“El consumo durante el
embarazo puede provocar abortos espontáneos, desprendimiento de placenta y
estado hipertensivo del embarazo. En el niño puede provocar, según el caso:
malformaciones congénitas, restricción del crecimiento intrauterino,
sufrimiento fetal agudo, muerte fetal, prematurez, enfermedades infeccionas de
transmisión vertical, síndrome de abstinencia neonatal y sobredosis en la
lactancia.
La obstrucción del normal
desarrollo del sistema nervioso central puede traer luego dificultades en los
niños para regular sus impulsos, problemas en los procesos emocionales
(concentración). Esto condiciona la misma convivencia y socialización que
afectan directo en el aprendizaje”, explicó Gabriela Richard, de Fundación
ProSalud.”
“… método que puede detectar
sustancias en los últimos seis meses… es a través del análisis del meconio del
bebé, aunque sólo se realiza en el Hospital de Niños. Hay una ley provincial de
meconio que fue aprobada en 2016 como adhesión a la ley nacional 26.279. Sin
embargo, prácticamente no se aplica.”
(Fuente: La Voz del Interior, 12-8-20)