DON BOSCO

DON BOSCO
"BUENOS CRISTIANOS Y HONRADOS CIUDADANOS"

Deuda externa: holdouts y propuesta argentina




Por Héctor GIULIANO (23.3.2013).


Dentro de muy pocos días – con plazo hasta el 29.3 – el gobierno argentino tiene que efectuar una propuesta de pago a los acreedores que no entraron en el Megacanje 2005-2010 (holdouts) ante la Corte de Apelaciones de Nueva York.

A este tema ya nos hemos referido en varios trabajos anteriores  por lo que el objeto de esta nueva nota no es repetir lo explicado sino tratar de mostrar lo que realmente está en juego detrás de esta propuesta argentina (cuyos términos todavía no se conocen pero sobre los que el gobierno Kirchner ha dado algunos indicios concretos).

Por otra parte, dada la proximidad de las noticias o informaciones que se tendrán al respecto, no cabe formular pronósticos ahora sino simplemente evaluar el cuadro de situación o marco dentro del que se presentará la propuesta de referencia.


ANTECEDENTES INMEDIATOS.

La Argentina ha perdido en primera y segunda instancia – fallos del juez Griesa y Cámara de Apelaciones – un juicio en su contra iniciado por varios fondos de inversión – tipificados como “fondos buitre” (entre ellos, el Elliot Management, de Paul Singer, el mismo del pedido de embargo contra la fragata Libertad) – y también algunos pocos bonistas individuales.

Como se recordará, el juez Griesa dictó el año pasado una sentencia que obliga a nuestro país a pagarle al contado a estos holdouts el 100 % del Valor Nominal (VN) reclamado (unos 1.300 MD  entre capital e intereses) más costas y otros gastos (lo que da un total de algo más de 1.450 MD).

El fallo fue apelado por la Argentina pero ratificado en su contra por la Cámara que, sin embargo, le dio la alternativa de presentar una propuesta de pago a los acreedores, con fecha de vencimiento 29.3.

En la práctica, esta exigencia del tribunal mitiga o relativiza el fallo en cuestión ya que le abre a nuestro país otra instancia de arreglo posible pese a las decisiones judiciales en su contra.

En principio, al gobierno Kirchner se le exige que cumpla con la cláusula “pari passu” - de tratamiento igualitario o equitativo – aunque no hay acuerdo precisamente sobre la interpretación de cómo se aplica dicha cláusula en este caso: mientras los holdouts (apoyados en principio por el juez y la cámara) reclaman el citado 100 % del VN más costas, nuestro país ofrece reabrir el Megacanje 2005 en las mismas condiciones – como ya se hizo en el 2010 – para permitirles a los acreedores la reestructuración de sus bonos pero cambiando los términos de las obligaciones originales (quita, tasas, plazos, etc.).

En realidad – y dentro de su lógica de defensa - el gobierno podía haber dejado ya abierta esta posibilidad suspendiendo nuevamente la Ley cerrojo 26.017 y hasta abriendo una cuenta indisponible en el banco agente de pago – que es el Bank of New York – a condición que los acreedores que aceptasen cobrar los intereses y cupones del PBI (VLPBI) tendrían que declinar sus reclamos aceptando los términos del canje; pero no lo hizo. Ahora, en cambio, pareciera que una opción de este tipo va a ser el eje de su propuesta.

De todas maneras, se trata de una presentación formal de la propuesta de pago a la Cámara que, a su vez, se tomará su tiempo para decidir; por lo que las novedades del caso no necesariamente serían rápidas.

La presidenta Cristina Kirchner ha destacado que se trata de un verdadero “caso testigo” y esto es cierto ya que lo que ocurra en este juicio no sólo influirá directamente en todas las otras causas abiertas en los tribunales de Nueva York sino también – y mucho más serio – en la aplicación de la Cláusula del Acreedor más favorecido (incorporada por la actual administración en el Megacanje del 2005), según la cual si nuestro país concede a otros acreedores condiciones más favorables que a los bonistas que ya entraron en el canje tiene la obligación de hacerles extensivo esos mismos beneficios a todos los que ya lo hicieron.

