Monseñor Héctor Aguer
Buenas noches a todos y quiero agradecer esta invitación que me honra, se me ha pedido que hable sobre el Compromiso Político de los Cristianos, y yo quisiera introducir allí un sustantivo, el compromiso político de los laicos Cristianos, y quiero subrayar la noción de Laicos porque me parece que aquí esta la clave de la cuestión, se podría esbozar una historia de la participación de los Laicos Cristianos en la realidad política de los Estados, a lo largo del tiempo, allí donde les ha tocado vivir, en las distintas culturas y con los regimenes institucionales mas diversos, pero hay una historia reciente si se quiere que tiene que ver con una cierta promoción del Laicado, una realidad propia de la eclesiologia del siglo XX , de la nueva conciencia de la Iglesia que surge a lo largo del siglo XX. Los antecedentes de la situación actual están en por ejemplo en el pontificado de los Papas Pío XI y Pío XII, Pío XI con la Acción Católica, La Acción Católica según la inspiración original de Pío XI ofrecía a los Laicos un a escuela de formación en orden a que ellos fueran apóstoles en el lugar de su trabajo y de su compromiso temporal algo que no siempre ha sido comprendido y tenido en cuenta, en cuanto a lo de Pío XII su obra magisterial y sus orientaciones pastorales han sido las que prepararon la concepción sobre el papel de los laicos en el Vaticano Segundo, basta mirar los documentos del concilio, el papa mas citado es evidentemente Pío XII, es allí entonces donde se va perfilando la idea de una Misión propia de los Laicos en el orden temporal de tal modo que el Concilio Vaticano Segundo, puede decir que la misión de los Laicos consiste en consagrar el mundo a Dios, pero consagrar el mundo a Dios, eso supone que el laico católico bien conciente de que su consagración por el Bautismo no es algo que el debe usufructuar simplemente en lo más recóndito de su presencia o en el circulo participado de sus parientes o sus amigos, sino que tiene que volcarse a una consagración del mundo. Esto es algo que no es fácilmente comprendido incluso por aquellos laicos que tienen una participación muy activa en la vida de la iglesia, yo esto lo expreso a veces de una manera brutal, digo y a muchos no le gusta oírlo, el lugar del laico Católico no es la Sacristía sino el mundo, pero ocurre que en las ultimas décadas muchos laicos están contentos de meterse en la Sacristía y entonces eso muestra el mundo desprovisto de la presencia de Católicos, están allí pero nadie sabe que lo son y ellos no hacen demasiado por mostrarse tales, entonces el mundo va por donde va, pero que posibilidad tiene la iglesia, de hacerse presente en el seno de las realidades temporales sino es a través de los laicos, más aun, ocurre que el laicos que no advierte en este sentido de su misión, pretende que los obispos la cumplamos, y nos demandan muchas veces porque no hablamos de esto, de aquello, porque no hacemos tal o cual gestión que debieran hacer ellos, y primero debieran hablar ellos, no los Obispos, a nosotros nos corresponde enseñar magisterialmente, nos corresponde orientar, animar y sobre todo fortalecer la vida en comunión con Cristo, en el orden sacramental y en la dirección espiritual, pero no para reemplazar el papel imprescindible de los laicos en el seno de la Sociedad temporal, voy a referirme en todo caso para que no exponga yo aquí mis propias ideas, si pero lo que enseña el Magisterio de la iglesia a tres momentos recientes de orientación que la Santa Sede ha hecho respecto al papel de los laicos, como proemio quiero recordar esto, el concepto mismo de laico, etimológicamente el laico es el miembro del pueblo de Dios, en la palabra laico hay una raíz griega que significa pueblo, miembro del pueblo Santo de Dios, muchas veces se ha ofrecido un definición negativa del laicado, laico es el que no es sacerdote ni religioso, pero habría que ser al revés, el Sacerdote o el religioso es un laico que luego ha recibido una vocación especial, pero el punto de partida de toda la realidad eclesial lo constituye el laicado, y el Orden Sacerdotal esta al servicio del laicado para que el laicado pueda cumplir la Masón que corresponde en el mundo, yo no niego que halla laicos, y cuando digo laicos digo laicas también obviamente, yo no niego que halla laicos o laicas que se sientan llamados a una participación activa en la vida de la iglesia a dintra, y eso es necesario también, gracias a Dios que contamos con ellos, en la Catequesis, en la enseñanza, en otros servicios intraeclesiales pero me parece que la intención del Magisterio en la época moderna, es subrayar precisamente el papel de los laicos en la vida temporal de los pueblos, porque esa es la única presencia real de la Iglesia en la entraña de los problemas humanos, entonces me voy a referir a tres momentos de esta enseñanza del Magisterio sobre el papel del laicado.
