Por Carlos Alvarez Cozzi
Se veía venir en cualquier momento. El Parlamento
europeo, funcional a la ideología de género, ha emitido una resolución
contraria totalmente a la protección integral de los derechos humanos que dice
defender. Porque los bebés abortados son seres humanos y ampara sus derechos el
estatuto jurídico del embrión. La resolución referida afirma que «La negación
de los servicios de salud y derechos sexuales y reproductivos, incluido el aborto seguro
y legal, es una forma
de violencia contra las mujeres y las niñas», afirma una
resolución aprobada por el Parlamento Europeo de forma mayoritaria, con 489 votos a favor, 114 contra y
69 abstenciones.
La resolución se dictó como
medida de respaldo de la Unión Europea a la Convención de Estambul, el tratado
del Consejo de Europa, y tiene la «intención» de «prevenir y combatir la
violencia contra las mujeres y las niñas», según se expresa.
La contradictoria resolución no hace mención ni condena el aborto selectivo
por cuestión de sexo, lo cual también es una forma de violencia
contra la mujer, y es una auténtica discriminación por cuestión de sexo.
Adviértase que considerar que la protección legal de
fetos humanos en el vientre materno, el 50% de los cuales corresponden a niñas,
es decir a fetos de sexo femenino, que son los seres humanos más indefensos, es
una “forma de violencia contra las mujeres”, es la demostración más clara del
sesgo ideológico de género que lamentablemente el Parlamento europeo ha tomado
contra la ciencia y la biología.
El texto de la resolución
afirma de forma literal:
«La negación de los servicios
de salud y derechos sexuales y reproductivos, incluido el aborto seguro y
legal, es una forma de violencia contra las mujeres y las niñas, reitera que
las mujeres y las niñas deben tener control sobre sus cuerpos y sexualidades; a
los Estados Miembros que garanticen una educación integral en sexualidad,
acceso fácil de las mujeres a la planificación familiar y toda la gama de
servicios de salud sexual y reproductiva, incluidos los métodos anticonceptivos
modernos y el aborto seguro y legal».
Claro que las personas deben
ver sus derechos humanos protegidos. Lo que sucede es que para esta resolución,
los fetos no son seres humanos, lo cual es una barbaridad ética, científica y
jurídica!
Y además se presenta el aborto
como un “derecho”, cuando es evidente que nadie debe disponer sobre la vida de
otro ser humano en forme impune y generalizada.
Cuando se habla en la
resolución del “control del cuerpo de las mujeres”, se desconoce abiertamente
que el nuevo ser no es parte del cuerpo de su madre. Posee un código genético
diferente al de su madre y al de su padre.
Y cuando se expresa que las
niñas tienen derecho también a disponer de sus cuerpos se está afirmando que el
aborto es un derecho, agravado por tratarse de menores de edad, en abierto
desconocimiento de los institutos de la patria potestad y de la tutela.
Ante todo ello, y con la
perversa lógica de género, toda ley que proteja la vida del feto es considerada
como “violación de los derechos de la mujer”.
Derechos que naturalmente no
pueden incluir disponer sobre la vida de otra persona. Si bien hay leyes
nacionales de Estados de Europa que despenalizaron el aborto en determinados
casos, pretender transformarlo en un “derecho” de la mujer, implica un trecho
amplio y que se da contra la realidad de los derechos derivados del estatuto
jurídico del embrión humano.
El relativismo se transforma
en dictadura cuando por medio de leyes o de resoluciones, contrarias al orden
natural, se pretende tergiversar el derecho natural de todo concebido a crecer
y nacer. De sexo femenino y obiamente también del masculino.
La lucha por el Derecho,
continúa...