Esto arrojaría una suma no precisada – sobre la que se han tirado varias cifras  - pero, prácticamente en todos los casos, el país no tendría las divisas necesarias como para afrontarlas al contado, por lo que amenazaría caer en un default técnico.


LA REALIDAD DE LOS HECHOS.

Los reclamos judiciales en el exterior y, particularmente, el avance de estos juicios en Nueva York después de varios años de cierta “tolerancia jurídica” ponen en evidencia algunas importantes debilidades o falencias en la estrategia seguida por el gobierno Kirchner a través del estudio norteamericano Cleary, Gottlieb, Steen & Hamilton, que representa a nuestro país, que tendría conflicto de intereses por su relación con algunos de los acreedores y que fue co-responsable tanto de los términos del endeudamiento externo argentino como específicamente de su formulación desde la época del Plan Brady 1992-1993 hasta nuestros días.

Pero el problema inmediato de los juicios de los holdouts se genera no sólo por cuestiones de arrastre sino también, y muy especialmente, por los términos del Megacanje Kirchner-Lavagna de 2005, es decir, no sólo por culpas heredadas sino por culpas propias de la actual administración.

La primera de ellas fue y es la voluntad y complicidad del gobierno Kirchner por no investigar el problema de la ilegitimidad de la Deuda Pública Argentina.

Concedido ello – la no investigación (paralela a la paralización de las causas judiciales locales en curso que se siguen por las irregularidades y delitos vinculados a la Deuda) – toda estrategia legal estaba condenada de antemano al reconocer la legitimidad irrestricta de los acreedores, que en su mayoría habían pasado a ser fondos internacionales especulativos de inversión financiera: los “fondos buitre” de los que habla el gobierno (los que ya entraron en los canjes 2005-2010, que son mayoría, y los que están pleiteando contra la actual administración).

A esta declinación o allanamiento esencial siguió el problema de haber pactado un arreglo desfavorable para los intereses nacionales - el Megacanje de 2005 - que no podía ser cumplido en condiciones normales y que fracasó por incapacidad de repago argentina, lo que mantiene a nuestro país dentro de la trampa de Deuda Perpetua que conlleva una refinanciación permanente de los vencimientos de capital, la toma sistemática de nuevas deudas, el aumento de los totales de endeudamiento, el incremento de la deuda intra-Estado a costa de la descapitalización del Banco Central (BCRA), la desfinanciación del sistema Previsional, el “desvío” de fondos de las Agencias del Estado (empezando por los del Banco Nación), la aceptación de cupones ligados al PBI cuyos pagos de base acumulativa crecen en forma exponencial, el pacto de capitalizaciones de intereses que aumentaban lógicamente el principal, el pacto de indexaciones de la deuda en pesos ajustadas por una inflación creciente (que trató de licuarse parcialmente a través de los cambios en el Índice de Precios Minoristas del INDEC), etc.

Pero a estas dos falencias centrales se le sumó, como agravante, la inequidad y el negociado facilitado a los acreedores en el plano práctico de la operación de canje.

       
LA VERDAD DEL MEGACANJE KIRCHNER-LAVAGNA.

La realidad de los hechos explicativos del acápite anterior puede sintetizarse en un cálculo simple y directo de los números del canje en valor absoluto, que desmienten la existencia de una verdadera “quita” sobre la deuda en default.

a)        La quita promedio sobre los bonos elegibles no fue del 66 % sino del 44 %, de modo que por cada bono viejo de VN 100 se emitían bonos nuevos por valor de 56.

b)        Pero esta reducción por quita era más que compensada por la entrega de los cupones PBI, por valor de 48 sobre cada 100.

c)         Esto significa que los acreedores que entraron en el canje recibieron títulos de crédito contra el país de mayor importe total que el valor nominal canjeado: 104 por cada 100 (producto de 56 + 48).

d)        En este cálculo no está incluido el adicional del importe por intereses corridos del período 2003-2005, que fueron reconocidos con fecha retroactiva al cierre del Megacanje y que se entiende fueron pagados en efectivo.

