El príncipe lo anunció solemnemente el día de la Asunción, y alega sobre todo el exterminio de niños con deficiencias.
El 15 de agosto se celebra en Liechtenstein, país mayoritariamente católico, no sólo la Asunción de la Virgen sino también la fiesta nacional.
Y fue el momento elegido por el príncipe heredero Alois para anunciar, en la capital Vaduz, que si el 18 de septiembre se aprueba en referéndum la legalización del aborto, él se opondrá a ello y no firmará la ley, impidiendo su entrada en vigor.
Aunque formalmente no es jefe del Estado, cargo que desempeña su padre Hans Adam II, éste traspasó a Alois en 2004 las competencias correspondientes, entre ellas la sanción de las leyes.
Alois, de 43 años y católico practicante, destacó entre las razones de su oposición "la problemática de los abortos de niños discapacitados", un auténtico exterminio en los países donde el aborto es legal. En Liechtenstein no lo es en ningún caso, y está penado con un año de prisión incluso si se realiza en el extranjero.
En junio el parlamento fue consultado al respecto, pero sólo 7 de los 25 diputados votaron a favor. La consulta se realiza, sin embargo, por iniciativa popular, y prevé una despenalización hasta la duodécima semana
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