Los legisladores cristianos de Brasil, demuestran tener convicciones firmes al defender proyectos como el que se describe a continuación:
La Comisión de
Derechos Humanos de la Cámara de Diputados brasileños aprobó un proyecto de ley
para “curar a los gay” que se debe tramitar ahora en otras dos comisiones y
que, si fuera aceptado, deberá ser votado entonces en el plenario de ese
cuerpo.
Dominada por los
pastores evangélicos y presidida por el diputado federal Marco Feliciano, la
decisión fue tomada por esta comisión en un momento de mayor inflamación
política en el país, que reclama mayores libertades y derechos.
El proyecto de
Feliciano, un legislador que asumió el comando de los Derechos Humanos bajo
protestas generalizadas, permitirá a los psicólogos administrar tratamientos
para quienes “padezcan” de homosexualidad.
La medida,
antediluviana, debe atravesar votaciones en la comisión de Seguridad Social y
en la de Constitución y Justicia.
La propuesta fue
bautizada en Brasil como ”Cura Gay”. Durante el debate, el martes último, sólo
dos diputados se manifestaron en contra del texto. Fueron Simplicio Araujo y
Arnaldo Jordy, ambos del Partido Popular Socialista, socio político de la
socialdemocracia.
Ayer, la ministra de
Derechos Humanos del gobierno federal, Maria del Rosario, condenó la votación
de la comisión parlamentaria. Dijo que “ese proyecto significa un retroceso,
por tratarse de una medida que no reconoce la diversidad sexual como un derecho
humano”.
Sostuvo, además, que
“cuando se habla de cura, en verdad se dice que las personas están enfermas”.
Ayer, el diputado Feliciano amenazó con colocar la bancada evangélica contra el
gobierno de Dilma Rousseff si es que el Palacio del Planalto llegara a
interferir en las votaciones en las otras comisiones.
Y hasta aconsejó a la
funcionaria: “Tenga juicio, doña ministra. Interferir en la votaciones de un
proyecto es muy peligroso”, le dijo el diputado.
Clarín, 20-6-13