By
Marianna Orlandi, Ph.D.
August 25-2017 (C-Fam)
El más
alto tribunal de Chile aprobó una ley que despenalizó el aborto en casos de
violación, discapacidad mortal y cuando la vida de la madre está en riesgo.
Esta ley fue adoptada este verano por el Congreso de Chile y prometida por la
presidenta Michelle Bachelet.
Con
seis votos a favor y cuatro en contra, el Tribunal Constitucional desestimó el
desafío pro-vida a la ley de Vamos Chile, una coalición de legisladores
apoyados por un gran número de organizaciones nacionales e internacionales y
por la Conferencia Episcopal Chilena.
La
sentencia elimina a Chile de un grupo exclusivo de estados que protegen de
manera integral a los niños antes del nacimiento, donde se encuentra: la
República Dominicana, El Salvador, Malta, Nicaragua y el Vaticano. Al menos
otros sesenta países mantienen leyes de aborto muy restrictivas, a pesar de la
presión del sistema de las Naciones Unidas para permitir progresivamente el
aborto bajo demanda.
“Tenemos
una larga lucha por delante para evitar el aborto bajo demanda y recuperar los
corazones y las mentes, para poder
proteger a la persona por nacer”, dijo el profesor Tomas Henriquez a Friday
Fax. El Director Ejecutivo del Instituto de Derechos Humanos de Comunidad y
Justicia dijo que esto es sólo el principio.
“Todos
sabemos lo que es el final del juego, y
las ONGs pro-elección y pro-aborto no tardaron en recordarnos que este proyecto
de ley es lo que ellos llaman el “mínimo “, explicó.
Bachelet
describió la decisión como una victoria de la “tolerancia”. La Corte anuló por
un voto, 8-2, el apartado de su ley que
restringía el derecho de los proveedores de salud y los trabajadores a no
realizar abortos alegando objeción de conciencia.
“El
proyecto original de ley de Bachelet proporcionaba derecho a la objeción de
conciencia sólo a los médicos, pero no a los técnicos o a las instituciones”,
explicó Henriquez.
“Este
es el primer caso de objeciones de conciencia en el Tribunal Constitucional.
Esperamos que la Corte construya un nuevo escudo para la conciencia “, afirmo.
Pero dijo que no está claro si los proveedores de salud, incluidos los
hospitales católicos, podrán negarse a realizar abortos. La sentencia y las
opiniones disidentes se publicarán la próxima semana.
Esta
legislación será vista por muchos como el proyecto heredado de Bachelet.
Un
comunicado de prensa de la Federación Internacional de Planificación de la
Familia reconoció que “esta victoria histórica no ocurrió de la noche a la
mañana”, sino que “tomó décadas de determinación y persistencia”.
En
2006, durante su primer mandato como presidente, Bachelet obligó a introducir
la píldora del día siguiente en el país. Irónicamente, fue la misma Corte
Constitucional que inicialmente la detuvo, invocando la disposición de la
Constitución en la protección de la vida
humana.
Después
de su reelección en 2014, y tras su paso al frente de UN-Women, prometió
despenalizar el aborto.
La CEO
de la Federación Internacional de Planificación
Familiar, Giselle Carino, llamó a
Bachelet “una campeona defensora de los derechos de las mujeres”, y dijo que
este es “un hito histórico para los derechos de las mujeres en Chile y en todo
el mundo.”
Amnistía
Internacional describió de manera similar la decisión pro-aborto en términos de
“una importante victoria para los derechos humanos”. No todos, sin embargo,
están de acuerdo con las afirmaciones de los defensores del aborto. Agregó.
Los
Artículos de San José, preparados por expertos en derecho internacional y en la
salud, establecen que los tratados de
derechos humanos consagran una presunción a favor de la protección de los no
nacidos y en ninguna parte contemplan el derecho al aborto en ninguna
circunstancia.
Los
obispos chilenos calificaron la decisión de “incomprensible”, haciendo hincapié
en que “el aborto no es la solución a situaciones dolorosas o difíciles”. “Vamos a duplicar nuestros esfuerzos”,
dijeron, para acompañar a todas las mujeres que se enfrentan a embarazos difíciles.
Traducción:
Marcela Palos