POR ABORTO: TURNO
TARDE
Se realizó esta
tarde otro plenario sobre aborto. Durante la reunión Cecilia Moreau, presidente
de la comisión de Legislación general, anunció que se van a ampliar los
expositores en 20 invitados (10 a favor y 10 en contra).
Exposiciones
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Críticas al
proyecto:
Mirian Andújar, abogada, ex decana de la Facultad de Derecho de
la UNC: marcó algunas contradicciones del proyecto “en sus definiciones
políticas”. Recordó que el presidente dijo el 23 de marzo que elegía la vida y
acotó que nadie puede dudar de que sin vida no hay política, ni economía, ni
derechos. “El comienzo de la vida es una cuestión que se resuelve con
evidencias científicas”, mencionó un manual de embriología de 1995 y añadió
“esta es la mayor debilidad del argumento de los que dicen que el aborto es el
derecho de la mujer a decidir”. Sostuvo que la segunda contradicción está en el
“uso político” que se hace al decir que el aborto es para las mujeres pobres, y
que, contrariamente, la postura de esas mujeres se hizo palpable en la carta
que le mandaron al Papa Francisco. La tercera contradicción que señaló es la
del “propio texto del proyecto que no termina de decidir si el aborto es un
derecho o un delito”. “Cuando la libertad suprime la vida se termina
suprimiendo a sí misma”.
Jorge Aquino,
médico y biólogo, investigador del
CONICET: aseguró que el ciclo de vida del individuo comienza en el momento de
la fecundación. Describió con precisión al cigoto “que es un individuo que
pertenece a la especie humana, por lo tanto, es persona humana”. “Es un nuevo
ser distinto a su madre” Dio detalles tales como que el cigoto produce
proteínas desde el primer día de su existencia, que a los 22 o 23 días se forma
la placenta y el corazón empieza a latir, que en la tercera semana el embrión
produce su propia sangre, que en la quinta semana ya hay actividad neuronal en
su cerebro y que entre la octava y la decimoquinta semana adquiere la capacidad
de sentir dolor. “El aborto es un acto intrínsecamente malo”, “nadie sobra”,
“nadie vale menos”, “el embarazo no es una enfermedad”. “Salvemos las dos
vidas”, remató.
Margarita Bosch,
Dra. en Cs Químicas: resaltó que
estamos ante un proyecto que pretende garantizar el aborto como un “derecho
humano”. Mencionó que la situación de pandemia dejó muchas enfermedades de
lado, incluidas las oncológicas, que hubo pocos chequeos, menos controles, y
que las enfermedades progresaron. Respecto a la penalización de la mujer que
aborta, dijo haber conocido a muchas que pasaron por esa situación y que
ninguna fue penalizada. Remarcó las sanciones previstas para los que se nieguen
a dar asistencia a las “demandantes” y mencionó el caso del Dr. Rodríguez
Lastra. Advirtió que muchas personas van a estar forzadas a actuar en contra
“de las buenas prácticas de su profesión” y de “su propia conciencia”. “La vida
comienza con la fertilización como en todas las especies”. “Un embrión no
implantado emite señales químicas”.
Siro De Martini,
Dr. en Cs. Jurídicas, miembro
de la Academia Nacional de Derecho: aclaró que nunca es un buen momento para
hablar de un proyecto que pretende legalizar el aborto, pero, agregó, ahora
resulta un “inexplicable desatino”, “nos queríamos preparar para una fiesta de
Navidad que fuera realmente de paz, amor y unidad”. Señaló que el proyecto convierte el delito de
aborto en un derecho, “el derecho a matar al hijo hasta el noveno mes de
gestación”. “El médico se vería obligado a matar a una persona inocente e
indefensa, lo que no es ni justo, ni constitucional”. En el campo del derecho
está claro que el ser que está adentro de la mamá es una persona, dijo, y citó
la normativa vigente que lo avala. “Es
tan persona como ud. y como yo, como sus padres y sus hijos, porque no se puede
ser más o menos persona”. Indicó que tampoco hay dudas de que el aborto lo
mata, aunque traten de confundirnos con términos como “interrupción”. “El
derecho a la vida en el caso de una persona inocente es absoluto”. En consideración
a las mujeres que cursan un embarazo en condiciones de vulnerabilidad, dijo que
muestran las falencias del Estado: la miseria el hacinamiento y la falta de
trabajo, cosas que el aborto no erradica.
Marcó que de ser aprobado el proyecto se crearía la “peligrosísima”
categoría la de las personas no deseadas. Remató deseándole “Feliz Navidad” a
los legisladores.
María de Urraza,
toco-ginecóloga del Hospital “Mi Pueblo” de Florencio Varela: Denunció que en
los hospitales se realizan abortos a simple demanda y en cualquier etapa
gestacional. Narró que se hacen abortos tardíos en los hospitales. “Hay fetos
de 19 semanas en los inodoros del hospital”. “Los fetos de 24 semana lloran”.
Remarcó que las consejerías tienen casi un 100% de efectividad cuando recomiendan
el aborto. Mencionó cifras de la provincia de Buenos Aires donde -entre miles
de mujeres-, sólo unas 15 decidieron seguir adelante con el embarazo. Declaró
que hoy en los hospitales reservan camas para aborto y simultáneamente algunas
puérperas tiene que ir a las camillas. Dijo que el 90% de los ginecólogos de
los CAPs no hace abortos y que “eso muestra lo que piensan los médicos”.
