Por Carlos Álvarez Cozzi (·)
Nos contaron recientemente los
portales de internet y las agencias de noticias que una “feminista”
identificada como Lana publicó recientemente un post asegurando que abortó a su
bebé por el simple hecho de ser varón.
El escrito de Lana, titulado “Aborté a mi bebé porque era un niño”, fue publicado originalmente por el blog promotor de la ideología de género “Injustice Stories” (historias de injusticia), el 17 de enero de este año 2015.
El escrito de Lana, titulado “Aborté a mi bebé porque era un niño”, fue publicado originalmente por el blog promotor de la ideología de género “Injustice Stories” (historias de injusticia), el 17 de enero de este año 2015.
“En la primavera de 2012 me enteré de que estaba embarazada”, escribió la
mujer, calificando al padre del bebé como “donante”. En un primer momento,
indicó, decidió tener al bebé, pensando que era mujer. “El dinero realmente no
era un problema, y sabía que sería una buena figura materna”, dijo, señalando
que “decidí que estaba lista para tener esta hija”.
Cuando se enteró que el bebé en su vientre era un
varón, Lana quedó “en shock, comencé a llorar, llorando por la idea de lo que
aquello con lo que estaba a punto de maldecir al mundo” expresó, refiriéndose a
su hijo. “Defiendo mi decisión de abortar a mi bebé porque era varón”,
escribió. “No odio a los hombres, odio el patriarcado, en lo que los hombres, e
incluso algunas mujeres, se convierten. No iba a dejar que eso pasara con mi
descendencia. Las posibilidades eran mayores que sucediera con un hombre, era
inaceptable”, manifestó.
La “feminista” aseguró que “si la maldición regresa
(otro hijo varón), haría exactamente lo mismo otra vez”. Ante la ola de
críticas, el portal Injustice Stories publicó una respuesta de la feminista, en
la que ella defendió nuevamente su aborto, y calificó la experiencia como
“liberadora”.
Este episodio lamentable, que es solamente la punta
del “iceberg”, nos evoca lo que Josep Miró denomina en su reciente obra “La
sociedad desvinculada” como la “abolición del hombre”, a la que conduce la
ideología de género. Citando al escritor C.S.Lewis, aplica la frase a la triste
y antinatural realidad de la ideología o perspectiva de género que se expande
por el mundo como sorda enfermedad que de no ser detenida, llevará al enfermo a
la muerte.
Esta ideología sostiene, al decir de Miró, que “la
orientación sexual y la identidad sexual de las personas son el resultado de
una “construcción social”. Es decir, el dato biológico del sexo con que nacemos
no cuenta para nada para esta ideología. Es más, se lo niega explícitamente. No
hay hombres ni mujeres, ni padres ni madres, porque la naturaleza biológica no
importa. El sexo de la humanidad, dicen, es polimorfo, voluntario, transitorio,
homosexual, bisexual, transexual, transgénero”.
Y para peor, esta ideología está llegando a
consagrarse en muchas legislaciones nacionales y en varios tratados
internacionales, porque hay organismos que están hace años infiltrados por
agentes de esta ideología, ante la pasividad muchas veces de los representantes
de Estados que incluso no adhieren a esta perspectiva.
Porque no se trata de la justa reivindicación de los
derechos de la mujer, con la que todos estamos de acuerdo por una sencilla
razón de equidad sino de otra cosa muy diferente.
Sólo tomando conciencia de los graves daños que la
misma ocasiona, como lo han expresado muchos gobernantes, incluso de izquierda,
como el ecuatoriano Rafael Correa, es que podrá detenerse este alud
antinatural.
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(·) Jusprivatista nacional e internacional uruguayo
experto en Bioderecho.