Por Carlos Alvarez Cozzi
(·)
Las agencias
de noticias internacionales revelaron que el primer “matrimonio” homosexual
celebrado en la Argentina por Alex Freyre y José Di Bello hace algunos años no
fue real, es decir, si bien se contrajo, los “esposos” no eran y no soy gays, y
que, ellos mismos acaban de admitir que lo hicieron como “acto militante”
kirchnerista para impulsar la ley de “matrimonio homosexual”.
(http://tn.com.ar/sociedad/la-respuesta-de-alex-freyre-y-jose-di-bello-un-divorcio-es-solo-un-divorcio_573797).
Y ello se suscitó a raíz
que acaban de solicitar el divorcio ante la Justicia.
Toda una
revelación, verdad? Justamente es la
verdad la que no “milita” en este triste caso.
Creo que los
homosexuales activos deberían ser los primeros en estar molestos con este gesto
abusivo y engañoso de estos dos oficialistas.
Esta triste realidad
no es nueva. Ya algunos países del mundo, entre ellos Argentina y Uruguay han
sancionado leyes de denominaron eufemísticamente de “matrimonio igualitario”.
Bachelet, en Chile, con receta que trajo de su anterior cargo en ONU Mujeres se
apresta a impulsarlo en su país junto con la legalización del aborto. El futuro
secretario general de OEA, el ex canciller uruguayo de Mujica, Luis Almagro,
acaba de afirmar que desde ese alto cargo interamericano habrá de impulsar la
nueva agenda de “derechos” en el continente, inclusiva del aborto y el
“matrimonio” homosexual. En cambio, afortunadamente en Ecuador el presidente de
izquierda Rafael Correo ha asegurado que en su país la ideología de género no
será reflejada en la legislación por ser antinatural e ir contra la persona y
la familia. En Paraguay, recientemente, se le ha pedido al secretario general
de Naciones Unidas que deje de presionar a su país para que acepte la agenda de
género y legisle consecuentemente. Lo que demuestra que esta ola no es aceptada
por todos.
Sabiamente el papa Francisco ha dicho que esto es
“colonialismo cultural” y cultura del “descarte” e instó a los países, sobre todo
latinoamericanos, a no dejarse colonizar en contra de la cultura autóctona.
Por eso, lo del título, en el caso argentino que
comentamos la que no “militó” fue
precisamente la verdad, pero claro, eso parece no importarle a muchos. Seguramente lo consideran
un “detalle” menor y despreciable. Acaso para ellos el fin no justifica los
medios?
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(·) Jurista y dirigente
socialcristiano uruguayo.