DON BOSCO

DON BOSCO
"BUENOS CRISTIANOS Y HONRADOS CIUDADANOS"

Día de la Raza

Cristina F. de Kirchner ahora ataca las raíces de nuestra Argentinidad: Le contestan Yrigoyen y Perón

Por
Horacio Calderón


La Presidente de la Nación acaba de proponer el cambio de nombre del "Día de la Raza" por "Día del Respeto por la Diversidad Cultural", fundiendo con desprecio de la historia, las soldaduras que con tanta sangre y sacrificio constituyeron los pilares irrenunciables de nuestra nacionalidad.
Lo importante y claro es lo que hay que defender, con palabras de mismo Perón: el "Porvenir enraizado en el pasado" y no esta nueva muestra del constructivismo pernicioso que tanto daño le ha hecho a nuestra azotada Patria.

A continuación cito textualmente el Decreto del Presidente Hipólito Yrigoyen, que reconoce taxativa y sabiamente las raíces de nuestra Argentinidad:

"1º. El descubrimiento de América es el acontecimiento más trascendental que haya realizado la humanidad a través de los tiempos, pues todas las renovaciones posteriores derivan de este asombroso suceso, que a la par que amplió los límites de la tierra, abrió insospechados horizontes al espíritu.

"2º. Que se debió al genio hispano intensificado con la visión suprema de Colón, efemérides tan portentosa, que no queda suscrita al prodigio del descubrimiento, sino que se consolida con la conquista, empresa ésta tan ardua que no tiene término posible de comparación en los anales de todos los pueblos.

"3º. Que la España descubridora y conquistadora volcó sobre el continente enigmático el magnífico valor de sus guerreros, el ardor de sus exploradores, la fe de sus sacerdotes, el preceptismo de sus sabios, la labor de sus menestrales, y derramó sus virtudes sobre la inmensa heredad que integra la nación americana.

"Por tanto, siendo eminentemente justo consagrar la festividad de la fecha en homenaje a España, progenitora de las naciones a las cuales ha dado con la levadura de su sangre y la armonía de su lengua una herencia inmortal, debemos afirmar y sancionar el jubiloso reconocimiento, y el poder ejecutivo de la nación:

"Artículo primero: Se declara Fiesta Nacional el 12 de octubre.

"Artículo segundo: Comuníquese, publíquese, dése al Registro Nacional y se archive".

Otro discurso memorable fue pronunciado por el Teniente General Juan Domingo Perón en la Academia Argentina de Letras, el 12 de Octubre de 1947, Día de la Raza. Esta pieza oratoria fue dada en homenaje Miguel de Cervantes que viene muy al caso de este tema.

CITA

“Algunas corrientes ideológicas de signo progresista pretenden imponer una visión deformada de la Conquista de América, preconizando un indigenismo anacrónico, tergiversador y deformante de la historia. Los peronistas no podemos caer en el juego de aquellos que en nombre de “los pueblos originarios” aborrecen de nuestra identidad hispanoamericana y esgrimen argumentos funcionales al imperialista.

No me consideraría con derecho a levantar mi voz en el solemne día que se festeja la gloria de España, si mis palabras tuvieran que ser tan sólo halago de circunstancias o simple ropaje que vistiera una conveniencia ocasional. Me veo impulsado a expresar mis sentimientos porque tengo la firme convicción de que las corrientes de egoísmo y las encrucijadas de odio que parecen disputarse la hegemonía del orbe, serán sobrepasadas por el triunfo del espíritu que ha sido capaz de dar vida cristiana y sabor de eternidad al Nuevo Mundo.

No me atrevería a llevar mi voz a los pueblos que, junto con el nuestro, formamos la Comunidad Hispánica, para realizar tan sólo una conmemoración protocolar del Día de la Raza. Unicamente puede justificarse el que rompa mi silencio, la exaltación de nuestro espíritu ante la contemplación reflexiva de la influencia que, para sacar al mundo del caos que se debate, puede ejercer el tesoro espiritual que encierra la titánica obra cervantina, suma y compendio apasionado y brillante del inmortal genio de España.

Espíritu contra utilitarismo

Al impulso ciego de la fuerza, al impulso frío del dinero, la Argentina, coheredera de la espiritualidad hispánica, opone la supremacía vivificante del espíritu.

En medio de un mundo en crisis y de una humanidad que vive acongojada por las consecuencias de la última tragedia e inquieta por la hecatombe que presiente; en medio de la confusión de las pasiones que restallan sobre las conciencias, la Argentina, la isla de paz, deliberada y voluntariamente, se hace presente en este día para rendir cumplido homenaje al hombre cuya figura y obra constituyen la expresión más acabada del genio y la grandeza de la raza.

Y a través de la figura y de la obra de Cervantes va el homenaje argentino a la Patria Madre, fecunda, civilizadora, eterna, y a todos los pueblos que han salido de su maternal regazo.

Por eso estamos aquí, en esta ceremonia que tiene la jerarquía de símbolo. Porque recordar a Cervantes es reverenciar a la madre España; es sentirse más unidos que nunca a los demás pueblos que descienden legítimamente de tan noble tronco; es afirmar la existencia de una comunidad cultural hispanoamericana de la que somos parte y de una continuidad histórica que tiene en la raza su expresión objetiva más digna, y en el Quijote la manifestación viva y perenne de sus ideales, de sus virtudes y de su cultura; es expresar el convencimiento de que el alto espíritu señoril y cristiano que inspira la Hispanidad iluminará al mundo cuando se disipen las nieblas de los odios y de los egoísmos. Por eso rendimos aquí el doble homenaje a Cervantes y a la Raza.