Esta diferencia de más de 4 $ por cada 100 se amplifica sustancialmente en el caso de los fondos especulativos que no aportaron dicho capital inicial sino que compraron los títulos a nivel “bonos basura” (hasta el 20 y 15 % de su VN), a los tenedores originales.

Un bono comprado así, desembolsando sólo 20 US$, llegaba a ser canjeado por nuevos títulos por 104: 84 US$ de margen de ganancia, siempre medido en valor absoluto.

Estas ventajas fueron más relevantes todavía para los bonistas que entraron en el canje con la reapertura del 2010 porque éstos, además, percibieron los retroactivos correspondientes, incluyendo los VLPBI sin haber estado sujetos a la incertidumbre previa de su fecha de pago como “deuda contingente”. 


PERSPECTIVAS Y EXPECTATIVAS.

Como hemos dicho al principio de esta nota, no es el propósito de la misma vaticinar lo que vaya a presentar la administración Kirchner como propuesta a los holdouts cumpliendo el requerimiento de la Corte de Apelaciones de Nueva York, aunque es el mismo gobierno que viene anticipando su postura en el sentido de plantear una nueva reapertura del Megacanje 2005.

El interrogante lógico es que no se sabe lo que realmente buscan, en definitiva, los “fondos buitre” (FB), pero si aceptaran – como hemos visto – igual saldrían con un margen extraordinario de ganancia y con fortísimos retroactivos.

Desde un frio punto de vista lógico a los FB les convendría aceptar y, además, ello pudiera ser presionado, como forma de regulación o freno a su comportamiento, por parte de los gobiernos de los países centrales – hoy vapuleados por la crisis financiera global derivada del problema de las deudas soberanas – para forzar la universalización de las Cláusulas de Acción Colectiva (CAC), que siguen las reglas concursales estandarizadas según las cuales la mayoría de los acreedores impone el criterio a las minorías, evitando así las actitudes de los tenedores díscolos y obligando entonces a una reglamentación general de criterios para los casos de default.

Por eso el gobierno argentino goza, en principio, de la alianza fáctica y/o apoyo de la administración Obama, de la Reserva Federal de Nueva York, de los bonistas que ya entraron en los canjes 2005-2010, del Bank of New York como agente de pago y (quizás lo más importante) de los principales bancos de inversión de Wall Street, interesados en mantener esa plaza como lugar de colocación preferencial y grandes negocios financieros de Deuda Soberana de todo el mundo.

Por otra parte – como hemos explicado – los FB no saldrían perdiendo plata con su entrada ahora al canje y se supone les sería financieramente más rentable hacerlo así antes que continuar con sus acciones legales.

La aceptación de la propuesta argentina de reapertura del Megacanje  - que, como también dijimos, no sería inmediata y tampoco exenta de regateos especulativos con altibajos finales - puede devenir así el escenario de una “teatralización” con importantes efectos financieros y políticos: la presidenta se presentaría como “vencedora” de los FB, éstos se fingirían “derrotados” y el establishment financiero avanzaría en el ordenamiento de las crisis de Deuda con reestructuraciones gradualmente más normalizadas.

La Argentina se acercaría así al cumplimiento de la Hoja de Ruta planteada desde el inicio de la gestión Boudou en el Ministerio de Economía: 1. Resolución del problema de los Holdouts (más de 11.000 MD, independientemente de las demandas ante el CIADI), 2. Arreglo de la Deuda Externa con el Club de París (unos 9.000 MD), y 3. Vuelta de nuestro país al Mercado Internacional de Capitales... precisamente para tomar más Deuda Externa.

Las alternativas, con sus múltiples combinaciones posibles , están abiertas. Ahora hay que esperar las noticias y los hechos.