DON BOSCO

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"BUENOS CRISTIANOS Y HONRADOS CIUDADANOS"

Legislación electoral para Córdoba

El modelo del consenso y el de la confrontación

por
Javier Cámara

La política también se sirve de las paradojas y, a lo mejor, una paradoja les termina sirviendo a los cordobeses. Es que resulta paradojal que la muy positiva experiencia de los legisladores cordobeses en Brasil pueda terminar desatando otra grave crisis en el sistema electoral que el PJ prometió cambiar en 2007.

Tan bien les fue aquí a los “observadores internacionales”, que terminaron por convencerse de que los cambios introducidos en la legislación electoral provincial, en los últimos tres años, son absolutamente insuficientes para generar la confianza que ostenta y genera el sistema brasileño. ¿Serán capaces las fuerzas políticas locales de introducir los cambios necesarios a menos de un año de la próxima elección? No. Y no sólo por el escaso tiempo que resta.

En los últimos tres días, los representantes cordobeses comprobaron en Brasil, en vivo y en directo, la efectividad del voto electrónico, la rapidez del escrutinio, la logística integral de las urnas, los controles de transparencia y el compromiso de autoridades, funcionarios y ciudadanos por respetar y defender su sistema.

Encantados, prometen ahora reclamarle al gobernador Juan Schiaretti y al Poder Judicial el apoyo y el trabajo necesarios para profundizar la reforma al paso de lo que han visto aquí.

Algunos están convencidos de que el mecanismo de boleta única, impulsado con ahínco por ellos mismos en 2008, a raíz de la propuesta de la extinta Comisión Consultiva de Expertos, se queda a mitad de camino en el afán de reemplazar a la vieja y caduca papeleta partidaria. “Ahora es el voto electrónico”, proclaman, encantados por las razones y las comprobaciones de lo que vivieron aquí, gratas realidades políticas y sociales que también pudo apreciar este enviado.

Es cierto que el sistema electoral brasileño les lleva años luz de ventaja al argentino y al cordobés. Pero están equivocados nuestros legisladores si creen que pedir prestadas seis mil urnas electrónicas alcanzará para traspolar toda la bienaventuranza del país vecino.

El sistema electoral brasileño es fruto de un largo proceso que se asentó sobre la base de un amplio consenso político, cuyo objetivo central ha sido –y es– la generación y la consolidación de la confianza popular en el propio sistema. Y esto fue posible porque desde hace varias décadas, en un proceso similar al de México, la política brasileña creó un organismo autónomo (casi un cuarto poder, a la altura del Ejecutivo, del Legislativo y del Judicial) que es el responsable de la vital cuestión electoral. El Tribunal Superior Electoral y los tribunales regionales se mueven con independencia, con profesionalidad y con recursos económicos que parecen siderales a juzgar por la infraestructura humana, edilicia y tecnológica que exhiben, por lo menos, en Curitiba.

Esto está lejos de las reales posibilidades de la política de Córdoba donde desde hace varios años no hay consensos ni los habrá. Por todas estas cosas, la elección del año que viene tiene pronóstico reservado.

La Voz del Interior, 4-10-10