En sólo una de las cinco librerías ubicadas en el Pasaje Santa Catalina, de la ciudad de Córdoba, se puede conseguir el libro Cinco curas . En una de ellas ya no tienen ejemplares y en las otras tres admitieron que recibieron la comunicación de las propietarias de los locales –las monjas de la orden dominica– de no vender el libro.
Los autores son los sacerdotes que contaron las historias sobre sus desencuentros con las autoridades del Arzobispado, su visión crítica del celibato, las supuestas manifestaciones homosexuales en los seminarios o su militancia política durante la última dictadura militar, entre otros temas.
Cláusula. El abogado de la congregación, Guillermo del Boca, confirmó a La Voz del Interior que la madre superiora, sor Sandra, tomó la decisión de hacer respetar una cláusula de los contratos de alquiler con las librerías.
“Esta cláusula dice que las cuatro librerías que funcionan en propiedades del monasterio pueden vender y exhibir siempre que respeten los lineamientos de la institución. La orden quiere que los inquilinos mantengan cierto decoro. Por ejemplo, no pueden vender pornografía”. Del Boca dijo que fue una “simple comunicación que les reiteró que el libro atenta contra el espíritu de la congregación”.
Las monjas son dueñas de toda la manzana de locales comerciales ubicada entre las calles Deán Funes, Vélez Sársfield, 27 de Abril y Obispo Trejo. La orden facturaría millones de pesos a través del cobro de alquileres. “No conozco el destino de ese dinero; supongo que va todo a obras de beneficencia”, contestó una persona cercana a las religiosas.
Ante la pregunta de si la decisión de las religiosas no es un acto de censura, Del Boca dudó. “No sabría cómo encuadrarlo. Lo concreto es que ellas quieren que se cuide el decoro”, dijo.
Desde el Arzobispado de Córdoba, que hasta ahora había mantenido silencio frente al libro, ayer dijeron: “No fue una medida impuesta desde aquí, en absoluto. Ni siquiera teníamos conocimiento de la decisión. Es una cuestión privada de la congregación”. Una persona cercana al obispo Carlos Ñáñez dijo que la decisión de las religiosas fue un “enorme error, que va a perjudicar la imagen de toda la institución religiosa. Parece una medida tomada por un enemigo”, graficó.
“En la medida que no sea abusiva, la cláusula no tendría por qué no ser válida. El gran tema es qué es la moral cristiana. Eso se podría discutir en juicio 10 años. Por eso es muy difícil que se demande al librero”, opinó Daniel Pizarro, docente de la UNC. Los sacerdotes hicieron la denuncia en el Inadi Córdoba.
