductiva. Los ejes transversales de la nueva
Coordinación son: 1) Acceso a los servicios, 2) Calidad de atención y 3)
Desarrollo de la autonomía. Las líneas prioritarias de acción han sido: 1)
Facilitar el acceso a los anticonceptivos, especialmente a los de larga
duración (DIUs e Implantes), 2) Mejorar la respuesta a los pedidos de aborto y
3) Fortalecer el trabajo de las Redes. Mencionó que en el 2019 contaron con un
método anticonceptivo entre 74.982 y 85.566 de las mujeres que sólo tienen
acceso al sistema público de salud, lo que representa entre un 64% y un 73% de la
población objetivo. En 2017 eran el 46% y en 2018 el 58%.
Viviana Manzur: La respuesta
en materia de aborto en la Ciudad se venía “desarrollando de manera muy
artesanal a través de los que se denomina reducción de riesgos y daños”, “es
decir cuando una mujer se acercaba al sistema de salud y contaba que no iba a
continuar con el embarazo y esas situaciones se encuadraban dentro de lo que
plantea el Código Penal en su art. 86 como causales, no había una respuesta
clara desde el sistema de salud y lo que se hacía era dar información,
acompañar el proceso y muchas veces hacer una atención post-aborto”. “Pero en
el año 2012 hubo un hito muy importante que fue el fallo FAL, que planteó un
antes y un después, y que le explicó al sistema político y a los sistemas de
salud que había obligaciones respecto a los reclamos de las mujeres y un marco
normativo que respetar”. “Dentro de las cosas que FAL plantea está la necesidad
de dictar protocolos”. Comentó que, en ese marco, en octubre del 2014 se
realizó la primera compra de misoprostol para el primer nivel de atención,
hasta entonces sólo lo compraban los hospitales. En ese momento también se
empezaron a registrar los abortos y desde entonces esa información se
sistematiza en forma semestral.
Describió las distintas
formas en que llegan las mujeres al sistema de salud para pedir un aborto: 1)
porque conocen el sistema de salud que utilizan por otros motivos, 2) por el
consejo de una amiga, 3) por la recomendación de organizaciones sociales que
trabajan la temática y 4) por el 0800 de la Línea de Salud Sexual del
Ministerio de Salud de la Nación que toma la consulta y la deriva a los
diferentes distritos.
Hasta
las 12 semanas de gestación completa se las atiende en los CeSAC o se hace un
aborto ambulatorio en el Hospital, se usa el misoprostol provisto de manera
centralizada por el Ministerio de Salud de Nación. A partir de las 13 semanas
se resuelve en el hospital y si no encuadra en las causales del Código Penal se
le brinda información y atención post-aborto. En cualquier caso, se provee
“anticoncepción post evento obstétrico”.
Al describir las “causales
del Código Penal” por las que realizan los abortos mencionó que en los casos de violación no se exige
denuncia, alcanza con la declaración jurada y enfatizó que esa causal no
siempre es enunciada en la primera consulta porque “la violencia de género está
naturalizada” y muchas veces surge en respuesta a las preguntas del equipo de
salud. Con respecto al riesgo para la salud de la mujer aclaró que “el riesgo
no es certeza, es una probabilidad de que el hecho ocurra” y que “no refiere
sólo a la dimensión biológica sino también a la psicológica y social (salud
integral)”. Destacó que el art. 20 de la Constitución de la Ciudad de Buenos
Aires habla de Salud Integral. “La práctica insegura es parte del riesgo que se
corre cuando no se da acceso” al aborto. “El riesgo de morir en una práctica
segura es de 0,2 a 2 por cada 100.000 procedimientos y el de una práctica
insegura es de 100 a 1000 por cada 100.000”.
Mostró cómo fueron creciendo
los servicios de aborto en la Ciudad. En 2014 los abortos se practicaban en 8
hospitales y un solo CeSAC, en 2019 en 16 hospitales y 44 CeSACs. Aclaró que en
realidad 43 son CeSACs y el otro es el Centro asistencial Cecilia Grierson de Villa
Lugano. Los 16 hospitales mencionados son: los once hospitales generales de la
Ciudad que tienen maternidad, la Maternidad Sardá, los dos hospitales
pediátricos (Gutiérrez y Elizalde) y dos hospitales que no tienen maternidad,
pero hacen abortos (Tornú y Zubizarreta). Resaltó que en 2014 el 11% de las
intervenciones se hacían en el primer nivel y en 2019 el 84% y que esta
accesibilidad permite practicar abortos más tempranos.
De los abortos que se
practicaron en hospitales el 19% se realizaron en el Piñero. Penna (18%),
Santojanni (17%), Argerich (9%), Pirovano (8%) y Álvarez (7%). Esto, según
Manzur, refleja que se llega con más fuerza a áreas geográficas con necesidades
básicas insatisfechas.
Del mismo modo creció la
cantidad de abortos en los últimos años: en el 2014 -cuando se comenzó a
proveer de misoprostol a los centros de salud- se practicaron 91 (81 en los
hospitales y 10 en el CeSAC) y en el 2019 un total de 8.388 (1.136 en
hospitales y 7.052 en los CeSACs).
En cuanto a las edades de
las mujeres que abortaron precisó que, en 2019, 58 abortos se practicaron en
niñas menores de 14 años, 1.133 en adolescentes entre 15 y 19 años, 2.459 en
jóvenes de 20 a 24 años, 2.133 en la franja etaria de 25 a 29 años; 1365 (30 a
34 años), 849 (35 a 39 años), 321 (40 a 44 años) y 18 en mayores de 45 años.
Según Manzur la distribución por edad es muy similar a la de las mujeres que
dan a luz. Destacó que el 86% de las mujeres que abortaron son adultas (más de
20 años) y el 14 % adolecentes.
La edad gestacional en la
primera consulta es de menos de 13 semanas en el 92% de los casos. Los
restantes abortos (8%) se practicaron entre la semana 13 y 24 de
gestación. Lo cual, según indicó, “es un
indicador de un altísimo estándar a nivel internacional”.