CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO
NOTIVIDA, Año XX, Nº 1202, 4
de julio de 2020
El presidente Alberto
Fernández lanzó ayer el “Plan Nacional de Acción Contra las Violencias por
Motivos de Género”, para el período junio del 2020- junio del 2022, elaborado
por el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad. Prevé una inversión de
$18 mil millones.
Dice en el prólogo: “Más que
un plan, un cambio de paradigma”.
Se lee en el documento: “El
enfoque de derechos humanos, en el que se inserta la perspectiva de género para
el diseño e implementación de políticas públicas, es el marco conceptual y
metodológico”. “Desde esta perspectiva, los derechos humanos no sólo actúan
como un límite legal al ejercicio del poder estatal sino, y sobre todo, como
una plataforma para la acción y transformación social.” “Hoy, estamos ante un
cambio de paradigma” y el Plan es “un fiel reflejo de esta transformación”,
remarca.
El Plan se basa en tres
dimensiones de la autonomía de las mujeres y personas LGBTI+:
Autonomía física: Acceso a
los “derechos sexuales y reproductivos” (anticoncepción aborto, esterilización
quirúrgica y libre elección de la orientación sexual).
Autonomía económica:
capacidad de generar ingresos y recursos propios.
Autonomía en la toma de
decisiones: presencia en los distintos niveles de los poderes del Estado.
Entre los hitos mencionados
en las conquistas de las mujeres están:
Entre mediados de los años
‘70 y principios de los ‘80 surgieron organismos de derechos humanos,
particularmente Madres y Abuelas de Plaza de Mayo.
En 1986 comenzaron los
Encuentros Nacionales de Mujeres.
El 14 de mayo de 2005 se
lanzó la “Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, Legal, Seguro y Gratuito”,
que impulsó el proyecto de aborto que en julio de 2018 alcanzó media sanción en
la Cámara de Diputados.
En el 2012 la Corte Suprema
de Justicia de la Nación emitió el fallo "F.A.L" para los abortos en
caso de violación y exhortó a las autoridades nacionales y provinciales a
implementar y hacer operativos protocolos hospitalarios que garanticen la
práctica.
En diciembre de 2019 se creó
el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad.
Un Plan distinto a los que
lo antecedieron
Menciona como sus
antecedentes los planes que para erradicar la violencia contra la mujer realizó
el Consejo Nacional de la Mujer para los períodos 2014-2016 y 2017-2019; pero
enfatiza que éste Plan tiene “diferencias sustantivas” con los anteriores ya
que no sólo apunta a las mujeres, sino que incluye además “la perspectiva de
diversidad y las particularidades y necesidades específicas de la población
LGBTI+”.
Salud Reproductiva
Las prevenciones del Plan
para fortalecer a los servicios de salud sexual y reproductiva en la atención
de los abortos son:
“Capacitaciones a
profesionalxs de la salud sobre el Protocolo para la atención integral de las
personas con derecho a la ILE”
“Campaña de difusión del
Protocolo para la atención integral de las personas con derecho a la ILE”
“Apoyo a las provincias a
través de la gestión de insumos para la implementación del protocolo”
“Acompañamiento a equipos de
las direcciones provinciales de Salud Sexual y Reproductiva y a equipos de los
servicios de salud en la resolución de situaciones de ILE”
Aborto y mortalidad materna
El apartado sobre “Violencia
contra la libertad reproductiva” inicia hablando de la cantidad de abortos que
se practican anualmente en el país. Asegura que no se conoce el número de
abortos por “la clandestinidad de la práctica” pero que “las estimaciones
oscilan entre 370 y 522 mil”, según un estudio que las investigadoras Silvia
Mario y Edith Pantélides, publicaron en 2009. Aclaremos que esa estimación se
basa en una expansión del número de egresos hospitalarios por complicaciones de
aborto, y en aquel momento esos egresos rondaban los 60.000.
En cuanto a los egresos
hospitalarios actuales el Plan toma la última cifra disponible en la web del
Ministerio de Salud (2016) que son 39.025. Una rápida confrontación entre este
dato y el que se conocía en 2009 les debería haber hecho notar que el número
estimado de abortos que publicaron es hoy, cuando menos, muy abultado.
También dice que en el 2018
“el 13,6% de las muertes maternas fueron causadas por un aborto”. Pero no
especifica que para llegar a ese porcentaje han tomado todas las muertes por
“embarazo terminado en aborto” y eso incluye a las 16 que ocurrieron por un
embarazo ectópico, mola hidatiforme, feto muerto retenido y aborto espontáneo.
En el 2018 las muertes maternas vinculadas a un aborto inducido (19) no
superaron el 7,4% del total de muertes maternas.
Otra afirmación que
sorprende es que “en nuestro país la muerte por embarazo terminado en aborto
está entre las primeras causas de muerte materna” cuando es la tercera de tres.
Recordemos que las muertes maternas se agrupan en tres tipos de causales, las
consignamos con los porcentajes correspondientes al 2018, últimas cifras
disponibles: 1) embarazo terminado en aborto (13,6%), 2) causas obstétricas
directas (61%) y 3) causas obstétricas indirectas (25,3%).
El aborto dista de ser la
primera causa de muerte materna y eso se hace palpable, incluso, en el gráfico
con el que ilustran.
Un dato importante que el
Plan omite es que si bien el número de muertes de gestantes por aborto inducido
entre el 2017 y el 2018 se mantuvo estable (19); la cantidad de mujeres que
intentaron dar a luz y murieron por trastornos hipertensivos se incrementó en
un 24,3% ¿Por qué esas muertes no entran en los análisis del Gobierno? ¿Las
únicas muertes maternas que cuentan son las de las mujeres que habían decidido
abortar? ¿Hay argentinas de primera y argentinas de segunda?
A poco de llegar Fernández
al poder creó el ideológico Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad.
Deseamos fervorosamente que algún día se ocupe prioritariamente de esas mujeres
valientes que, aún en las situaciones más adversas, la siguen peleando
cotidianamente para criar y educar a sus hijos.