Resulta sorprendente que una experimentada dirigente política, que ha tenido una actuación seria hasta ahora, haya sido seducida por influencias ideológicas.
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LE OTORGARÍAN A
LOS ANIMALES MAS DERECHOS QUE A LAS PERSONAS POR NACER
NOTIVIDA, Año XXI,
Nº 1243, 15 de abril de 2021
La diputada
Graciela Camaño presentó un proyecto de ley (expte.1358-D-2021) que tiene por
objeto “reconocer como sujetos de derecho a los animales que, por sus
particulares características, revisten la calidad o condición de personas no
humanas” con la finalidad de “consagrar un estatus jurídico que contemple
estrictamente sus derechos”.
Se le asignaría
“la condición de persona no humana”, a aquellos animales que “demuestran contar
con especiales capacidades cognitivas y/o sintiencias complejas que los
distinguen de las restantes especies” (art. 3).
Se considerarían “derechos básicos de la persona no humana”:
a) el derecho a la vida, b) el derecho a la libertad, c) el derecho a no
sufrir, y d) el derecho a la salud y a la asistencia alimentaria (art. 4).
“Las personas no
humanas” no podrán ser objeto de transacciones comerciales ni estar en
cautiverio. Tampoco podrán ser utilizados como parte de investigaciones o
pruebas (art. 5).
Cualquier persona
estaría legitimada para actuar “en la defensa y protección de los derechos e
intereses de las personas no humanas” por la vía administrativa o judicial, especialmente
con “acciones de Habeas Corpus y de Amparo, según corresponda conforme al
derecho afectado” (art. 6). Recordemos que el “habeas corpus” es una figura
jurídica pro defensa de personas, mediante el cual se solicita a un juez la
liberación de una “persona humana” ilegalmente detenida; y que si bien existe
en el derecho la figura de “persona jurídica”, ésta se refiere por analogía con
la persona física, a entes ideales conformados por seres humanos.
En nuestro país,
en el año 2014, la Sala II de la Cámara Federal de Casación - integrada por los
jueces Ángela Ledesma, Alejandro Slokar y Pedro David- dictó un fallo nefasto
por el que resolvió que “la orangutana
Sandra es una persona no humana, y por ende, sujeto de derechos y consecuentes
obligaciones hacia ella por parte de las personas humanas”. La sentencia se
fundaba en los argumentos que Eugenio Zaffaroni desarrolló en su obra “La
Pachamama y el humano” y ambas cosas se mencionan en los fundamentos del
proyecto.
En 2019 la
orangutana Sandra fue transportada en avión a un “santuario para primates” en
Florida-EEUU, el costo de la decisión superó los US$100.000. Hechos como éste
contrastan bestialmente con la ley de aborto aprobada a fines del año pasado.
Todos rechazamos
el maltrato hacia los animales que en nuestro país está penalizado desde 1954;
pero eso dista de la cosmovisión que subyace en este tipo de iniciativas. Al
Nuevo Orden Mundial no le alcanza con la visión antropocéntrica que desplazó a
la teocéntrica, necesita avanzar más. Decía
Gorbachev al presentar la Carta de la Tierra en 1997, que había que ayudar a la
humanidad a cambiar esta visión porque se necesitaba hacer la transición de la
idea del hombre como rey de la naturaleza a la convicción de que el hombre
forma parte de ella.
Elevar a los
animales a la categoría de “personas”, implica desligar la noción de persona de
la de trascendencia y reducir el valor de cada ser humano, lo que le abre las
puertas al control demográfico. Sorprende que este nexo no haya sido advertido
por la autora del proyecto que siempre ha defendido con firmeza el valor
inviolable de la vida humana.
Tal como
denunciara el P. Juan Claudio Sanahuja, la ONU se ha empeñado en esta
subversión ideológica del orden del cosmos que trató de imponer especialmente
desde sus conferencias internacionales sobre medioambiente y desarrollo.
“Desde hace tiempo la opinión pública está siendo
sometida a un lavado de cerebro que trata de sustituir el concepto de respeto
debido a la naturaleza, de raíz eminentemente cristiana, con los esquemas
ecologistas de la nueva ideología del humanismo inmanentista” (.) “En los
documentos internacionales se llama claramente a este empeño, proceso de
reingeniería social. Por un lado, se pretende salvar de un supuesto exterminio,
por ejemplo, a las focas, ballenas, gorilas… por otro, no sólo se justifica,
sino que se tiene como una obligación ‘natural` procurar y provocar un
verdadero y propio holocausto con leyes que autorizan el abominable crimen del
aborto” (Noticias Globales nº
82, 4 de agosto de 1998).
“La nueva
ideología está impedida de distinguir entre el ser humano y la bestia. No es
infrecuente, por ejemplo, que en documentales de televisión sobre la vida
silvestre, producidos por National Geographic, Audubon Society o la BBC, se
llame al chimpancé ‘nuestro hermano’ o ‘nuestro primo’ y, en general, no sólo
se culpe al hombre de algunos desmanes que son ciertos, sino que se lo presente
por definición como ‘el enemigo’ de la naturaleza -el máximo depredador-, sin
reconocer su dignidad trascendente y poniéndolo en pie de absoluta igualdad con
los otros seres vivos, distinto de ellos sólo por pequeños porcentajes de ADN”
(Noticias Globales nº 473, 6 de enero de 2002).