La primera, la exhortación del Papa Juan Pablo II que se refiere precisamente a las misión de los fieles laicos, Christi Fidelis Laichi, donde el Papa dice que la Misión del laicado, es animar cristianamente el orden temporal, aquella otra formula que dice el Concilio, consagrar el mundo a Dios, aquí se concreta en este concepto, animar Cristianamente el orden temporal, la idea de animar trae a colación el concepto de alma, y hay un viejo documento del siglo II, La Carta de Omneto que dice precisamente esto, estamos pensando en la decadencia del Imperio Romano y en un Cristianismo creciente, dice que los Cristianos son al mundo lo que el alma es al cuerpo, ellos están en Ciudades Romanas o Bárbaras y no se distinguen por la ropa que visten ni por el lenguaje que hablan, sino por su estilo de vida, y así fue como transformaron la antigüedad en una cristiandad, bueno esa idea esta presente en esta descripción de la misión del laicado como animación cristiana del orden temporal, de tal modo que esto les exige a los fieles laicos la participación en la vida política, y lo dice el Papa Juan Pablo II en términos muy fuertes, los fieles laicos de ningún modo pueden aplicar de la participación en la política, pero aquí hay un concepto muy particular de política que también es importante notar, es decir, de la multiforme y variada acción económica, social, legislativa, administrativa y cultural destinada a promover orgánica e institucionalmente el bien común, aquí hay una descripción muy notable de lo que es política en el sentido de la gran tradición occidental, de la Polis Griega, de ahí viene la palabra política precisamente, podríamos usar otro concepto abarcador y equivalente que es el concepto de cultura, y el Papa Juan Pablo II en otros documentos ha insistido mucho en esto, en el papel de los laicos en la evangelización de la cultura, o en la inculturacion del evangelio, cuando Juan Pablo II habla aquí, de la acción económica, social, legislativa, administrativa y cultural, este ultimo adjetivo puede ser el que engloba todo lo demás, entonces cuidemos de no proyectar sobre este tema, de la Participación Política de los Cristianos, o el Compromiso Político de los Cristianos la idea degradada de política que es la que tiene vigencia en la Argentina de hoy, aquí hay poca y mala política, todos creen que hay mucha política, existe una indebida y fatal politización que no es lo mismo, lo que falta aquí es política verdadera, y falta política verdadera no solo en los gobernantes y en los dirigentes, sino en la masa del pueblo también, entonces aquí el problema principal es el problema cultural, cual es la presencia de los Cristianos en la cultura de la Nación, en aquellos centros donde se gestan las nuevas vigencias culturales, donde se van determinando los cambios de la sociedad es allí donde la iglesia no puede hacerse presente más que por medio de los laicos, bueno la política en todo caso para pensar siempre con la mente en los antiguos, es el momento mas noble de la presencia cristiana en el orden cultural, para los antiguos la política era lo mas noble que había, parece mentira que hoy nosotros tengamos que registrar como un fenómeno el hecho de que mucha gente digna, inteligente, honesta, que muchos jóvenes que tienen inquietudes y demás abominen de una participación política porque no quieren mezclarse precisamente con esta realidad degradada de la política actual, y eso también lo hace notar el Papa Juan Pablo II, los laicos, insiste, tienen el derecho y el deber de participar en la política, y escuchen este párrafo: “Las acusaciones de arrivismo, de idolatría del poder, de egoísmo y corrupción que con frecuencia son dirigidas a los hombres de gobierno, del Parlamento, de la Clase dominante, del partido político, como también la difundida opinión que la política sea un lugar de necesario peligro moral, no justifican lo más mínimo ni la ausencia ni el escepticismo de los Cristiano en relación con la cosa publica, porque lo que esta en juego es la cosa publica, aquí hay otro vicio argentino ancestral, lo publico no es de nadie, entonces la cosa publica no existe, la cosa publica somos nosotros mismos, es la tradición de las costumbres, son nuestras