El
PDC, aliado de Bachelet, se opone a la legalización del aborto. Imprevisión o
ingenuidad?
Por Carlos Álvarez
Cozzi
En política no se debe actuar con
imprevisión ni ingenuidad. Sobre todo
cuando de alianzas políticas se trata. Porque eso es lo que justamente le está
sucediendo al PDC chileno en la actualidad. Integró desde hace años la
Concertación Democrática con el Partido Socialista en los gobiernos
democráticos posdictadura, con la presidencia de Patricio Alwyn, Ricardo Lagos
y Michele Bachelet durante sus administraciones, la segunda en curso. Si bien
en los primeros gobiernos el Partido Socialista respetó el acuerdo de que no
procuraría la legalización del aborto, en el actual de Bachelet, (ex presidenta
de ONU Mujeres y connotada partidaria de la ideología de género) que ya había
anunciado en su campaña electoral, que de alcanzar el poder legalizaría no sólo
el aborto sino también el “matrimonio homosexual”, lo quiere concretar. Entonces
cabe preguntarse de que se sorprende o queja al respecto la ex senadora y
ministra chilena Soledad Alvear del PDC (http://infocatolica.com/?t=noticia&cod=25793)?
No creemos que la señora Alvear sea
ingenua o incauta. Nos parece que las incoherencias e imprevisiones en política
tienen un costo y no se debe luego mirar para otro lado o quejarse cuando el
tema era muy anunciado. Si un partido político
como el PDC apoyó a una candidata a presidente que prometió al electorado esa
legislación, por más que no la comparta, nos parece que no le es lícito luego
quejarse porque justamente con sus votos ayudó a que ese presidente, cumpliendo
su promesa de campaña, luego quiera concretar lo prometido. En todo caso el
error del PDC chileno, como lo ha cometido en otros países, es coaligarse con
sectores marxistas que claramente promueven legislación antivida y antifamilia.
Se puede
cooperar con sectores marxistas en proyectos concretos que mejoren los derechos
humanos pero lo que nunca es moralmente lícito es cooperar con llevar adelante
y concretar proyectos de ley que van contra la filosofía humanista del PDC, que
debería ser el pensamiento socialcristiano de siempre.
Ahora el mal en Chile
está prácticamente concretado y ayudado en el mismo por quien debería haberlo
evitado a toda costa. La moraleja es que la colaboración con el mal moral no
sólo es reprobable, desde el punto de vista ético, sino que el PDC
definitivamente debería advertir y con dolor, que nunca lleva a buen destino. Y
que jamás el fin (alcanzar el poder) justifica los medios (apoyar a un partido
y candidato abortista).