Religión digital, 22-1-16
Es
cierto que la doctrina social puede tener, en ocasiones, «diversas lecturas»,
pero algunas interpretaciones han ido demasiado lejos, abanderando el proyecto
de «conformar una sociedad totalmente neoliberal», en contra de lo que enseña
la Iglesia. El secretario general de Cáritas Española, Sebastián Mora, lanzó
esta crítica al presentar este jueves el libro La dignidad de la persona y el
bien común en el salón de actos de Alfa y Omega.
La obra está editada por la Comisión
Permanente de la HOAC, algo que, constató Mora, puede hacer que algunas
personas se acerquen a ella con el prejuicio de que «esto es una cosa progre».
Sin embargo, «es un libro que rezuma ortodoxia». Lo que ocurre es que «la
ortodoxia más fina propone un modelo de sociedad totalmente distinto a lo que
algunos defensores de la ortodoxia han tratado de presentar».
Y no es porque el Papa Francisco haya dado
súbitamente un giro a la doctrina católica. El secretario general de Cáritas
resaltó que algunas críticas contra el pensamiento social de este Pontífice
olvidan que «esas mismas cosas las habían dicho antes Benedicto, Juan Pablo o
Pablo VI».
En concreto, Mora defendió la necesidad de un
mejor equilibrio entre el principio de subsidiariedad, que favorece la libre
iniciativa, y el de solidaridad. El último Informe Foessa, añadió a modo de
ejemplo, aborda al caso de la educación concertada, caso prototípico de
subsidiariedad, que, sin embargo, en España «no está igualando a las personas».
Desde la perspectiva de la doctrina social de la Iglesia, «no puede haber
subsidiariedad sin solidaridad, ni tampoco puede haber solidaridad sin
subsidiariedad».
Un instrumento para el diálogo con los no
creyentes
El responsable de Cáritas presentó La
dignidad de la persona y el bien común como un «buen manual para la formación»
que no se limita a exponer de forma sistemática diversos conceptos de la
doctrina social, sino que «enseña a pensar lo social desde la fe y con fe».
Entendiendo que esta obra está fundamentalmente dirigida a los laicos, Mora
propuso también a la HOAC enviarla a los seminarios, porque «es importante que
los futuros sacerdotes aprendan también a pensar lo social».
El editor del libro, Francisco Porcar, aclaró
que el volumen parte de un plan de formación de la HOAC y que pretende «ser un
instrumento para ofrecer a personas cristianas y no cristianas» el trabajo y
las reflexiones de la organización. Porcar subrayó que el pilar básico de la acción
social para el cristiano es «el amor a las personas concretas», el mismo
principio que debe fundamentar también la vida personal. Uno de los grandes
dramas del momento actual, añadió, es «la ruptura entre la vida social y la
personal».
Al llamar la atención sobre esa carencia,
este libro quiere ayudar a reorientar la acción política, comenzando por
superar la concepción de «lo político» como «lo que hacen los políticos». Se
trata de fomentar una mayor participación social a todos los niveles, desde la
concepción de que «la democracia es la construcción de un proyecto común de la
convivencia desde la diversidad», entendida esta como «un valor positivo» que
enriquece a la sociedad.
Esa construcción desde la diversidad necesita
diálogo, para el cual la doctrina social de la Iglesia puede ser un instrumento
muy valioso, siempre que no caigamos en la tentación de «utilizarla como arma
arrojadiza o martillo de herejes». A modo de ejemplo, Porcar aludió a que ha
impartido cursos a sindicalistas no creyentes que le manifestaron después su
sorpresa al entrar en contacto con el pensamiento social cristiano.