Ségolene Du
Closel, socióloga y bioeticista:
mencionó que los franceses miran a la Argentina “con envidia” porque el aborto
no es legal, y añadió que el aborto es algo “que dificulta enormemente el
desarrollo de una nación”. Dijo que en su país mataron a 9 millones de
franceses sin saber cuál hubiera sido su aporte. “En Francia se aborta al 96%
de los niños con síndrome de down”, “es racismo cromosómico”. “El aborto es una
forma de odio así mismo”. “La elección por el aborto es anti-médica”. “En
Francia ya no se hacen operaciones para curar espina bífida”. En Argentina me
enseñaron que “siempre hay lugar para uno más”. Les pidió a los legisladores
que se pongan en los zapatos de las mujeres que tienen que tomar la terrible
decisión.
Pablo Garat,
decano de la Facultad de Derecho (UCA): criticó a la diputada Miryam Bregman por su agresión
hacia la Fe católica y pidió respeto. Recordó que hay un principio mandatorio
dentro del ordenamiento jurídico argentino que es el “interés superior del
niño”, que tiene prevalencia sobre otros intereses. Afirmó que el positivismo
jurídico deja en claro, desde la interpretación literal, cuando comienza la
existencia de la persona humana. “Nuestro ordenamiento jurídico asocia niño,
ser humano y persona humana”. Enfatizó que al momento de aprobarse la Ley
23.849 se dejó expresado que hacía falta esa declaración ante la falta de
precisión del texto de la Convención sobre la protección de la persona por
nacer. “Esta ley agravia el federalismo”, explicó, cuando, al intentar
transformar un delito en un derecho, les impone a las provincias cosas que son
de su competencia.
Gisela Reynaga,
“Médica por la vida” de Tucumán:
inició la exposición con una pregunta: ¿cómo llegamos hasta acá? Narró que
asiste diariamente a embarazadas y a mujeres que no pueden quedar embarazadas,
y que conoce el dolor de una madre ante el aborto espontáneo. El niño recibe
desde la concepción “una impronta biológica”, aclaró que entre madre e hijo se
gesta un vínculo que permanece más allá de las circunstancias. “La embarazada
es madre desde que se encuentra gestando y tiene que sentirse segura para que
la sociedad no se vea privada del valor intrínseco de cada argentino”. Sostuvo
que cuanta más seguridad le demos a la embarazada, mayor seguridad tendrá el
niño que lleva en su seno. “Los políticos quieren convertir al niño inocente en
el chivo expiatorio de sus fracasos”. “Los
médicos salvamos vidas, no somos sicarios”. “Mejor la cárcel que transitar
libremente por un país donde se niega el derecho a la vida”.
Fernando Toller,
Abogado, Profesor de Derecho
constitucional y Derecho humanos de la UA: explicó que el proyecto quiere
garantizar el “derecho” al aborto y “está configurado como una ley de fomento
del aborto”. “La regla hasta ahora ha sido el derecho a vivir del ser humano no
nacido y se la invierte”. “El deseo de un tercero va a ser la fuente del
derecho a vivir o de la condena a morir”. “Se discrimina por el origen, entre
deseados y no deseados”. “Se garantiza el derecho a abortar hasta la semana 14
sin expresar razón y se puede abortar hasta el noveno mes con causales
amplias”. Recordó que el día anterior el Dr. Sebastiani había explicado que al
bebé se le da una inyección intrauterina para que su corazón deje de latir
(asistolia). Resaltó que en el proyecto hay algo inédito el delito de
“dilación” y limitaciones inaceptables para la objeción de conciencia del médico.
Remarcó que, por otra parte, “queda en el limbo el tema de la objeción de las
instituciones”. “Las instituciones ejercen derechos personales”, afirmó y
preguntó “¿por qué si se juntan 4 personas tienen menos derechos que
individualmente?”.
Débora Rainieri,
Docente e investigadora de la
Fac. de Derecho-UCA: destacó que, de ser aprobado, “el proyecto acarrearía tres
consecuencias gravísimas para el orden social argentino”: “en primer lugar, la
instauración en el orden jurídico de la ley del más fuerte ya que la madre
podría decidir si quiere que ese hijo nazca”. Recordó una frase de Jérôme
Lejeune: “El grado de civilización de un pueblo se mide por el grado de
protección le brinda a los más débiles”. En segundo lugar, expresó “el proyecto
humilla, mancilla y desprotege a la mujer, “el argumento de la igualdad y la no
discriminación que se usa hasta el hartazgo para defender a la mujer del varón,
no se usa al comparar a la madre con el hijo”. Les preguntó si pretenden hacer
oídos sordos a los cientos de testimonios de las mujeres que contaron en 2018
los efectos y heridas que el aborto les dejó. “¿El médico no podrá ayudarlas a
descubrir el valor de la maternidad?” En tercer lugar, dijo, se pervierte la
tarea de los médicos colocándolos en situación de delito si se atreviesen a
dilatar, obstaculizar o impedir el aborto. “Enarbolan la libertad de decidir de
algunos y persiguen la libertad de conciencia, de pensamiento y de asociación
de otros”
Fuente: NOTIVIDA,
Año XX, Nº 1225, 2 de diciembre de 2020