DON BOSCO

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"BUENOS CRISTIANOS Y HONRADOS CIUDADANOS"

VEINTE AÑOS DEL GRAVE INTENTO DE DESCONOCIMIENTO DEL ESTADO DE DERECHO

EN PLENA DEMOCRACIA URUGUAYA.
La extradición de un vasco residente en Uruguay reclamada por España


Por Carlos Álvarez Cozzi 

Por estos días se cumplen vente años de los “incidentes del Filtro”, como se le llamó, por haber sido en esa zona de Montevideo la principal refriega originada por grupos que se resistían a que el Gobierno democrático del presidente Lacalle cumpliera con el fallo firme de la Justicia que ordenaba extraditar a España a un ciudadano vasco residente en Uruguay, acusado de graves delitos de terrorismo.

Y dicha resistencia ilegítima fue alentada irresponsablemente por la cúpula dirigente del opositor Frente Amplio en ese momento. Seregni, Vázquez y Astori se pronunciaron en contra de la extradición del vasco y se equivocaron feo porque, seguramente sin quererlo en forma expresa, alimentaron la resistencia de grupos políticos como el MPP y otros como sindicales y estudiantiles para que se concentraran en las inmediaciones del Hospital Filtro de entonces, en la zona próxima al Edificio Libertad. La refriega con la policía que debía de ejecutar el traslado del extraditado al Aeropuerto de Carrasco para la entrega del reclamado al Estado reclamante, causó la muerte de Morroni.

Se supo luego que hubo varios vehículos del MPP con armas y grampas “miguelitos” en la zona, en pleno gobierno democrático, a efectos de resistir la entrega del vasco.
Resulta indignante que, en ese momento, a diez años de recuperada en Uruguay la democracia y el Estado de Derecho hubiera reaccionarios de izquierda dispuestos a todo con tal de impedir el normal funcionamiento de la Justicia.

Corresponde recordar que el sistema penal uruguayo preve el instituto de la extradición, como exclusivamente judicial, con intervención del Ministerio Publico,  para controlar que se cumplan los requisitos juridicos, sin posibilidad alguna del gobierno de contradecir lo que la Justicia resuelva, en este caso, según el Tratado de Extradición vigente en ese momento entre el Reino de España y Uruguay de 1885, que luego, en 1996 fue sustuido por otro mas moderno y de mejor tecnica juridica, que fue ratificado y esta vigente.  

Esto supone, que en Uruguay, con todas las garantias, una vez que el tema paso por el Juzgado Penal de 1ª. Instancia competente, se apelo la decisión de entrega ante un Tribunal de Apelaciones en lo Penal y por ultimo la Suprema Corte de Justicia no hizo lugar a la casacion del fallo impetrado por la defensa de reclamado, la sentencia quedo firme y al Poder Ejecutivo no le cabe otra opicion que cumplir la decisión judicial. Sabido es que la Justicia del pais requerido no se pronuncia sobre la culpabilidad del reclamado sino solamente si corresponde o no la entrega, por cumplirse los requisitos procesales previstos sea en el tratado de extradición que resulte vigente o en la normativa de fuente nacional, en caso de ausencia de tratado.

Cabe recordar que durante el primer gobierno de Sanguinetti, el primer ministro español Felipe Gonzalez le habia solicitado al gobierno uruguayo apurar el tema y nuestro presidente le habia respondido que en Uruguay la Justicia es un poder independiente y nada podia hacer mas que esperar el fallo final para ahí si ejecutarlo mediante la entrega del reclamado al pais solicitante de la extradición.
Y asi fue, culminado el primer gobierno de Sanguinetti, el tema quedo resuelto por la Justicia durante el gobierno de Lacalle, y en el año 1994 la Suprema Corte dio su sentencia final quedando confirmada la extradición. El ministro del Interior de entonces era el Dr. Angel Maria Gianola, que aun vive. El secretario de Estado fue quien en forma correctisima dispuso que las fuerzas de seguridad cumplieran la orden judicial y llevaran al extraditado hacia el Aeropuerto para embarcarlo con destino al pais requirente. 

La moraleja que deja esta historia ocurrida en plena democracia, que corresponde recordar y en la que el extraditado tuvo todas las garantias, es que la izquierda mostro su hilacha intolerante y poco respetuosa de la Justicia como poder independiente del Estado. Puso en riesgo las instituciones al alentar los lideres frentistas la resistencia a que se cumpliera con una decisión absolutamente legitima. 

Siguen recordando al fallecido Morroni, un manifestante que participo de la refriega alentada irresponsablemente por los lideres de la izquierda opositoria, y nos parece bien recordar a dicho fallecido. Lo que no se debe olvidar de quien fue la irresponsabilidad de intentar resistir una orden legitima de entrega de un reclamado que lo vimos hace veinte años subir al avion en camilla por encontrarse en huelga de hambre en ese momento, bajar luego en una escala caminando y bebiendo un refresco y enterarnos que finalmente recibio en su pais una sentencia a veintisiete años de penitenciaria.
Un pais que olvida su pasado queda irremediablemente condenado a repetir los errores cometidos. Y es por eso mantenemos vivo el recuerdo de estos hechos.





(#) Abogado, profesor universitario, especialista en Derecho Internacional Penal.