El Vaticano expresó su recelo ante la propuesta que Francia, como presidente de turno de la Unión Europea (UE), plantea presentar ante la ONU para exigir la "despenalización" universal de la homosexualidad.
En unas declaraciones que recoge la prensa romana, el representante permanente del Vaticano ante la ONU, monseñor Celestino Migliore, expresa su recelo ante la iniciativa de Francia, que, según fuentes oficiales francesas, pretende iniciarse el próximo 10 de diciembre. "El catecismo de la Iglesia católica dice, y no desde hoy, que en lo que respecta a las personas homosexuales se debe evitar cualquier muestra de injusta discriminación. Pero aquí la cuestión es otra", dice monseñor Migliore en una entrevista a la agencia de noticias francófona I.Media, especializada en temas vaticanos.
"Con una declaración de valor político, suscrita por un grupo de países, se pide a los Estados y a los mecanismos internacionales de actuación y control de los derechos humanos que añadan nuevas categorías protegidas de la discriminación, sin tener en cuenta que, si se adoptan, éstas mismas crearán nuevas e implacables discriminaciones", añade. Por ejemplo, dice el representante del Vaticano ante la ONU, "los Estados que no reconocen la unión entre personas del mismo sexo como 'matrimonio' serán puestos en la picota y serán objeto de presiones". Monseñor Migliore asegura que todo lo que va en favor del respeto y de la tutela de las personas forma parte del patrimonio humano y espiritual de la Iglesia Católica.
La secretaria de Estado francesa de Derechos Humanos, Rama Yade, anunció el pasado 17 de mayo, con motivo de la Jornada Internacional contra la homofobia, la intención de su Gobierno de llevar la despenalización universal de la homosexualidad ante la ONU durante su periodo de presidencia de la UE, que finaliza el 31 de diciembre.
La Santa Sede contra la discriminación injusta de homosexuales
Por su parte, el portavoz vaticano, padre Federico Lombardi, ante interpretaciones de algunos medios de comunicación, aclaró que la Santa Sede está en contra de las injustas discriminaciones de los homosexuales.
El padre Lombardi emitió una declaración con la que comenta la oposición expresada en una entrevista por monseñor Migliore a la propuesta presentada por Francia de aprobar la despenalización universal de la homosexualidad, que podría incluir al mismo tiempo la imposición del matrimonio homosexual en la legislación de los diferentes países.
Respondiendo a las preguntas de periodistas, el director de la Oficina de Información de la Santa Sede aclaró: "Obviamente nadie quiere defender la pena de muerte para los homosexuales, como alguno quisiera dar a entender".
"Los conocidos principios del respeto de los derechos fundamentales de la persona y del rechazo de toda injusta discriminación -reconocidos claramente por el mismo Catecismo de la Iglesia Católica- excluyen evidentemente no sólo la pena de muerte, sino todas las legislaciones penales violentas o discriminatorias en relación con los homosexuales".
El número 2358 del Catecismo de la Iglesia Católica afirma: "Un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales instintivas. No eligen su condición homosexual; ésta constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba".
"Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta -pide el Catecismo-. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición".
Según el portavoz vaticano, la propuesta francesa no sólo busca "despenalizar la homosexualidad", "sino además introducir una declaración de valor político que puede derivarse en sistemas de control, según los cuales, toda norma -no sólo legal, sino también relativa a la vida de los grupos sociales o religiosos- que no ponga exactamente en el mismo nivel toda orientación sexual podría ser considerada como contraria al respeto de los derechos del hombre".
"Esto puede convertirse claramente en un instrumento de presión o discriminación ante quien, sólo por poner un ejemplo muy claro, considera que el matrimonio entre un hombre y una mujer es la forma fundamental y originaria de la vida social y como tal ha de ser privilegiado", aclaró el padre Lombardi.
"No es casualidad que menos de 50 estados miembros de las Naciones Unidas hayan adherido a esta propuesta, mientras que más de 150 no han adherido. La Santa Sede no es la única", concluyó.
AICA, 3-12-08