Uno de los tres
cardenales eméritos (de más de 80 años y por lo tanto excluidos de un Cónclave
como electores), que serán creados por Francisco en el Consistorio del 22 de
febrero, ha armado una tempestad de polémicas. Se trata del español Fernando
Sebastián, arzobispo emérito de Pamplona, quien declaró que la homosexualidad
“es una deficiencia” y afirmó que “las mujeres que quieren abortar lo que
buscan es quitarse del medio a sus hijos para disfrutar de la vida”.
En España, el
inminente purpurado de 84 años ha desatado una borrasca de condenas y defensas
en momentos en que el gobierno conservador de Mariano Rajoy se apresta al
debate parlamentario para liquidar en gran medida la vigente ley del aborto, de
autoría socialista. Pero también en Italia y otros países europeos las
repercusiones son muy fuertes.
En una entrevista con
un diario español, le recordaron que el Papa argentino sostiene “¿quién soy yo
para juzgar” a un homosexual?” Monseñor Sebastián responde que “una cosa es
manifestar acogida y afecto a una persona homosexual y otra justificar
moralmente el ejercicio de la homosexualidad. La Iglesia no puede cambiar
las exigencias de la moral”.
El inminente cardenal
emérito contó que hace ocho años Bergoglio le dijo que se consideraba un
discípulo de monseñor Sebastián y que había leído todos sus libros, lo que
amplía la sonoridad de las encendidas discusiones.
“Señalar a un
homosexual su deficiencia no es una ofensa, es una ayuda porque muchos de estos
casos se pueden recuperar y normalizar con un tratamiento adecuado. Cuando
alguien tiene un defecto, el buen amigo es el que se lo dice”, argumentó
Sebastián.
Sobre el aborto, ha
sido igualmente rotundo. “El aborto es matar a un niño y nadie quiere mirar al
frente, una hipocresía que está pervirtiendo las conciencias”.
Clarín, 21-1-14