No puede sorprender esta noticia conociendo los antecedentes del mandatario norteamericano, pero conviene confrontar sus afirmaciones con la evidencia cientìfica *.
POR ANA BARON
El presidente de
EE.UU., Barack Obama, declaró que fumar marihuana no es más peligroso que beber
alcohol, con lo que se pronunció a favor de la legalización de su producción y
venta, en una entrevista concedida a la revista The New Yorker cuyos extractos
se publicaron ayer. ¿Por qué decidió hacer este tipo de declaraciones justo
ahora?
“Como es bien sabido,
fumé marihuana de joven y la veo como un mal hábito y un vicio, no diferente a
los cigarrillos que fumaba”, dijo el presidente. “No creo que sea más peligroso
que el alcohol”, agregó, explicando que no es algo que aliente a hacer y que ya
les ha dicho a sus hijas que “es una mala idea, una pérdida de tiempo”.
La sorpresiva
irrupción de Obama en el acalorado debate sobre la legalización de la marihuana
que tiene lugar actualmente en EE.UU.
marca un hito. Es el
reconocimiento oficial de que el movimiento a favor de la despenalización y
venta libre de marihuana está cobrando cada vez más fuerza y que es imparable,
pese a todas las resistencias que sigue habiendo en el seno de la sociedad
estadounidense.
En 1992, en plena
campaña electoral presidencial, Bill Clinton también se vio obligado a
reconocer que había probado la marihuana. “Pero no me gustó, no inhalé y nunca
volví a probar”, dijo con gran cautela, consciente de que su candidatura
peligraba si los estadounidenses lo percibían como un “adicto”.
Desde entonces, sin
embargo, las actitudes han cambiado mucho. Actualmente, el 58% de la población
está a favor de la legalización de la droga. La producción y venta de marihuana
ya es legal en Colorado y en Washington. En otros 21 estados, como California y
Maine, está autorizada la venta por razones médicas. Pero sigue prohibida a
nivel federal.
Recientemente, el
Departamento de Justicia dio un paso importante en favor de su legalización al
decir que los agentes federales no pueden reprimir la producción y venta de
marihuana en un estado donde es legal. Es decir, en esos estados no puede
aplicar la ley federal.
Ayer, Obama dio un
paso más al decir que leyes como las de Colorado y Washington deben seguir
avanzando.
Su nueva actitud es
riesgosa. En efecto, James Capra, el jefe de operaciones de la DEA , la agencia que se ocupa
de la lucha contra las drogas en EE.UU. y en el extranjero, dijo recientemente
que el hecho de que la mayoría del país favorezca la despenalización y la
legalización es “imprudente e irresponsable”.
Capra admitió que las
autoridades de la DEA
están nerviosas. “Nos da miedo”, dijo. Pese a que el gobierno de Obama decidió
no aplicar la ley federal antimarihuana en aquellos estados donde es legal, la DEA ha seguido reprimiendo el
cultivo de la marihuana médica en California, Montana y otros estados.
La venta libre de
marihuana en Colorado comenzó el 1° de enero y próximamente seguirá en
Washington. Según Capra, en Denver (Colorado) ya “hay más dispensarios de
marihuana que cafés Starbucks”. Capra contó que en una conferencia
internacional acusaron a EE.UU. de flexibilizar la lucha antimarihuana mientras
sigue persiguiendo a sus productores en otros países. Una contradicción más de
la política exterior de la
Casa Blanca.
Clarín, 21-1-14
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