Crece la pobreza y ya está en el mismo nivel de mayo de 2001
La desaceleración en la creación de empleo –seguida de la destrucción de puestos laborales– y la presión inflacionaria han vuelto a sumergir en la miseria a millones de argentinos, a punto tal que, según el economista Ernesto Kritz, el nivel de pobreza ha retornado a los índices de 2001.
En el marco del almuerzo de trabajo organizado ayer por la Fundación Mediterránea, el director ejecutivo de SEL Consultores aseguró que la pobreza ya trepó “a 37 por ciento en el Gran Buenos Aires, es decir, igual que en mayo de 2001 y mayor al promedio de la década de 1990”.
Peor aun, ese registro llega a 45 por ciento en el sector informal de la economía, en el cual la indigencia asciende a 17 por ciento. Incluso, el fenómeno manifiesta una especie de crecimiento radial, ya que crece en la periferia bonaerense mientras más lejos se está del puerto.
La medición choca con las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), con datos que corroen el discurso oficial de la redistribución social. La diferencia se explica por la manipulación en los valores de la canasta básica, “que al ser subestimados, no reflejan fielmente por dónde pasan las líneas de pobreza e indigencia”, indicó Kritz.
El especialista sostuvo que en 2003, cuando Néstor Kirchner llegó al poder, la pobreza afectaba a más de 18 millones de argentinos, nivel que logró reducirse a 10 millones hacia fines de 2006. Pero a partir de 2007, uno de cada cuatro argentinos que había salido de la pobreza volvió a esa situación.
Brecha. El 10 por ciento de la población más rica gana hoy 33 veces más que 10 por ciento más pobre. La brecha es mejor que en 2003, pero peor que 20 años atrás. “A la salida de cada crisis, el piso de la pobreza siempre ha sido mayor”, dijo Kritz. En otras palabras: la Argentina es cada vez más pobre, más desigual y más ineficiente en el gasto social.
Asistencialismo. La estadística es vergonzosa: en 20 por ciento de los hogares más pobres, casi la mitad de los menores de 18 años no recibe ningún tipo de asistencia, mientras que en las familias más ricas, el nivel de chicos “desatendidos” es casi inexistente.
Kritz advirtió que, al manipular los datos de la pobreza, “cayó casi 30 por ciento el gasto en planes sociales en dos años”.
Desempleo
Con datos que coinciden con los resultados de la encuesta del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina, Kritz señaló que la tasa de desempleo es de 10,4 por ciento en Buenos Aires y de 12,3 por ciento en el conurbano, con picos de hasta 17,8 por ciento.
El dato más preocupante es que el índice de desocupación llega a 21 por ciento en el sector informal. “Siete de cada 10 desocupados proviene de ese sector y el 75 por ciento no alcanza a completar un año de trabajo”, indicó el especialista, quien agregó, basado en datos del Indec, que se perdieron 100 mil puestos de trabajo sólo en la industria y la construcción.
La Voz del Interior, 4-8-09
La desaceleración en la creación de empleo –seguida de la destrucción de puestos laborales– y la presión inflacionaria han vuelto a sumergir en la miseria a millones de argentinos, a punto tal que, según el economista Ernesto Kritz, el nivel de pobreza ha retornado a los índices de 2001.
En el marco del almuerzo de trabajo organizado ayer por la Fundación Mediterránea, el director ejecutivo de SEL Consultores aseguró que la pobreza ya trepó “a 37 por ciento en el Gran Buenos Aires, es decir, igual que en mayo de 2001 y mayor al promedio de la década de 1990”.
Peor aun, ese registro llega a 45 por ciento en el sector informal de la economía, en el cual la indigencia asciende a 17 por ciento. Incluso, el fenómeno manifiesta una especie de crecimiento radial, ya que crece en la periferia bonaerense mientras más lejos se está del puerto.
La medición choca con las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), con datos que corroen el discurso oficial de la redistribución social. La diferencia se explica por la manipulación en los valores de la canasta básica, “que al ser subestimados, no reflejan fielmente por dónde pasan las líneas de pobreza e indigencia”, indicó Kritz.
El especialista sostuvo que en 2003, cuando Néstor Kirchner llegó al poder, la pobreza afectaba a más de 18 millones de argentinos, nivel que logró reducirse a 10 millones hacia fines de 2006. Pero a partir de 2007, uno de cada cuatro argentinos que había salido de la pobreza volvió a esa situación.
Brecha. El 10 por ciento de la población más rica gana hoy 33 veces más que 10 por ciento más pobre. La brecha es mejor que en 2003, pero peor que 20 años atrás. “A la salida de cada crisis, el piso de la pobreza siempre ha sido mayor”, dijo Kritz. En otras palabras: la Argentina es cada vez más pobre, más desigual y más ineficiente en el gasto social.
Asistencialismo. La estadística es vergonzosa: en 20 por ciento de los hogares más pobres, casi la mitad de los menores de 18 años no recibe ningún tipo de asistencia, mientras que en las familias más ricas, el nivel de chicos “desatendidos” es casi inexistente.
Kritz advirtió que, al manipular los datos de la pobreza, “cayó casi 30 por ciento el gasto en planes sociales en dos años”.
Desempleo
Con datos que coinciden con los resultados de la encuesta del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina, Kritz señaló que la tasa de desempleo es de 10,4 por ciento en Buenos Aires y de 12,3 por ciento en el conurbano, con picos de hasta 17,8 por ciento.
El dato más preocupante es que el índice de desocupación llega a 21 por ciento en el sector informal. “Siete de cada 10 desocupados proviene de ese sector y el 75 por ciento no alcanza a completar un año de trabajo”, indicó el especialista, quien agregó, basado en datos del Indec, que se perdieron 100 mil puestos de trabajo sólo en la industria y la construcción.
La Voz del Interior, 4-8-09
