Ali Alejandro Badrán (Imán; miembro del Comipaz)
Desde hace algunos años y debido a los progresos tecnológicos en biología y en genética molecular, la medicina vive momentos históricos. Esos grandes avances de las ciencias de la vida humana parecen dar al hombre el dominio de la reproducción, de la herencia genética, del sistema nervioso.
Se pueden hoy predecir algunas enfermedades o ciertas malformaciones en un estado muy precoz de desarrollo del embrión. Se puede, igualmente, gracias a las manipulaciones genéticas, incluir en el cromosoma humano un gen externo sano y funcional, como también corregir un gen defectuoso.
Este progreso fantástico de la biología produce mucha esperanza en la medicina, pero también puede engendrar problemas; entre ellos, la procreación médicamente asistida, que entraña el riesgo de confundir la noción de filiación o de engendrar millares de embriones, cuya existencia plantea un problema de conciencia en el dominio no sólo de lo moral, sino también del Derecho.
También el diagnóstico prenatal puede llevar al eugenismo, que es la posibilidad de seleccionar los hijos de acuerdo al gusto de los padres. Las manipulaciones genéticas, verdadera cirugía plástica de los genes, podrían modificar el patrimonio hereditario de los individuos y constituir una amenaza para las libertades y la supervivencia de la especie humana.
Los trasplantes pueden engendrar un tráfico comercial de órganos y amenazan transformar el cuerpo humano en una reserva de piezas separadas, listas para el injerto. La necesidad de definir una actitud moral y de tomar conciencia, o de lograr un consenso social frente a los numerosos problemas planteados, ha dado nacimiento a una disciplina nueva que es la ética de las ciencias de la vida o bioética.
Si la palabra moral fue por largo tiempo la única empleada, la noción de ética está unida a ésta, porque la ética es el cuestionamiento que precede a la introducción de la ley moral, es la expresión de la mesura y una concepción interior.
El médico, cuya regla de conducta es el juramento hipocrático, se encuentra enfrentado a problemas jurídicos, éticos y religiosos que debe resolver en el terreno y de inmediato.
Moral islámica. Por eso es que el islam está dando una gran importancia a este tema, abordando la posición de la moral islámica en el campo de la bioética, frente a los grandes problemas actuales, como la interrupción involuntaria del embarazo, la procreación médicamente asistida, el diagnóstico prenatal, las manipulaciones genéticas, los trasplantes de órganos, los marcadores genéticos revelados por el genoma humano y la eutanasia, para citar algunos.
Además, define dos nociones fundamentales, que son las de la persona humana y la de muerte cerebral, siendo estas las claves de la bioética que condicionan el comportamiento de la moral islámica.
Recientemente, se ha constituido un Consejo Mundial de Ministros de Salud Musulmanes, que realizó un congreso mundial en Kuwait, en el que trató temas en los que afirma que los principios fundamentales islámicos son el respeto a la integridad física, el respeto a la integridad psíquica y la conservación de la genealogía o filiación de las personas.
El texto de la declaración final termina diciendo: “De acuerdo al Corán y los dichos del profeta Muhammad (Mahoma) nadie está ni estará jamás autorizado a poner fin a su vida ni la de otra persona, aun cuando esté aquejado de una enfermedad incurable”.
Uassalamu alaicum (La paz sea con ustedes).
La Voz del Interior, 24-5-11
Desde hace algunos años y debido a los progresos tecnológicos en biología y en genética molecular, la medicina vive momentos históricos. Esos grandes avances de las ciencias de la vida humana parecen dar al hombre el dominio de la reproducción, de la herencia genética, del sistema nervioso.
Se pueden hoy predecir algunas enfermedades o ciertas malformaciones en un estado muy precoz de desarrollo del embrión. Se puede, igualmente, gracias a las manipulaciones genéticas, incluir en el cromosoma humano un gen externo sano y funcional, como también corregir un gen defectuoso.
Este progreso fantástico de la biología produce mucha esperanza en la medicina, pero también puede engendrar problemas; entre ellos, la procreación médicamente asistida, que entraña el riesgo de confundir la noción de filiación o de engendrar millares de embriones, cuya existencia plantea un problema de conciencia en el dominio no sólo de lo moral, sino también del Derecho.
También el diagnóstico prenatal puede llevar al eugenismo, que es la posibilidad de seleccionar los hijos de acuerdo al gusto de los padres. Las manipulaciones genéticas, verdadera cirugía plástica de los genes, podrían modificar el patrimonio hereditario de los individuos y constituir una amenaza para las libertades y la supervivencia de la especie humana.
Los trasplantes pueden engendrar un tráfico comercial de órganos y amenazan transformar el cuerpo humano en una reserva de piezas separadas, listas para el injerto. La necesidad de definir una actitud moral y de tomar conciencia, o de lograr un consenso social frente a los numerosos problemas planteados, ha dado nacimiento a una disciplina nueva que es la ética de las ciencias de la vida o bioética.
Si la palabra moral fue por largo tiempo la única empleada, la noción de ética está unida a ésta, porque la ética es el cuestionamiento que precede a la introducción de la ley moral, es la expresión de la mesura y una concepción interior.
El médico, cuya regla de conducta es el juramento hipocrático, se encuentra enfrentado a problemas jurídicos, éticos y religiosos que debe resolver en el terreno y de inmediato.
Moral islámica. Por eso es que el islam está dando una gran importancia a este tema, abordando la posición de la moral islámica en el campo de la bioética, frente a los grandes problemas actuales, como la interrupción involuntaria del embarazo, la procreación médicamente asistida, el diagnóstico prenatal, las manipulaciones genéticas, los trasplantes de órganos, los marcadores genéticos revelados por el genoma humano y la eutanasia, para citar algunos.
Además, define dos nociones fundamentales, que son las de la persona humana y la de muerte cerebral, siendo estas las claves de la bioética que condicionan el comportamiento de la moral islámica.
Recientemente, se ha constituido un Consejo Mundial de Ministros de Salud Musulmanes, que realizó un congreso mundial en Kuwait, en el que trató temas en los que afirma que los principios fundamentales islámicos son el respeto a la integridad física, el respeto a la integridad psíquica y la conservación de la genealogía o filiación de las personas.
El texto de la declaración final termina diciendo: “De acuerdo al Corán y los dichos del profeta Muhammad (Mahoma) nadie está ni estará jamás autorizado a poner fin a su vida ni la de otra persona, aun cuando esté aquejado de una enfermedad incurable”.
Uassalamu alaicum (La paz sea con ustedes).
La Voz del Interior, 24-5-11