instituciones, es la realidad concreta y palpitante de la vida social y de eso un laico Cristiano tiene que sentirse responsable, y ahí hay otro concepto en el cual el Magisterio insiste muchísimo, Juan Pablo II lo apuñaba así “Todos somos responsables de todos”, aquí ustedes se dan cuenta que es necesario una reconversión de pensamientos y de sentimientos, la superación de hábitos muy arraigados, para llegar a una nueva percepción de la necesidad de este compromiso, que no debe ser algo arrebatado, sino que supone un aprendizaje, un adiestramiento, una especie de escuela de re educación para la moral política, para la referencia a las cosa publica, bueno y en este texto, Juan Pablo II enumera criterios básicos de la consecución del bien común,. Que tiene que ver con la libre y responsable aceptación de las personas individualmente o asociadas, el advertir que la comunidad política existe en función del bien común, es algo que no es realmente no es reconocido de un ,modo espontáneo, la comunidad política existe en función del bien común, y el bien común supone una serie de condiciones de la vida social que permitan a cada una de las personas de los miembros de una comunidad y a todas sus instituciones alcanzar de un modo mas fácil y seguro su propia perfección, y aquí la política parece impostada en otros términos, y llevada adelante con otros criterios, se trata de la referencia necesaria al bien común, y ese es el criterio básico, el rumbo es la defensa y promoción de la justicia dice el Papa, entendida como virtud, como fuerza moral, justicia digamos, en un sentido emblemario, esto es no, no solo la justicia conmutativa, la relación entre las personas, y muchas veces por referencia a cosas materiales e inmediatas sino, la justicia como relaciones variadas en el cuerpo de la sociedad, también la justicia que cada uno de los miembros de la comunidad le debe a la comunidad en cuanto tal, y la comunidad en cuanto tal a cada uno de los miembros, especialmente a los mas indefensos, a los mas necesitados, eso es una dinámica de la justicia, la que debe ponerse en juego o como finalidad de la comunidad política, y termina el Papa Juan Pablo diciendo que el ejercicio del poder político eso lo puede alcanzar su fin y su referencia al bien común y cumplirlo con espíritu de servicio, unido a la necesaria competencia y eficiencia, ese espíritu de servicio es lo único que puede hacer transparente o limpia la actividad de los hombres políticos y les puede hacer superar entonces algunas tentaciones que son ancestrales también en la política de todos los países y de todos los tiempos, pero que es necesario enfrentar con espíritu virtuoso. Bueno pues en este sentido, entonces, el Papa Juan Pablo II nos ha mostrado que la Iglesia necesita de un compromiso de los laicos en el orden cultural concretamente en aquel nivel más alto del compromiso cultural que es la actividad política en cuanto tal. Ahora bien, como podríamos perfilar mejor este compromiso, el Papa Benedicto XVI en su primer Encíclica recuerda que esa aspiración a establecer un orden justo en la sociedad es la tarea especifica en la justicia y que para que ese orden de justicia pueda verificarse realmente es imprescindible que la sociedad sea presidida por un logs, por una razón moral, y allí inserta la acción y la función de la iglesia. Cual seria el aporte que la iglesia puede hacer para establecer un orden justo en la sociedad actual, el Papa habla de dos funciones de la iglesia, uno que ella ejerce de un modo mediato y esta pensando en la jerarquía de la iglesia, de los pastores de la iglesia, y sobre todo en la enseñanza de la iglesia en materia social, esta acción mediata de la iglesia consiste en una purificación de la razón, porque la iglesia tiene que recordar incesantemente que la justicia es del orden moral, no es un acomodo comentario que tiene que ver con el clientelismo, con la dadiva, sino que es la razón de ser de la comunidad política, de tal manera que mantenerse en el nivel ético que corresponde la consecución de la política exige ante todo una purificación continua de la razón y en esta encíclica “Deus Caritas” es, en cinco oportunidades a mi me ha llamado la atención este texto, en cinco oportunidades el Papa habla de esta función de purificación de la razón, por que, porque la razón puede empantanarse en la ceguera ética que deriva de la preponderancia, del interés y del poder que la deslumbran, y es un peligro que nunca se puede descartar totalmente, entonces, la iglesia tiene sobretodo con su magisterio y la orientación de los pastores recordar continuamente la característica ética de la justicia y eventualmente también denunciar cuando la justicia es enmascarada o negada, dice: “La política y la Fe se encuentran precisamente en esta tarea de purificación de la razón”pero la razón hay que pensar la razón social, es decir, el logs que preside el ordenamiento concreto de una sociedad, dice: “Es una fuerza purificadora la Fe para la razón misma” a partir de la perspectiva de Dios, la libera de su ceguera y la ayuda así a ser mejor ella misma, y este es el aporte que la iglesia puede hacer, y que el laicado debe asumir y convertirse en eco de esa orientación pastoral.
