La Corporación de Abogados Católicos consideró “inadmisible” la prosecución del plan para incorporar la perspectiva de género en la Justicia, impulsado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación a través de la Oficina de la Mujer, que depende de la jueza Carmen Argibay.
Texto del comunicado
La Corporación de Abogados Católicos declara con relación al denominado Plan para incorporar la perspectiva de género en la Justicia, impulsado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación a través de la “Oficina de la Mujer”, que depende directamente de la Juez Carmen Argibay, que la denominada perspectiva de género constituye una ideología totalitaria que al afirmar que las desigualdades entre el hombre y la mujer son una construcción meramente cultural y convencional según los roles y estereotipos que cada sociedad asigna a los sexos, niega las evidentes diferencias que existen entre ambos, las que no se limitan a las asimetrías anatómicas y fisiológicas, sino que también se manifiestan –entre otros aspectos- en diferencias psicológicas que llevan a un modo de sentir, de amar y de pensar diferentes, que, no obstante, no alcanzan a anular la unidad y la igualdad de varón y mujer.
Dicha ideología tiene como finalidad la deconstrucción del lenguaje, de las relaciones familiares, de la sexualidad, de la reproducción, de la educación, de la cultura, etc., para de tal manera llegar –según se afirma- a la liberación del hombre.
El género plantea una nueva concepción del hombre y de la sociedad, al pretender con fundamento en una autonomía exacerbada, la inexistencia de la distinción entre los sexos, desconociendo de tal forma realidades derivadas de la naturaleza, evidentes e innegables a la vista y la experiencia del ser humano de todas las épocas.
Como ha afirmado sobre el tema el entonces Cardenal Joseph Ratzinger, “la ideología de género es la última rebelión de la creatura contra su condición de creatura. Con el ateísmo el hombre moderno pretendió negar la existencia de una instancia exterior que le dice algo sobre la verdad de sí mismo, sobre lo bueno y sobre lo malo. Con el materialismo, el hombre intentó negar sus propias exigencias y su propia libertad, que nacen de su condición espiritual. Ahora, con la ideología de género el hombre moderno pretende librarse incluso de las exigencias de su propio cuerpo: se considera un ser autónomo que se construye a sí mismo; una pura voluntad que se autocrea y se convierte en un dios para sí mismo”.
Por todo lo cual consideramos inadmisible la prosecución del referido Plan, que pretende imponer una ideología indemostrada científicamente y que contradice toda la evidencia disponible, además de ser ajena a nuestra cultura y al sentir de nuestro pueblo, por lo que requerimos su inmediata derogación.+
Buenos Aires, 9 Dic. 11 (AICA)
