DON BOSCO

DON BOSCO
"BUENOS CRISTIANOS Y HONRADOS CIUDADANOS"

UNIDAD MÓVIL OFICIAL PARA ABORTAR



EN LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES

              El Consorcio de Médicos Católicos de Buenos Aires manifiesta su estupor y considera que la decisión del Sr. Gobernador de la Provincia de Buenos Aires Daniel Scioli y de su Ministro de Salud Alejandro Collia, quien ha anunciado el 4 de Agosto de 2014, la creación de una unidad móvil para realizar abortos en las localidades de la Provincia en que los médicos, por objeción de conciencia, se nieguen a realizar estos actos criminales, que el Ministro mal llama “acciones de salud”, es realmente un asesinato encubierto con otro nombre. En realidad, se ha creado la “unidad móvil de la muerte”.

            Recordamos que cuando el espermatozoide masculino penetra en el óvulo femenino, se crea un nuevo ser, pequeño (140 um de tamaño, es decir 0,140 mm) pero ya es una vida humana. A las pocas horas, se divide en dos células, , luego en tres y así se llega a un recién nacido, un niño, un joven y un adulto. Es realmente notable que a esta altura de los conocimientos y con la visión que tenemos del genoma humano desde el año 2000, los partidarios del aborto, sostengan con falacias lo que es un verdadero asesinato. Siempre, desde el comienzo, la vida nueva “no es una cosa”, sino “es alguien”. Es un ser humano, gozando de todos los derechos y garantías que tienen los seres humanos: y desde luego del principalísimo “derecho a la vida”.

            No es lícito matar voluntariamente a un humano inocente. En los casos de aborto provocado se trata además de un homicidio con agravantes. Es un acto traicionero ejecutado con alevosía y premeditación. Traicionero porque se hace sobre un ser que no puede defenderse, que vive pacíficamente en el vientre de su madre y que fue llamado a la vida sin que él interviniese; alevosía porque los que lo ejecutan no corren ningún peligro; premeditadamente porque hay tiempo para pensar y organizar su muerte y en banda porque son varios los que intervienen en este asesinato. No es lícito aunque ese ser esté enfermo. No es lícito tampoco aunque sea producto de una violación, tanto en una mujer sana, como en una enferma, idiota o demente (art. 86, 2º del Código Penal).

            El gravísimo delito de violación no se soluciona con otro delito aun mayor, que es la muerte de un inocente. El niño genéticamente recibió la mitad de los genes de su madre y la otra mitad del violador. La madre que fue violada debe ser asistida medicamente en su cuerpo y en su psiquis, pero no debe ser de nuevo gravemente agredida ocasionando la muerte de su propio hijo. El aborto provocado siempre produce en la madre un grito silencioso de dolor, dejando secuelas psíquicas irreversibles que le durarán toda su vida.

 El Sr. Ministro dice que hay que facilitar el aborto de las madres que así lo quieran y expresa, faltando gravemente a la verdad y a la realidad: “todos los derechos deben ser respetados”. Justamente, el fin de la unidad móvil propuesta es totalmente opuesto a ello, pues se ha creado para matar seres humanos de pocos días, semanas o meses de vida, despreciando al más elemental y primero de los derechos: “el derecho a la vida de un inocente”. Verdaderos crímenes que son revestidos de legalidad.

            Esperamos que el Sr. Gobernador y el Sr. Ministro de Salud recapaciten y anulen esta misión móvil destinada a asesinar pequeños seres humanos en localidades bonaerenses, donde honrados médicos –a los que felicitamos- cumplen su misión profesional y su juramento hipocrático y se niegan -por objeción de conciencia- a comprometerse en el asesinato de indefensas personas aun no nacidas.            Además de lo expuesto médica y antropológicamente, para los que creemos o no en Dios, el aborto es una profanación del mandamiento “No matarás” , que es universal . Y sobre todo para los cristianos, es la absoluta negación de las enseñanzas sobre la Vida y el Amor que enseñó Jesús en el Sermón de la Montaña.

Dr. Alejandro Martínez Wagner, Presidente
Dr. Antonio Catalán Pellet, Secretario
Dr Carlos Abel Ray, Consultor
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NOTIVIDA, Año XIV, Nº 937, 8 de agosto de 2014