La iglesia desea simplemente contribuir a la purificación de la razón y aportar su propia ayuda para lo que es justo aquí y ahora pueda ser reconocido y puesto es practica, y esta es la función de la iglesia a través de su doctrina social, a través de su enseñanza social, esta es la función mediata, de modo que a los obispos, a los pastores de la iglesia no nos corresponde asumir concretamente los compromisos políticos, este año pasado hemos tenido un caso aquí en la Argentina, yo creo que ha sido un caso equivocado, ha sido un equivoco, y que muestra el desamparo político de la Nación, porque no corresponde a los pastores de la iglesia hacerse candidatos, nuestra función es precisamente mediata, es decir, ayudar a una purificación de la razón, y si lo pensamos bien se puede hacer mucho mas desde la cátedra que desde la tribuna, o desde una banca. Pero también la iglesia ejerce una función inmediata en esta tarea de conseguir la justicia en la sociedad, y dice el Papa Benedicto XVI, el deber inmediato de actuar a favor de un orden justo en la sociedad es propio de los fieles laicos, y esta distinción entre la acción mediata de la iglesia y la acción inmediata es muy importante, porque lo que el Papa esta suponiendo es que todos comprendemos muy bien que los laicos son tan miembros de la iglesia como los obispos, y que entonces la iglesia tiene esta doble función que una ejerce a través de sus pastores y otra ejerce a través de su cuerpo laical, y cual es esta misión en todo caso, es configurar rectamente la vida social respetando su legitima autonomía y cooperando con los otros ciudadanos según las respectivas competencias y bajo su propia responsabilidad, aquí hay otra cosa, mucha veces ha habido gente que quiere participar de la vida política, pero quiere el respaldo de los Obispos, no corresponde eso, quiere hacer en el fondo Política Clerical, no es el caso, hay una responsabilidad propia de los laicos, que los laicos escuchen a los pastores esta muy bien, pero esta relación entre la función mediata e inmediata de la iglesia respecto del orden de la sociedad, quedaría alterada si los laicos no se hacen cargo de su propia responsabilidad, y respecto precisamente de la Doctrino Social de la Iglesia, el drama es este, nunca como hoy la iglesia había perfilado un cuerpo de Doctrina Social que abarca todas las dimensiones de la realidad, porque en primer lugar se afirma claramente la centralizad de la persona humana, de su dignidad, de sus derechos, el papel de la familia, una visión orgánica de la sociedad, subrayando la importancia de las asociaciones más allá de aquel ordenamiento liberal que hacia de cada ciudadano un individuo frente al Estado, no, el individuo mejor dicho la persona se integra en la vida social normalmente a través de sociedades, la primera de las cuales es la familia, y las agrupaciones de familia y las otras instituciones de la vida social, que hacen rica y orgánica precisamente esa vida social, pues tenemos una doctrina sobre el orden económico que no es la dogmática económica vigente según las modas, las épocas, o la fama de determinadas universidades, sino que tiene que ver con este principio fundamental con la actividad económica es una actividad moral, lo mismo tenemos una doctrina acerca de la constitución del Estado, de las formas de gobierno y demás. Nunca como hoy ha habido una riqueza tal de doctrinas, pero esa doctrina de la Iglesia mucha gente la reconoce como un aporte valioso, interesante, y muchos se hacen lenguas de alabarla, pero yo creo que nunca se ha puesto en practica, a no ser de un modo muy parcial y momentáneo, porque, la aplicación de la Doctrina Social de la Iglesia, no es una función propia de la jerarquía de la iglesia, sino del laicado a través de mediaciones científicas y técnicas que vayan haciendo descender esos principios, Juan Pablo II decía que la Doctrina Social de la