por Claudio Izaguirre
Informador Público, 16-11-17
La ley de Salud Mental que provocó centenares de
muertes y el abandono del adicto en crisis ha sido jaqueada no sólo por el
Ejecutivo sino que además el Congreso Nacional cuenta con varios proyectos de
ley para desarticularla.
El proyecto de le 812 D 2017 de Internación del
Adicto, propone el abordaje medico inmediato y evaluación psiquiátrica del
adicto con el solo pedido de un familiar en cualquier lugar del país, el
monitoreo desde SEDRONAR y la garantía de un abogado defensor del afectado que
cuide sus garantías constitucionales.
La ley 26.657, vigente desde 2011 impide la
intervención inmediata del sistema de salud sobre un adicto en crisis, obligando
así, a que sea abordado por el sistema penal cuando sus acciones demuestran su
estado mental, a veces, con acciones irreparables.
El criterio de la Ley de Salud Mental, propone que el
consumidor con un brote psicótico sea atendido por las dolencias físicas que
pueda provocarse, pero no por su tema de fondo. Es extraño que una norma
jurídica obligue a un psiquiatra obtener la anuencia del afectado para iniciar
un tratamiento cuando éste tiene un brote paranoico, psicótico o
esquizofrénico.
Cuando existe un abuelo que sufre Alzheimer es buscado
atendido y cuidado, sin embargo, el adicto que en su seno familiar deambula con
una cuchilla en la mano, no es objeto de atención cuando la familia convoca a
la ambulancia psiquiátrica a través del 911, debido a que si bien tiene un arma
blanca, no la ha usado. Así lo dictamina la ley de Salud Mental.
La protesta más airada se recibió por parte del los
directores de los hospitales, debido a que la ley de Salud Mental obliga en
casos extremos a trasladar a la guardia del hospital general más cercano, a
personas que por el consumo de drogas llegan con brotes psiquiátricos y desatan
verdaderas batallas campales, poniendo en riesgo no solo a la comunidad médica,
sino que además a los pacientes que en suerte les haya tocado estar cerca del
enajenado.
En el tema de Salud Mental es bueno volver a la
cordura, sacando de esa norma el tema adicciones para proteger de sí mismo a
quien por el consumo de drogas tiene la incapacidad de razonar por sí mismo y
por ende coartado de elegir por su bienestar.
Para defender la actual ley de Salud Mental han salido
a protestar Horacio Verbitsky desde el Centro de Estudios Legales y Sociales
CELS y Graciela Tousé Asistente Social de la ONG Intercambios, que enseña desde
su folletería a los jóvenes argentinos como drogarse con éxito.
Recordemos que el CELS es constructor de mentiras para
dañar la estructura democrática y crear caos social, como por ejemplo su
intento de dañar la imagen del Papa Francisco haciéndolo aparecer como parte de
la estructura del último gobierno de facto de Argentina, el emparentar a
Eduardo Duhalde con el narcotráfico, a Mauricio Macri como la dictadura y a mi
persona como nazi.
La ley de Salud Mental ha sido un agente contaminante
en la rehabilitación de personas con problemas de adicción, provocando que el
enajenado incurra en violencia de genero, agresiones con riesgo de vida para sí
o para terceros y homicidios aberrantes. Es tiempo de cambiar para salvar
vidas.
Claudio Izaguirre
Presidente
Asociación Antidrogas de la República Argentina