por Pablo J.Ginés
Centro de
Estudios Políticos y Sociales “Santo Tomás Moro", 30-3-16
Dar de comer y beber, hidratar y nutrir al enfermo, es
el mínimo ético de cualquier sociedad... incluso si un enfermo dice que no
tiene hambre, que está desanimado, que para qué vivir... el médico busca salvar
su vida, ahorrarle dolor y dar ese servicio mínimo que es nutrir e hidratar.
Nutrir e hidratar no es desproporcionado: es lo básico que los humanos hacemos
unos por otros.
Ahora, una ley francesa obligará a los médicos a dejar
de nutrir e hidratar a algunos enfermos, si así lo piden ellos... o sus
"delegados", alguien que ha recibido autoridad de ese enfermo para pedirlo,
quizá muchos años antes, quizá en condiciones extrañas...
Por supuesto, quien no es nutrido e hidratado se
debilita y muere.
Esta nueva ley aparece en la prensa como
anti-eutanasia, pero las entidades provida y de ética médica son críticas con
ella.
Por ejemplo, el colectivo Aliviar Pero No Matar juzga
el texto demasiado ambiguo: el texto habla de la sedación continua al final de
la vida pero no especifica que esa sedación no debe tener como objetivo
«provocar la muerte» o facilitar la eutanasia. Puede ser un coladero.
Matar enfermos es legal en Holanda, Bélgica y
Luxemburgo
La eutanasia directa (matar al enfermo) se practica
desde hace años legalmente en Holanda, Bélgica y Luxemburgo. Nació
supuestamente rodeada de controles, en la práctica está descontrolada (en
Bélgica, el supuesto comité ´de control´ lo dirige el mayor eutanasiador
-explicado aquí-) y su alternativa ética, los cuidados paliativos, poco
desarrollados. En Suiza, hay espacio para el suicidio asistido (el enfermo -o
sano, basta con ser solicitante- se mata a sí mismo con la ayuda de un
"profesional").
La nueva ley francesa se presenta como una «ley de
final de la vida». Según las agencias, obligará a los médicos a aplicar la
«sedación profunda y continua» a un paciente en fase terminal que lo solicite,
definido como aquel con una «afección grave e incurable» con «pronóstico vital
comprometido a corto plazo» y con un cuadro médico de «sufrimiento que resiste
a los tratamientos».
Lo que ya hacen los médicos del mundo
Lo cierto es que en todo el mundo, todos los médicos
aplican sedación al final de la vida sin necesidad de ley alguna cuando de
verdad hay sufrimientos atroces sin otra forma de mitigarlos, la muerte es muy
cercana, no hay tratamiento y con el consentimiento del paciente. Se da cuando
la muerte está próxima y entre muchos dolores y el paciente prefiere esperarla
dormido (sedado). Pero eso no implica dejar de nutrir e hidratar al paciente.
En la buena ética médica el paciente muere de su
enfermedad incurable, no de la sedación ni de hambre ni de sed.
Las agencias hablan de que con esta ley "los
facultativos le retirarán así los medicamentos que le mantienen vivo
artificialmente así como la nutrición y la hidratación"... como si la
nutrición e hidratación fueran algo artificial y desproporcionado, y no lo que
es: un cuidado básico normal para un enfermo.
El delegado que puede ordenar la sedación
La ley dice que se aplicará de manera«general y
homogénea» y se le otorgará al paciente la última palabra. Atención: al
paciente o a alguien que, supuestamente, hablará por el paciente, "una
persona de confianza designada también de forma previa y por escrito por el
enfermo".
"La función de ese delegado no tendrá fecha de
caducidad y su decisión prevalecerá sobre cualquier otra opinión, mientras que
hasta ahora el médico disponía de la última palabra a la hora de decretar la
sedación profunda", especifican las agencias.
Así, ese delegado -de cuyos intereses es lícito
sospechar- prevalece ante los profesionales médicos especialistas en acompañar
cotidianamente enfermos en sus últimos días. Cabe pensar que quien ha
acompañado cientos de muertes puede saber mucho más que quien apenas conoce el
acercamiento de la suya y a través muchas veces del miedo o el dolor.
Una promesa de Hollande
Las agencias añaden que este texto es sucesor de leyes
aprobadas en 1999, 2002 y 2005, fruto de la reflexión del diputado socialista
Alain Claeys y del conservador Jean Leonetti, que resumió la nueva ley como la
posibilidad de «dormir antes de morir para no sufrir».
Debatida en diferentes foros desde otoño de 2012 antes
de llegar este enero al Parlamento, la ley es una promesa electoral del
presidente de Francia, François Hollande, que se comprometió a legalizar «una
asistencia medicalizada para terminar la vida desde la dignidad».
El texto, acordado por el gobernante Partido
Socialista (PS) y por la oposición conservadora de Los Republicanos (LR), ha
sido adoptado a mano alzada por los diputados de la Asamblea Nacional.
Posteriormente ha pasado al Senado, donde se espera que también sea aprobada.
La ley se queda corta para algunos activistas
pro-eutanasia, como el primer ministro de Francia, Manuel Valls, y la titular
de Sanidad, Marisol Touraine, que en 2009 firmaron una petición a favor del
derecho a una «ayuda activa» a la defunción, es decir, a matarse, a suicidarse
con apoyo profesional.