iglesia es teología, es una visión de las cosas temporales desde la luz de Dios, y es teología moral decía, porque esta subrayando precisamente a la naturaleza ética de la actividad temporal y de la justicia, entonces se trata de principios, pero no principios estratosféricos que flotan sobre la realidad y no tienen que ver con ella,. Sino son los principios que iluminan y alientan la marcha de las cosas, ahora son necesarias mediaciones científicas y técnicas para que esta pueda ser aplicada y va descendiendo analógicamente en distintos grados de realización, hasta el programa político completo que no es el resorte de la Jerarquía de la iglesia, no tiene porque comprometer a la iglesia, en este sentido, podemos descartar la necesidad de que halla un partido Católico, no tiene por que haber un partido Católico, por otra parte no se puede hacer una deducción unívoca de la Doctrina Social de la Iglesia a una determinada formula en el momento concreto, pero allí entra a jugar la libertad y responsabilidad de los laicos, ahora bien, como se procede, se procede si el laicado lejos de ser una masa informe se hace conciente de su responsabilidad y a través de sus propias instituciones comienza a pensar y a proponer distintas aproximaciones a esa realización de la doctrina Social, pienso concretamente en la función de las Universidades Católicas, que no han s ido creadas para producir, Chicago Bay o para dar dirigente al partido tal o cual, o al gobierno militar de turno, pienso en las otras instituciones, colegios o corporaciones profesionales y demás, y a todo aquello que hace a la vida concreta de la sociedad, bueno, pues es allí donde deben elaborarse los proyectos, en la encíclica”Populorium Progresium”, el Papa Pablo VI, decía que un modelo de país no puede ser producido por una fuerza hegemónica, o por un partido, tiene que ser el resultado del diálogos y de la confrontación de las distintas fuerzas sociales, donde todos aportan su visión de las cosas. Tiene que haber gente que lo haga, que se haga cargo de eso, y aquí hay algo que si se quiere es mas delicado todavía, que tiene que ver con una educación para la vida social, es algo que esta faltando en la Argentina, cuando digo educación para la vida social, estoy pensando, en que no solo los fieles laicos, sino también personas que no pertenecen a la iglesia, que no son Cristianos pero que quieren vivir en paz y aportar algo a la sociedad, tienen que hacerse cargo que de ellos depende el futuro de la sociedad, aquí muchas veces se ha recordado, aquella sentencia fatal, que los pueblos tienen los gobiernos que se merecen, bueno, es parcialmente verdad, se podría hablar mucho sobre eso, pero es parcialmente verdad, en la Biblia uno advierte, sobre todo en el Antiguo Testamento, en el Israel del Antiguo Testamento, tiene en vigencia un principio que se llama de la personalidad corporativa, que se ha dado también en la historia Cristiana, sobre todo también en la monarquía cristiana, es decir, entre el Gobernante y el pueblo, entre el príncipe y los súbditos existe una referencia reciproca constante, de donde salen los gobernantes, sobre todo en un régimen republicano o democrático de donde salen los gobernantes si no es del pueblo, de donde salen los dirigentes de la sociedad si no es del pueblo, y si no hay una base muy amplia de gente que se hace conciente de su papel de ciudadano, es muy difícil que halla dirigente que puedan conducirlas bien, esto es lo que hace falta todavía, y en el ámbito católico digo expresamente respecto de la aplicación de la Doctrina Social de la Iglesia, que quedara sino durmiendo en estos magníficos Documentos para que alguno cada tanto y otros estén todos de acuerdo y aplaudan, pero las cosas sigan igual, aquí hay algo que tiene que ver con la inteligencia y con la voluntad, y la tercera orientación mas reciente que yo quisiera mencionar, tiene que ver con un documento de la congregación para la Doctrina de la Fe del año 2002 sobre precisamente el compromiso político de los Cristianos donde hacia hincapié sobre algunas cuestiones fundamentales hoy día, en la oportunidad del documento tiene que ver con esta especie de crisis de la Civilización occidental y de un modo más preciso, con la situación Europea, es decir, con esa reticencia tan fuerte en la Constitución actual de la Unión Europea a reconocer las raíces Cristiana de Europa y eso es nada más que el punto de llegada de una serie de fenómenos culturales que se expresan como una especie de rechazo a la cosmovisión Cristiana, el Papa Benedicto XVI