DON BOSCO

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"BUENOS CRISTIANOS Y HONRADOS CIUDADANOS"

DEFENSORES DEL ABORTO DICEN QUE LA INGENIERÍA SOCIAL ES SUPERIOR AL MEJORAMIENTO DE LA SALUD



Rebecca Oas, Ph.D.
NUEVA YORK, 15 de agosto (C-FAM)

«Nosotros no brindamos principalmente asistencia médica preventiva [,] curamos enfermedades o las prevenimos. Lo que obramos es un cambio social». Así escribe Daniel E. Pellegrom de Pathfinder International en un libro científico reciente que se ofrece a educadores, dirigentes de políticas y defensores del aborto y de otros aspectos de la «salud reproductiva». Pathfinder se jacta de haber ayudado al gobierno comunista de Beijing cuando lanzó su brutal política de un niño por familia.

Critical Issues in Reproductive Health [Cuestiones críticas en salud reproductiva], publicado este año por la editorial científica Springer, ofrece una visión reveladora del estado actual del debate mundial sobre el aborto, la anticoncepción y el papel de la reproducción humana en la sociedad.

Dos de las estrategias más comunes utilizadas en el siglo veinte para promover la agenda abortista fueron vincular el aborto a la salud femenina y al crecimiento demográfico. En este libro, los capítulos que abordan este y otros temas demuestran lo que los críticos sostienen desde hace mucho tiempo: que estos asuntos eran un pretexto para hacer que el aborto fuera más aceptable.

En un capítulo sobre leyes de aborto y demografía, el profesor en Sociología Dennis Hodgson señala que muchos de los países que cuentan con las leyes de aborto más permisivas ahora están sufriendo descensos asociados al envejecimiento de la población y a la fecundidad por debajo del nivel de reemplazo. Teme que los gobiernos restrinjan el aborto para fomentar más nacimientos.

Debido a que hacen gala de la mayor fertilidad del mundo y de tener una de las protecciones legales más fuertes para los niños por nacer, los países africanos experimentan gran presión interna y externa para que legalicen el aborto. Pero la fertilidad está disminuyendo allí también.

Hodgson advierte que «La oportunidad de explotar el punto de tensión antinatalista es breve, incluso en África». Como la fecundidad disminuye, los responsables de políticas «sentirán notablemente menos presión demográfica para liberalizar sus políticas de aborto».

Por tratarse de un libro científico que dedica una considerable cantidad de espacio al aborto, este volumen adolece de una perspectiva relativamente sesgada. Aunque Hodgson admite que «los dirigentes gubernamentales están lejos de un consenso en cuanto a la proposición de que todas las mujeres deberían tener acceso sin complicaciones al aborto», los diversos autores del libro ven desde lejos la postura provida y la plantean como una curiosidad a ser estudiada o como un obstáculo a ser encarado, pero no brindan espacio para que ella valga por sus propios méritos. 

La presidente de Women Deliver, Jill Sheffield, admite que «[e]l aborto legal puede ser, y a menudo es, riesgoso» y sugiere que, centrándose en la seguridad, «permitimos a aquellos que se oponen al aborto que sean parte de la conversación».

Daniel Pellegrom parece ser menos conciliador: «[P]odemos tranquilizarnos, la oposición es tan locuaz porque está perdiendo». Acusa a los provida de «aprovechar las reacciones emocionales del público en general» empleando un lenguaje «simplificado, emotivo y manipulador» y se queja de que el aborto y la anticoncepción con frecuencia son «tratados de acuerdo con principios e ideales culturales y religiosos, en vez de hechos científicos y basados en la evidencia empírica».

Entretanto, en un capítulo sobre la semántica de los asuntos de salud reproductiva, el profesor de Sociología Alaka Malwade Basu intenta pasar completamente por alto la evidencia científica en favor de la confusión voluntariamente explotada. En cuanto a interrogantes tales como cuándo comienza la vida o cuándo un ser humano adquiere el alma, escribe: «No solo existe una gran posibilidad de ambigüedad en las respuestas a estas preguntas; las culturas pueden a menudo fomentar activamente tal ambigüedad».

Basu sugiere que incluso donde las leyes y las normas sociales claramente protegen al niño por nacer, «el estado, así como la religión organizada, puede, mediante una adecuada elección de palabras, hacer que sea mucho más fácil para las mujeres conseguir el aborto».

Aunque reconoce la inmensa diferencia entre Pathfinder International y Catholic Relief Services, Pellegrom sostiene que ambas comparten el interés por hacer frente a la pobreza. Luego, citando como fuente de inspiración a la fundadora de Planned Parenthood, Margaret Sanger, continúa diciendo: «El planificador familiar no solo quiere aliviar la pobreza, el planificador familiar quiere exterminar la pobreza».

Concluye con un llamado al aborto legal, sin mencionar la seguridad. «No se trata de salud pública; se trata de política pública».

Traducido por Luciana María Palazzo de Castellano