reclasifica el cannabis, aunque sigue
considerándolo perjudicial
Noticias ONU, 3
Diciembre 2020
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Con motivo de la creación en la Argentina, de la Agencia nacional de Cannabis, conviene recordar la decisión de Naciones Unidas al respecto.
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Al revisar una
serie de recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud sobre la
marihuana y sus derivados, la Comisión de Estupefacientes de la ONU eliminó el
cannabis de la Lista IV de la Convención Única de Estupefacientes de 1961,
donde figuraba junto a opioides adictivos y letales como la heroína.
Con 27 votos a
favor, 25 en contra y una abstención, la citada Comisión ha abierto la puerta
al reconocimiento del potencial medicinal y terapéutico de la droga, aunque su
uso con fines no médicos y no científicos seguirá siendo ilegal. Según
distintas informaciones, la decisión podría impulsar investigaciones
científicas adicionales sobre las propiedades medicinales de la planta.
Larga espera
En enero de 2019,
la Organización Mundial de la Salud dio a conocer seis recomendaciones
relacionadas con el cannabis y su retirada de los tratados de control de drogas
de la ONU.
La Comisión de
Estupefacientes votó esas propuestas originalmente durante su sesión de marzo
de ese mismo año, donde muchos países solicitaron más tiempo para estudiar su
respaldo a la retirada del cannabis como narcótico y definir mejor sus
posiciones, según distintas noticias de prensa.
Entre sus
recomendaciones, la Organización Mundial de la Salud indicó que el cannabidiol
(CBD) con un 2% o menos de tetrahidrocannabinol (THC, sustancia adictiva) no
debería estar sujeto a controles internacionales.
Los Estados miembros
rechazaron esa recomendación por una variedad de razones, entre ellas porque
algunos Estados miembros argumentaron que el CDB no está actualmente bajo
control internacional y, por lo tanto, no había necesidad de tomar medidas. El
CBD ha asumido un papel destacado en las terapias de bienestar en los últimos
años y ha provocado una industria de miles de millones de dólares.
Actualmente, más
de 50 países han adoptado programas de cannabis medicinal, mientras que Canadá,
Uruguay y 15 estados de Estados Unidos han legalizado su uso recreativo. México
y Luxemburgo también están estudiando esta posibilidad.
Distintas
posiciones
Después de la
votación, algunos países quisieron explicar su voto. Así, Ecuador apoyó todas
las recomendaciones de la OMS e instó a que la producción, venta y uso de
cannabis tenga “un marco regulatorio que garantice las buenas prácticas, la
calidad, la innovación y el desarrollo de la investigación”.
Mientras tanto,
Estados Unidos, que votó por eliminar el cannabis de la Lista IV de la
Convención Única, se inclinó por mantenerlo en la Lista I, argumentando que es
"coherente con la ciencia que demuestra que, si bien se ha desarrollado un
tratamiento derivado del cannabis seguro y eficaz, el cannabis en sí continúa
planteando riesgos importantes para la salud pública que deben seguir estando
controlados en virtud de las convenciones internacionales de fiscalización de
drogas”.
En contra se
mostraron otros países como Chile que señaló, entre otras cosas, que afirma que
“existe una relación directa entre el uso de cannabis y el aumento de la
posibilidad de padecer depresiones, déficit cognitivo, ansiedad, y síntomas
psicóticos”, entre otros aspectos, mientras Japón afirmó que el uso no médico
de la planta “podría dar lugar a impactos sociales y de salud negativos,
especialmente entre los jóvenes”.