en la Exhortación Apostolica “Sacramentus Caritatis “ que acaba de salir retoma precisamente esa enseñanza de la congregación para la Doctrina de la Fe y habla de la coherencia de vida del Cristiano, en este párrafo, el Papa utiliza esta expresión: Coherencia Eucarística, que yo traduzco así, la gente que va a misa, se confiesa, comulga que reza, como es posible que después se comporte de una manera tan diversa, por no hablar de este drama Argentino, que aquí todos somos bautizados en la Iglesia Católica, el 85 %,aquí a misa va el 6 o 7%, así que ni siquiera este reproche papal le podemos endilgar, pero con mayor razón imagínense ustedes que desaguisados harán cuando se meten en política, si ustedes le preguntan, la mayor parte, hoy quizás no tanto, a la mayor parte de los políticos no les gustaría tener una posición publica tan anticatólica porque sieguen pensando que sigue el voto católico en nuestro triste país, pero lo de la coherencia eucarística es verdad, volvemos a mi planteo inicial, se trata de la vocación de los laicos en cuanto miembros del pueblo de Dios, entonces no se puede hacer una separación tal entre la vida cristiana persona, mi cumplimiento digamos así de los preceptos religiosos, o mis seguimientos, de la fe y de las normas morales de la Iglesia, y por otro lado la conducta publica, sea en las instituciones, sea en la vida política partidaria. Entonces aquí hay una cuestión de coherencia que es fundamental, y el Papa lo refiere a los graves problemas que se están dando en todo el ,mundo y que son una de las características mas siniestras de eso que se llama globalización. Yo quiero leer este párrafo, añadiendo mi comentario porque me parece muy elocuente, dice Benedicto XVI, “Es importante notar que la coherencia Eucarística a la cual esta llamada objetivamente nuestra vida, tiene que ver con el culto agradable a Dios, que nunca es un acto meramente privado sin consecuencias en nuestras relaciones sociales, al contrario, exige el testimonio publico de la propia fe, testimonio publico de la propia fe, pero fíjense las agachadas que se cometen cotidianamente, para no quedar descolocados precisamente porque uno aparece como Católico, no se trata de exhibir una camiseta, se trata simplemente de pensar como católico y aplicar coherentemente ese pensamiento, obviamente esto vale para todos los bautizados pero tiene una importancia particular para quienes por la posición social o política que ocupan, han de tomar decisiones sobre valores fundamentales, como el respeto y la defensa de la vida humana desde su concepción hasta su fin natural, la familia fundada en el matrimonio entre hombre y mujer, la libertad de educación de los hijos y la promoción del bien común en todas sus formas, estos valores no son negociables. Estas son palabras muy fuertes y fíjense ustedes lo que esta ocurriendo aquí en la argentina, como estamos en el lejano sur, siempre el eco de las bondades o de las maldades llega con retraso, a pesar de la rapidez de las comunicaciones llega con retraso, pero ahora el Congreso de la Nación, la Legislatura Provincial, y aun desbordadamente ciertos Consejos Deliberantes se ponen a dar normas sobre todas las realidades humanas, y lo que están haciendo es poniendo las bases de una destrucción sistemática del orden natural con leyes inicuas, ante las cuales parece que nadie tiene nada que decir, se votan casi sin discusión, en los cuerpos legislativos y son muy pocos los que dan testimonio de su fe si la tienen, pues aquí se juega algo fundamental, valores no negociables dice el Papa, el problema que hay es una gran falta de conocimiento de estas cosas, la gran falta de pertenencia concreta a la vida de la Iglesia, gente que se llama Cristiana, que se llama católica, pero que no lo es, o que incluso objetivamente lo ha dicho por ejemplo el ministro de Salud de la Provincia de Buenos Aires dice, yo como Católico respeto la opinión de la Iglesia pero no estoy de acuerdo, es una contradicción, si un Judío, o un Musulmán, un agnóstico me dice yo respeto la opinión de la Iglesia pero no estoy de acuerdo, yo le digo, lo felicito, es usted un hombre de bien, pero la opinión de la Iglesia son la Doctrina sobre estos valores no negociables, así estamos arruinados como ustedes comprenden, y sigue el Papa: “Así es pues los políticos y los Legisladores católicos concientes de su grave responsabilidad social deben sentirse particularmente interpelados por su conciencia”, acá lo propone como un deber de conciencia, rectamente formada, para formar y apoyar leyes inspiradas