Más de la mitad de las muertes infantiles en la Argentina se relacionan con la desnutrición. La pobreza es su causa principal y, también, su principal consecuencia, por lo cual no asombra que los especialistas den una cifra verdaderamente alarmante: hoy, en nuestro país, mueren 28 niños por día.
Pero existe otra situación igualmente grave que afecta a gran parte de los hogares argentinos: la malnutrición, mucho menos conocida en sus consecuencias y también igualmente extendida en vastos sectores de la población.
Se puede afirmar que, con pocas diferencias, en la mesa de los argentinos se consume insuficiente cantidad de leche, hortalizas, frutas, legumbres y pastas. La costumbre de privilegiar como alimento principal la carne vacuna (aun cuando en los últimos años ha decrecido su consumo en detrimento del pollo) por sobre la porcina o la de pescado, o consumir mucho pan y aceite, y grasas sólidas, masas dulces y saladas, y los azúcares agregados a los alimentos convierten a la dieta estándar argentina en monótona y falta de los nutrientes principales, lo cual, sobre todo para los contextos socioeconómicos desfavorables, puede derivar en enfermedades tan complejas como sobrepeso, obesidad, anemia y deficiencias nutricionales, desnutrición crónica y desnutrición aguda.
De allí la importancia de que la semana pasada se lanzara, en el marco del XVIII Congreso Argentino de Nutrición, el programa "Nutrición 10 Hambre Cero" (www.nutricion10hambrecero.org), una iniciativa conjunta de distintas personalidades y organizaciones públicas y privadas argentinas que, con el apoyo de la Fundación OSDE, aspiran a poner punto final a la desnutrición y la malnutrición infantil en la Argentina, convencidos de que la existencia de esos flagelos en un país capaz de alimentar a más de 400 millones de personas representa -como diría el economista Bernardo Kliksberg- un verdadero escándalo ético.
Es esta una apuesta fuerte que reconoce su origen en un trabajo del economista Juan Llach, quien, en mayo último, lanzó esta novedosa consigna en el Congreso de la Fundación Producir Conservando. Allí Llach sostuvo que la Argentina debería tener objetivos más ambiciosos que eliminar el hambre. Que además de hambre cero, tendríamos que ser un país con nutrición 10, y ese concepto fue el núcleo convocante para que las organizaciones dejaran sus protagonismos de lado para articularse en función de un objetivo común. Partiendo de la base de que la alimentación es un derecho humano básico al representar un requisito esencial para crear igualdad de oportunidades, una mejor integración social y el desarrollo sustentable de nuestro país, Nutrición 10 Hambre Cero busca lograr una óptima nutrición de toda población. Son conscientes también de que la calidad y la diversidad de la dieta, más que la cantidad, y una estimulación adecuada e intervenciones oportunas a lo largo del ciclo vital serán claves.
En la Argentina hay un numero grande de importantes organizaciones -la Red de Bancos de Alimentos, Cesni, Conin, Cáritas, por mencionar a las más conocidas- con una larga y valiosa trayectoria en cómo mejorar las condiciones nutricionales argentinas. De allí la importancia de que tanto estas ONG como conocidas empresas de la industria alimentaria y entidades como OSDE hayan decidido unir esfuerzos para trabajar en una red que ya cuenta con más de 1000 organizaciones integrantes a lo largo de todo el país.
Esta propuesta debe llegar a todos los sectores de la sociedad argentina -políticos, empresariales, comunicacionales, educativos- porque los objetivos que la guían deberían ser los mismos para todos: reconocer, en primer lugar, la urgencia del tema por enfrentar; alertar sobre la importancia de una adecuada nutrición materno-infantil durante los primeros seis meses de vida; educar y capacitar sobre la importancia de una alimentación y estilo de vida saludables para toda la población, y procurar el entendimiento y una amplia adhesión a la iniciativa. Por eso, el doctor Abel Albino, fundador de Conin y referente de la lucha contra la desnutrición en la Argentina, invitó a todos los ciudadanos, organizaciones y empresas a sumarse a esta cruzada.
Como el programa busca construir sobre lo ya hecho, sus integrantes se proponen articular los esfuerzos de quienes se encuentran trabajando para mejorar el impacto conjunto de las acciones desarrolladas en el marco del Programa de Nutrición y Alimentación Nacional creado por la ley y la Asignación Universal por Hijo, entre otras normas existentes. A su vez, uno de sus proyectos más ambiciosos consiste en conformar un banco de datos y contenidos que ponga a disposición pública los datos y conocimientos más relevantes y actualizados sobre temas nutricionales a efectos de profundizar su certeza y transparencia.
Una misma convicción alienta a los organizadores y participantes de "Nutrición 10 Hambre Cero", y es que esta iniciativa es absolutamente posible de cumplir, porque la sociedad argentina está demostrando cada vez más que está madura para asumir responsabilidades..
La Nación, Editorial, 20-8-11