ya tiene 900 hombres biológicos en cárceles de
mujeres
Infobae, 11/06/22
(BLes/InfoCatólica)
El director de la organización nacional de derechos civiles en Estados Unidos,
Harmeet K. Dhillon, hizo la denuncia en defensa de las presas.
Este hecho
degradante ocurre con el apoyo de los grupos LGBTQIA+ quienes no ven el daño
que se está generando a un grupo que queda indefenso y expuesto a daños físicos
y psicológicos.
Harmeet explicó
«Solo en las prisiones federales, se dice que hay más de 900 hombres biológicos
alojados en cárceles de mujeres, lo que resulta en violaciones masivas y
continuas de los derechos civiles y otros agravios contra las reclusas
diariamente.
En Estados Unidos,
el castigo por un delito después de la sentencia no debe incluir agresión
sexual, violación de restricciones basadas en la fe sobre la cohabitación de
sexos mixtos y un sinfín de otras violaciones de derechos humanos y derechos
civiles que ocurren cuando las mujeres se ven obligadas a compartir cuartos con
hombres biológicos.
«Pedófilo se
declara trans para ir a cárcel de mujeres y viola a una reclusa», este es solo
uno de los titulares que ha salido a la luz pública, solo es la punta del
iceberg.
La ideología de
género ha inventado cosas como las personas de «género fluido», las cuales
pueden ser de un género hoy y de otro mañana. Este fue el caso de este reo
pedófilo quien se declaró mujer, consiguió su traslado a la cárcel de mujeres,
violo a su compañera de celda, luego dijo que era un hombre y consiguió su
traslado a la cárcel de masculina nuevamente.
Biológicamente es
un hombre llamado Hobby Bingham y el hecho ocurrió en el estado de Washington
en Estados Unidos.
El movimiento
feminista tampoco ha defendido a estas presas que son víctimas de «hombres que
se dicen mujeres».
La Unión
Estadounidense de Libertades Civiles ACLU, ha apoyado e impulsado la inclusión
de reos transgénero a la cárcel de mujeres en el estado de New Jersey según el
portal Daily Caller. En dicho estado ya han quedado en cinta dos mujeres
presas, víctimas de abusos de hombres transgénero con quienes las han obligado
a convivir.
Uno de los presos
que ha hecho uso de esta pervertida herramienta ha sido Perry Cerf, quien
asesinó a una mujer a patadas, aplastó su cráneo y bebió su sangre como el
mismo declaró: «Como tengo un gusto muy inusual por la sangre, la bebí y lamí
hasta llenarme». Él dijo que era mujer y fue trasladado a la cárcel de mujeres,
su sentencia es de 73 años de prisión contando desde 2003.