en los valores fundados en la naturaleza humana, a este nivel ínfimo hemos llegado, que la leyes no vayan en contra de valores fundamentales de la naturaleza humana, para decirlo con términos de Juan XXIII en la Encíclica “Pacem in terris” habría que decir que esas leyes no son leyes, son abusos legislativos, el Papa siguiendo la Doctrina de Santo Tomas dice precisamente eso, no tienen derecho los legisladores a legislar en contra del orden natural, entonces es un abuso de autoridad, pero acá estamos acostumbrados, y no solo que nos prepotean, además que si uno llega a decir esa es una ley inicua uno se con vierte en un troglodita, en un monstruo o en un fanático religioso, como me dijo a mi el Ministro de Salud de la Nación, un fanático religioso, esto tiene además una relación objetiva con la Eucaristía, dice el papa, pero claro para eso hay que saber de que se trata hay que saber que es la Eucaristía y uno tiene que vivir como un cristiano, los obispos han de llamar constantemente la atención sobre estos valores, ello es parte de su responsabilidad para con la grey que se les ha confiado, aquí entonces estamos concretando algo, muy particular acerca de la responsabilidad política de los católicos, ahora estamos en una situación muy embarazosa porque la Argentina tiene además una tradición muy negativa en este sentido, yo comparo a veces la situación actual con lo que ocurría a fines del siglo XIX, en las dos ultimas décadas del siglo XIX sobre todo en los años ´80 de aquel siglo, se libro en la Argentina un verdadero cultur cam, que tenia su eco en los problemas Europeos pero que aquí se manifestó alrededor de la concepción de la familia y el ordenamiento jurídico de la familia y la educación. Si uno lee los debates en el Congreso de la Nación sobre la famosa ley 1420, y esto era otro mundo, era otro país, fue un debate inteligente, había allí un laicado, pequeño en numero pero de una gran calidad intelectual y moral que libraron una batalla en la que resultaron vencidos pero con una gran dignidad, aquel debate fue un gran debate de ideas y además visto con mucha perspicacia, en los Católicos argentinos de aquella época piensen en Goyena, Estrada, Achabal Rodríguez, Pizarro y tantos otros, no que recibían los influjos de la Europa de entonces, plantearon el problema de la educación es términos de libertad de conciencia, ha sido una cosa avanzadísima, esta ley de educación nacional que se ha votado hace muy poco, se voto sin debate, no se debatió, hubo una consulta muy parcial y todo se arreglo en las comisiones, no hubo discursos, bueno en aquella época había un laicado que tenia una presencia en la vida política nacional, hoy día no existe, mejor dicho no existe un laicado de ningún modo, existen laicos sueltos, pero no existe un laicado, y mucho menos aquellos que puedan representar esa posición, que no es una posición convencional, resulta que hoy día la Iglesia es la que defiende los valores humanos, los valores de la naturaleza humana, pero aquí se da como una especie de soga que es la de los preámbulos de la fe, aquí no se trata de defender las verdades de la fe, se trata de defender sus preámbulos.
Aquí es donde hoy día se plantea el compromiso político de los católicos, es una cuestión de renovación de la inteligencia del Laicado Católico y de coherencia entre lo que se piensa y lo que se hace, y luego también yo diría es un problema de concordia, este es otro problema muy serio, ancestral en la Argentina, es un país que ha vivido siempre en guerra civil, por medios cruentos o incruentos, y la dificultad mas grande que tenemos es la de la discordia, y esa discordia que es una especie de carácter nacional se mete también en las filas católicas, y mientras no se supere eso va a ser muy difícil ofrecer una solución concreta para os males argentinos, si uno pinta las cosas así, después de todo yo he presentado un panorama en cierto modo ideal, ideal pero posible, puede no digo atacarnos en escepticismo al cual hacia alusión aquí Juan Pablo II pero si una cierta falta de confianza,¿podremos hacer algo efectivamente? Porque las reiteradas frustraciones argentinas pueden inducir precisamente a una especie de fatiga, que en el fondo nos paraliza en la negligencia, y aquí tiene que ayudarnos la fuerza trascendente de la esperanza, hay algo por lo cual vale la pena vivir, trabajar, luchar y morir si es preciso, son en primer lugar las realidades del orden de la fe y de la salvación, pero son también las realidades entrañables de la familia y de la patria.
(Fundacion Adenauer)