DON BOSCO

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"BUENOS CRISTIANOS Y HONRADOS CIUDADANOS"

HUNGRÍA


 un faro en política poblacional para la Argentina

 

POR GERMÁN MASSERDOTTI

 

La Prensa, 09.01.2024

 

En otra oportunidad, expliqué que “poblar es gobernar para las familias” (La Prensa, 05/02/2023 y 19/03/2023). En el mismo sentido, se comprende el cumplimiento del mandato constitucional de “proveer al crecimiento armónico de la Nación y al poblamiento de su territorio” (Constitución Nacional Argentina, art. 75, inc. 19). Es decir, la política poblacional y, por lo tanto, gobernar para las familias, es una política de estado en la República Argentina. Otro cantar es que los gobernantes y legisladores argentinos cumplan o no con este deber. Si así no lo hicieran ¿no se trataría de otro caso de inconstitucionalidad por omisión?

 

Dicho esto, en esta nota me interesa destacar un ejemplo a imitar en lo que se refiere a la implementación de una política poblacional de acuerdo al bien de la patria y de la propia tradición histórica y cultural. Se trata de Hungría en la actualidad –debería decirse, mejor todavía, desde 2010 a la fecha–.

 

La familia fundada en el matrimonio forma parte del “abc” de la perdurabilidad de un país. Con datos de 2023 recabados por el Instituto María Kopp de Demografía y Familia, puede afirmarse que los húngaros están a favor del matrimonio. Así es como “una abrumadora mayoría (82%) afirma que el matrimonio es una unión voluntaria entre un hombre y una mujer. Los encuestados casi unánimemente (97%) creen que para un buen matrimonio se debe actuar todos los días, lo cual es mucho más fácil si la pareja comparte valores similares (83%). Casi tres cuartas partes (73%) dicen que el matrimonio proporciona seguridad emocional a los cónyuges. Seis de cada diez personas encuestadas creen que el matrimonio se completa con un hijo, y el mismo número cree que el matrimonio aumenta su sensación de felicidad”. También “la base de un matrimonio y una relación que funcionan bien se basa en la aceptación, el respeto, la comunicación adecuada (97%), el tiempo de calidad que se pasa juntos (95%), el afecto, la voluntad de comprometerse (92%), el amor ( 91%), sentido del humor (89%), valores comunes y división del trabajo entre parejas casadas (87%)”.

 

Desde 2019, en Hungría se ha superado cada año la cifra de los 64.000 matrimonios en un país de 9,7 millones de habitantes. En comparación con 2010 –año en el que Viktor Orbán se convirtió en primer ministro–, los matrimonios se incrementaron en más de un 80%. A su vez, la mayoría de los matrimonios son estables: el 75% de los niños que nacen en Hungría tienen padres casados.

 

Como afirmó en 2019 la ministro húngara para la Familia Katalin Novák –actualmente es la presidente– en una entrevista concedida a Rome Reports: “No hablamos solamente del problema demográfico sino de cómo solucionarlo con las familias apoyando a las familias”. Hungría invierte en las familias el 5% del PBI nacional. “En Hungría tenemos mentalidad familiar. Estamos tratando de promover los valores familiares y hacer posible que los jóvenes tengan tantos hijos como quieran en el momento que quieran tenerlos”. La estrategia es que paguen menos impuestos quienes tengan hijos y facilitar la decisión de iniciar una familia. En la V Cumbre Demográfica de Budapest (14-15-16 de septiembre de 2023), Tünde Főrész, presidente del Instituto María Kopp de Demografía y Familia, sostuvo que “Hungría construye su política familiar basándose en las necesidades de las madres”. En este sentido, destacó que, desde 2010, el gobierno húngaro se fijó como objetivo que las madres “puedan conciliar el trabajo y la vida privada y que se construya un país basado en el empleo y la institución de la familia”.

 

Todo un excelente ejemplo a imitar por parte de la Argentina, en el que se “naturalizó” el divorcio (Fallo “Sejean” de 1986 y ley 23.515 de 1987) en contra de la estabilidad familiar fundada en el matrimonio y se aprobó el aborto (2020) en contra de los niños por nacer y también en contra de las madres debido al síndrome post-aborto.

 

No vale la excusa conformista y mediocre que dice “lo que usted propone es imposible”. Si Hungría pudo adoptar una política de estado favorable a las familias como la base de su nación ¿por qué no podría hacerlo la Argentina?