Don Lorenzo Servitje (1918-2017)
Por Carlos Arturo Baños Lemoine.
El Arsenal /
Diario Digital, 6-2-17
En la madrugada de ayer, viernes 03 de febrero, murió
don Lorenzo Servitje, el fundador del poderoso y próspero Grupo Bimbo, a quien
conocí hace muchos años en el Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana
(IMDOSOC), ubicado en San Ángel, Ciudad de México. Él era un asiduo
conferencista de este instituto y uno de sus principales bienhechores, razón
por la cual recibía, en plan de sorna, el nombre de “BIMBOSOC”.
Lorenzo Servitje fue un empresario católico e
integrista, de la vieja escuela. Frecuentemente deslizaba críticas a algunos de
los cambios modernizadores al interior de la Iglesia Católica, al tiempo que
mostraba abierto rechazo a la teología liberal europea y a la teología de la
liberación latinoamericana. Éste fue siempre uno de nuestros temas de
conversación y de disputa, si bien debo reconocer que don Lorenzo siempre
mostraba tolerancia ante los puntos de vista ajenos y nunca trató de imponer
sus posturas.
Siempre fue afable en el intercambio de palabras e
ideas. Me consta que era un gran conocedor de la Doctrina Social Cristiana, de
la dogmática y la moral católicas, y de la historia de la Cristiandad. Amplios
eran, también, sus conocimientos de la filosofía escolástica y de la teología
oficial de la Iglesia Católica. Y era un gran expositor: de pensamiento
ordenado y fluidez verbal que rayaba lo elegante.
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Su filosofía empresarial siempre me pareció sólida y
atractiva. Los inicios y el crecimiento de la empresa Bimbo ya forman parte de
los anales de la historia empresarial de México.
Don Lorenzo nos embelesaba siempre con la narración
acerca de los orígenes modestos, y a contracorriente, de Bimbo. Hacía énfasis
en la manera en la cual tuvieron que vencer resistencias mercantiles y
culturales durante la introducción del hoy ya indispensable “pan de caja”.
Bimbo fue pionero en esto, como también lo fue en la comercialización del “pan
dulce envuelto en plástico” y expuesto por muchos días en los estantes de las
tiendas.
Las panificadoras clásicas, controladas por españoles,
se opusieron rabiosamente al “pan de caja” y al “pan dulce envuelto en
plástico”. Y Lorenzo Servitje, de ascendencia española, rompió sistemáticas e
iracundas inercias. Actualmente ¿quién en México no consume esta modalidad de
pan comercial?
Ejemplar también fue la expansión de Bimbo hasta ser
la trasnacional mexicana que es ahora. Y esa expansión, desde un principio,
siempre consideró en sus rutas de distribución y de venta a las zonas populares
y rurales: a diferencia de otras empresas panificadoras y pasteleras, Bimbo
creció de la mano de la gente de escasos recursos y de regiones alejadas.
La empresa, además, ha sabido diversificarse: muchos
son sus productos (10 mil en la actualidad) y muchos de éstos son del gusto
popular desde hace varias generaciones, lo que nos habla de un éxito
transgeneracional que muy pocas compañías consiguen.
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Bimbo ha sabido amalgamar los intereses de la empresa
con los intereses de los trabajadores, por lo que la estabilidad en el empleo
de los operarios fortalece a la empresa. Por ello, Bimbo siempre ha salido en
la lista de las empresas con mayor grado de satisfacción por parte de los
empleados.
Y, para finalizar, hay que destacar que Bimbo fue
pionera en relación con el asunto de las empresas con responsabilidad social,
destinando parte de sus ganancias a obras y servicios de interés colectivo,
pero siempre con base en el principio de subsidiariedad: solamente hay que
complementar el propio esfuerzo de los beneficiarios.