más niños muertos antes de nacer que
desaparecidos en la dictadura militar
Por Carlos Esteban
Infovaticana, 04 enero, 2022
En la patria de
Francisco, a solo un año de la aprobación legal del aborto se han matado ya más
niños antes de nacer que el número de desaparecidos por la dictadura militar
argentina. Lo cuenta para el blog de Marco Tossati el periodista José Arturo
Quarracino.
El pasado 30 de
diciembre se cumplió un año desde que Argentina se convirtió en uno de los pocos
países de la América Hispana en legalizar el aborto, en un decreto aprobado por
el Senado y promulgado por el Gobierno peronista de Alberto Fernández -el mismo
que comulgó en el Vaticano junto a su amante- el 14 de enero de ese año.
No fue el clamor popular,
sino más bien la presión internacional, decidida a hacer de este crimen
vergonzosamente oculto un derecho en todo el planeta, con la financiación de
los ‘sospechosos habituales’ que nombra Quarracino: Fundación Ford, Federación
Internacional de Planificación de la Familia, Federación Internacional de
Planificación de la Familia, Federación Internacional para la Planificación de
la Familia, Federación Internacional para la Prevención del Aborto, Federación
Internacional para la Prevención del Aborto, Federación Internacional para la
Prevención del Aborto, Federación Internacional de Planificación de la Familia,
Coalición Internacional para la Salud de la Mujer, entre otros. Los argentinos
de a pie han sido solo comparsas o espectadores de lo aparentemente inevitable.
Planned
Parenthood, la multinacional del aborto, no solo saludó abiertamente el
«triunfo» legislativo”, asegura el periodista, sino que reconoce haber sido la
que «nutrió un ecosistema de organizaciones feministas y activistas durante más
de 15 años, lo que ayudó a hacer posible hoy» que el aborto es legal. También
presumie de que «apoya directamente a siete socios en Argentina, que a su vez
subsidian a otras 20 organizaciones de base en todo el país, que son las que
acompañan a políticos y legisladores, hacen campañas de comunicación y
concientización para llevar el ‘derecho al aborto’ al discurso público, y
planifican activamente la mejor manera de apoyar la implementación de la nueva
ley».
Un año después,
dice Quarracino, su aplicación resultó en un genocidio superior al practicado
por la dictadura militar argentina en el Proceso de Reorganización Nacional
(1976-1983), a través de la política de desaparición forzada de personas.
(...)
Con el retorno de
la democracia en diciembre de 1983, el gobierno del Dr. Raúl Alfonsín designó
una Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP), integrada
por 19 personalidades de la vida pública argentina y presidida por el escritor
Ernesto Sábato, para investigar las violaciones a los derechos humanos
cometidas por la dictadura militar. Después de 280 días, la Comisión presentó
al Presidente Alfonsín un informe que contenía toda la información que había
podido recabar sobre el destino de los detenidos desaparecidos durante esos
años de dictadura. El informe se tituló Nunca más y registró la desaparición
de 8.961 personas a lo largo de 8 años (1976-1983).
“Paradójicamente
-sostiene Quarracino-, los líderes políticos y sociales que con razón han
condenado y siguen condenando esta política de eliminación sistemática de seres
humanos son los mismos que, en democracia, a un año de la entrada en vigor de
la ley del aborto, celebran que en 11 meses de aplicación de esta macabra ley,
32.758 personas desaparecieron antes de nacer, según información oficial.
En otras palabras, en menos de un año la «democracia abortista y abortista» ha
matado inconstitucionalmente a un 350% más de personas que en ocho años de
dictadura militar”.