los estudiantes ya casi fuman tanta
marihuana como tabaco
La Nación, 30 DE SEPTIEMBRE DE 2015
El consumo de drogas aumenta en la ciudad de Buenos
Aires. No se trata de una afirmación sustentada sólo en opiniones de los que
trabajan en temas de narcotráfico y adicciones, sino que es el resultado de
estudios oficiales. Los datos señalan que entre 2011 y 2014 creció un 46,7 por
ciento el consumo de marihuana entre estudiantes porteños de nivel medio, con
lo que prácticamente igualó al del tabaco. La evolución del consumo de esas dos
sustancias tiende a que en el próximo informe la marihuana supere al tabaco
entre los estudiantes secundarios porteños.
Esa información fue consignada por la Sedronar en su
encuesta nacional en establecimientos de enseñanza secundaria. En marzo pasado,
el Observatorio de Políticas Sociales en Adicciones del gobierno porteño había
establecido un incremento en ese mismo período del 75 por ciento. Más allá de
la diferencia entre esos organismos, la comparación de sus resultados permite
determinar un piso alto en el aumento del consumo de picadura de marihuana.
En el sondeo realizado por la Sedronar aparece un
hecho por demás preocupante: entre 2011 y 2014, las mujeres estudiantes
duplicaron su consumo de marihuana. Ellas ahora fuman cannabis sativa casi en
igual proporción que los varones. Un síntoma de la tolerancia social a las
drogas y de la consolidación local del mercado de venta minorista.
Se estableció, además, que fuman marihuana de manera
cotidiana tres de cada diez estudiantes del último año de nivel medio. La
penetración de la droga que exhibe ese documento tiene un elemento adicional a
tomar en cuenta: se trata de una encuesta entre jóvenes escolarizados, por lo
que los especialistas sospechan que la situación es peor entre aquellos que ni
estudian ni trabajan. El Observatorio de la Deuda Social de la Universidad
Católica había advertido en mayo que sus sondeos indicaban la venta de drogas
en la mitad de los barrios argentinos, con un sostenido crecimiento de los
puestos de distribución minoristas de estupefacientes, el llamado narcomenudeo.
En el trabajo de la Sedronar figura una prevalencia
anual en consumo de marihuana de 17,6 por ciento. Esa medición, en 2011, se había
establecido en 12 por ciento, mientras que en 2009 la cifra fue de 12,9 por
ciento. El uso del cannabis sativa se disparó notablemente en los últimos años.
Ese dato coincide con el período de récords de
incautaciones de picadura de marihuana por parte de las fuerzas de seguridad
federales. La relación queda a la vista: circula más droga y hay más consumo.
Y las adolescentes porteñas pasaron de un consumo del
8,2 por ciento, registrado en 2011, al 16,4 por ciento, en 2014.
La marihuana es la droga ilegal más utilizada. Sin
embargo, la tendencia señala que esa sustancia está cerca de superar el consumo
de tabaco, en curva descendente a partir de prohibiciones y barreras sociales
que desalientan a los fumadores. La prevalencia de consumo en el año de marihuana
es de 17,6 por ciento, mientras que la de tabaco es de 21,7. Pero si se toma en
cuenta el sexo, el 18,6 por ciento de los varones fuma marihuana, en una
proporción muy cercana al 19,2 por ciento que aseguró consumir tabaco.
Esa información oficial avala la posición de
especialistas opuestos a la liberalización de las drogas, ya que éstos
argumentan que sin un freno legal el consumo de marihuana y cocaína podría
llegar a prevalencias superiores a las encontradas en el tabaco y el alcohol,
las dos sustancias psicoactivas legales.
Abusos con el alcohol
El alcohol es la sustancia psicoactiva de mayor uso
entre los jóvenes, con una prevalencia anual de 33,5 por ciento. En ese caso sí
se marca una diferencia sustancial en grupos etarios, ya que los estudiantes de
17 o más años tienen un consumo de 80 por ciento. En esa franja se determinó un
consumo de tabaco de 33,6 por ciento y la utilización de marihuana por parte
del 30,7 por ciento.
El consumo de cocaína también trepó desde el 1,8 por
ciento registrado en 2011 al 2,5 por ciento en 2014, mientras en el uso de
sustancias sintéticas creció de 1,3 por ciento a 2,9 por ciento.
En ese caso también hay claras diferencias en las
franjas etarias analizadas, ya que al tomarse en cuenta a los estudiantes de 17
o más años se encuentra un consumo de drogas de diseño que llega al 5,7 por
ciento, un dato que "presenta un valor superior a la media nacional",
establecida en 2,2 por ciento . Las cifras oficiales que reflejan el aumento
del consumo de drogas entre adolescentes apuntalan la percepción sobre el
crecimiento del mercado local de estupefacientes.