rechazó incluir el aborto como derecho en la
Constitución
22 DE NOVIEMBRE,
2022PARÍS (FRANCIA) (AICA)
El Senado francés
rechazó la propuesta de ley de Mélanie Vogel, del partido ecologista, “destinada
a proteger y garantizar el derecho fundamental a la interrupción voluntaria del
embarazo y a la anticoncepción”. La propuesta recibió 172 votos en contra y 139
a favor.
Únicamente el
senador Stéphane Ravier se atrevió a denunciar el aborto como tal y no solo la
propuesta del proyecto, de tratarlo como un derecho fundamental: “No puede
decirse que se trate de un 'derecho amenazado', cuando hay penas de dos años de
prisión y multas de 30.000 euros para quienes intenten oponerse al aborto,
además de que 223.000 mujeres jóvenes recurrieron a él en 2021”.
El gobierno
aprovechó el debate para posicionarse. El ministro de Justicia confirmó el
anuncio de Emmanuel Macron: “El Gobierno está a favor de incluir el derecho al
aborto en la Constitución”. Afirmó también que “el derecho más elevado es el
derecho a disponer del propio cuerpo”, y pidió al Senado “que acepte avanzar
con prudencia y sin ideología”.
En cuanto a la
ministra de Igualdad, Isabelle Rome, enumeró todas las medidas tomadas en los
últimos meses, entre ellas el acceso gratuito a la anticoncepción, la
ampliación del plazo legal para abortar y la que será la medida del próximo
año: la "píldora del día después" gratuita para todas las mujeres.
No obstante lo
anterior, el pronunciamiento en contra del reconocimiento del aborto como un
derecho fundamental por parte del Senado francés, se sitúa en contradicción con
lo afirmado tanto por el presidente Macron como en el informe Matic, que
reclamó este derecho en el Parlamento Europeo el pasado año.
Derecho a la vida
y derecho al aborto son incompatibles en cualquier ordenamiento jurídico si se
pretende mantener la coherencia. También resultan incompatibles salud y aborto,
aunque con frecuencia las políticas promotoras del aborto lo incluyen
equivocamente como parte de las medidas relacionadas con la salud reproductiva.
La acumulación de
evidencias acerca del incremento en el riesgo de padecer secuelas físicas y
psicológicas en las mujeres que abortan, implican de hecho, junto a la pérdida
de vidas embrionarias y fetales, un atentado contra la salud de la población.+