DON BOSCO

DON BOSCO
"BUENOS CRISTIANOS Y HONRADOS CIUDADANOS"

DIFUSORES DE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA

 De la documentación completa del último Sínodo de Córdoba, que acaba de publicarse, destacamos una ponencia que propone la formación de difusores de la DSI.


XI SÍNODO ARQUIDIOCESANO DE CÓRDOBA

2018

 

ORIENTACIONES PARA FAVORECER Y FUNDAMENTAR

LA VOCACION LAICAL

 

Silvana Scarpino - Zona Pastoral 1 de Capital.

 

 

Como consecuencia del Sacramento del Bautismo, los fieles son injertados en Cristo y son llamados a vivir el triple oficio: sacerdotal, profético y real. Esta vocación debe ser fomentada constantemente por los pastores en las Iglesias particulares.

Sin embargo, se comprueba que la mayor parte de los bautizados no ha tomado aún conciencia plena de su pertenencia a la Iglesia y en nuestro caso, de la vocación laical asumida. Se siente católicos, pero no Iglesia. Pocos viven un proceso de experiencia e interiorización de la vocación laical, muchas veces, sin llegar a desarrollar un itinerario que permita comprometerse con el “ser laico” y, por otro lado, no son siempre adecuadamente acompañados por los Pastores en el descubrimiento y maduración de su propia vocación.

 

Hemos comprobado la persistencia de cierta mentalidad clerical en numerosos interlocutores de pastoral, clérigos y laicos. La dedicación de muchos laicos de manera preferente a tareas intraeclesiales y una deficiente formación, les priva de dar respuestas eficaces a los desafíos actuales de la sociedad.

Los diversos ministerios oficios y funciones que los fieles laicos pueden desarrollar legítimamente en la Iglesia, deberán ser ejercitados en conformidad con su específica vocación laical.

 

El campo propio de la actividad evangelizadora de los fieles laicos, es el dilatado y complejo mundo de la política, de la realidad social, de la economía, de la cultura, de las ciencias y de las artes, de la vida internacional, de los medios de comunicación social, de la familia, educación y trabajo.

 

Por ello, es necesario hacer todo lo posible para suscitar y robustecer tal identidad, esta presencia y acción, el compromiso de los fieles laicos en la ciudad secular, con la responsabilidad y la libertad que se les reconocen. Ellos deben crecer en una renovada confianza en la potencia constructiva del Evangelio en todos los campos de la vida social llevando el testimonio evangélico, la presencia de la Iglesia, el anuncio y la experiencia.

 

Se necesita con urgencia, superar el anonimato de los cristianos en la vida pública mediante una adecuada educación en la fe, un profundo sentido de comunión, un ímpetu misionero y conocimiento y propuesta creativos de la Doctrina Social de la Iglesia para saber afrontar juntos las grandes cuestiones del tiempo presente.

 

(XI SINODO ARQUIDIOCESANO DE CÓRDOBA; Intervenciones de Sinodales Pág. 31 de 56).

 

La formación de los fieles laicos en la Doctrina Social de la Iglesia, se ha de colocar entre las prioridades de la Diócesis, teniendo como objetivo el descubrimiento cada vez más claro de la propia vocación y la disponibilidad para vivirla en el cumplimiento de la propia misión. No se trata de saber solamente lo que Dios quiere de nosotros, sino de hacer lo que Dios quiere.

 

No se da formación verdadera y eficaz si cada uno no asume y desarrolla por sí mismo la responsabilidad de formación, configurándose como auto-formación.

 

La Doctrina Social de la Iglesia propone, especialmente a los laicos católicos, los principios ideales actuales como criterios de juicio y construcción social: la dignidad de la persona, la subsidiaridad como tarea de la propia libertad y la solidaridad como expresión de la caridad. Por otro lado, ofrece una especie de “programa” que no es negociable, tendiente a la defensa de la vida como don, la protección de la verdad y liberad. Los católicos deben estar convencidos de que la Doctrina Social de la Iglesia es apta para resolver los problemas sociales. No es una “última vía” de solución, sino que tiene categoría propia; no pertenece al ámbito de la ideología sino al de la teología, siendo lo suficiente amplia para adaptarse y aplicarse a las variables de los tiempos sin negar sus principios inmutables y permanentes.

 

La dificultad para utilizar esta valiosa herramienta doctrinal fue exhibida en el diagnóstico que realizaron los Obispos argentinos, hace ya varios años atrás en dónde expusieron que: “… En un país constituido mayoritariamente por bautizados, resulta escandaloso el desconocimiento y, por lo mismo, la falta de vigencia de la Doctrina Social de la Iglesia. Esta ignorancia e indiferencia permiten que no pocos hayan disociado la fe del modo de conducirse cristianamente frente a los bienes materiales y a los contratos sociales de justicia y solidaridad…”. (Navega Mar Adentro, 2003, p. 38).

 

A fin de revertir esta situación, sugerimos una metodología acorde con el problema señalado, preparando a partir del año venidero, la formación de difusores de la Doctrina Social de la Iglesia, y que en un año les permitirá la transmisión de los conocimientos básicos de la Doctrina a todos los interlocutores pastorales de todas las parroquias y comunidades de la Arquidiócesis de Córdoba, con la modalidad de trabajo que se adjunta como Anexo de la presente.

 

ANEXO

 

Modalidad:

 

1.Se convocará a los interesados en estudiar los puntos esenciales de la Doctrina Social de la Iglesia, con vistas a su difusión posterior, en el ámbito de actuación de cada cursante.

 

2. El curso estará basado en el Compendio oficial de la disciplina, pudiéndose utilizar bibliografía de consulta.

 

3. Contenido del Curso:

 

Mód. 1: Iglesia y Doctrina Social (Cap. 2 y 12)

Mód. 2: Principios de la Doctrina Social de la Iglesia (Cap. 4)

Mód. 3: Persona humana y sus derechos (Cap. 3)

Mód. 4: La familia (Cap. 5)

Mód. 5: El trabajo humano (Cap. 6)

Mód. 6: La vida económica (Cap. 7)

Mód. 7: Comunidad política (Cap. 8)

Mod. 8: La comunidad internacional (Cap. 9)

Mód. 9: El medio ambiente (Cap. 10)

Mód. 10: La paz (Cap. 11)

 

4. Los cursantes deberán leer los capítulos del Compendio correspondientes a cada módulo del programa, siendo evaluados con un cuestionario sencillo cada quince días, en encuentros presenciales. A los inscriptos, se les indicarán los párrafos de cada capítulo que se tendrán en cuenta para las evaluaciones.

 

5. En las evaluaciones, será necesario responder correctamente un 60 % de las preguntas formuladas. Quienes no alcancen dicho porcentaje o no asistan a un encuentro, tendrán otra oportunidad para evaluar.

 

6. Miembros del equipo docente expondrán en los encuentros presenciales sobre aspectos importantes del Compendio, compartiendo entre todos, las dudas e inquietudes que surjan.