Homenaje, en primer lugar, al grande hombre que legó a la humanidad una obra inmortal, la más perfecta que en su género haya sido escrita, código del honor y breviario del caballero, pozo de sabiduría y, por los siglos, de los siglos, espejo y paradigma de su raza.

Destino maravilloso el de Cervantes que, al escribir el Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, descubre en el mundo nuevo de su novela, con el gran fondo de la naturaleza filosófica, el encuentro cortés y la unión entrañable de un idealismo que no acaba y de un realismo que se sustenta en la tierra. Y además caridad y amor a la justicia, que entraron en el corazón mismo de América; y son ya los siglos los que muestra, en el laberinto dramático que es esta hora del mundo, que siempre triunfa aquella concepción clara del riesgo por el bien y la ventura de todo afán justiciero. El saber “jugarse entero” de nuestros gauchos es la empresa que ostentan orgullosamente los “quijotes de nuestras pampas”.

En segundo lugar, sea nuestro homenaje a la raza a que pertenecemos.

La raza: superación de nuestro destino

Para nosotros, la raza no es un concepto biológico. Para nosotros es algo puramente espiritual. Constituye una suma de imponderables que hace que nosotros seamos lo que somos y nos impulsa a ser lo que debemos ser, por nuestro origen y nuestro destino. Ella es lo que nos aparta de caer en el remedo de otras comunidades cuyas esencias son extrañas a la nuestra, pero a las que con cristiana caridad aspiramos a comprender y respetamos. Para nosotros, la raza constituye nuestro sello personal, indefinible e inconfundible.

Para nosotros los latinos, la raza es un estilo. Un estilo de vida que nos enseña a saber vivir practicando el bien y a saber morir con dignidad.

Nuestro homenaje a la madre España constituye también una adhesión a la cultura occidental.

Porque España aportó al occidente la más valiosa de las contribuciones: el descubrimiento y la colonización de un nuevo mundo ganado para la causa de la cultura occidental.

Su obra civilizadora cumplida en tierras de América no tiene parangón en la Historia. Es única en el mundo. Constituye su más calificado blasón y es la mejor ejecutoria de la raza, porque toda la obra civilizadora es un rosario de heroísmos, de sacrificios y de ejemplares renunciamientos.

Su empresa tuvo el sino de una auténtica misión. Ella no vino a las Indias ávida de ganancias y dispuesta a volver la espalda y marcharse una vez exprimido y saboreado el fruto. Llegaba para que fuera cumplida y hermosa realidad el mandato póstumo de la Reina Isabel de “atraer a los pueblos de Indias y convertirlos al servicio de Dios”. Traía para ello la buena nueva de la verdad revelada, expresada en el idioma más hermoso de la tierra. Venía para que esos pueblos se organizaran bajo el imperio del derecho y vivieran pacíficamente. No aspiraban a destruir al indio sino a ganarlo para la fe y dignificarlo como ser humano...

Era un puñado de héroes, de soñadores desbordantes de fe. Venían a enfrentar a lo desconocido; ni el desierto, ni la selva con sus mil especies donde la muerte aguardaba el paso del conquistador en el escenario de una tierra inmensa, misteriosa, ignorada y hostil.

Nada los detuvo en su empresa; ni la sed, ni el hambre, ni las epidemias que asolaban sus huestes; ni el desierto con su monótono desamparo, ni la montaña que les cerraba el paso, ni la selva con sus mil especies de oscuras y desconocidas muertes. A todo se sobrepusieron. Y es ahí, precisamente, en los momentos más difíciles, en los que se los ve más grandes, más serenamente dueños de sí mismos, más conscientes de su destino, porque en ellos parecía haberse hecho alma y figura la verdad irrefutable de que “es el fuerte el que crea los acontecimientos y el débil el que sufre la suerte que le impone el destino”. Pero en los conquistadores pareciera que el destino era trazado por el impulso de su férrea voluntad.

América: empresa de héroes

Como no podía ocurrir de otra manera, su empresa fue desprestigiada por sus enemigos, y su epopeya objeto de escarnio, pasto de la intriga y blanco de la calumnia, juzgándose con criterio de mercaderes lo que había sido una empresa de héroes. Todas las armas fueron probadas: se recurrió a la mentira, se tergiversó cuanto se había hecho, se tejió en torno suyo una leyenda plagada de infundios y se la propaló a los cuatro vientos.

Y todo, con un propósito avieso. Porque la difusión de la leyenda negra, que ha pulverizado la crítica histórica serie y desapasionado, interesaba doblemente a los aprovechados detractores. Por una parte, les servía para echar un baldón a la cultura heredada por la comunidad de los pueblos hermanos que constituimos Hispanoamérica.

Por la otra procuraba fomentar así, en nosotros, una inferioridad espiritual propicia a sus fines imperialistas, cuyas asalariados y encumbradísimos voceros repetían, por encargo, el ominoso estribillo cuya remunerada difusión corría por cuenta de los llamados órganos de información nacional. Este estribillo ha sido el de nuestra incapacidad para manejar nuestra economía e intereses, y la conveniencia de que nos dirigieran administradores de otra cultura y de otra raza. Doble agravio se nos infería; aparte de ser una mentira, era una indignidad y una ofensa a nuestro decoro de pueblos soberanos y libres.

España, nuevo Prometeo, fue así amarrada durante siglos a la roca de la Historia. Pero lo que no se pudo hacer fue silenciar su obra, ni disminuir la magnitud de su empresa que ha quedado como magnífico aporte a la cultura occidental.

Allí están, como prueba fehaciente, las cúpulas de las iglesias asomando en las ciudades fundada por ella; allí sus leyes de Indias, modelo de ecuanimidad, sabiduría y justicia; sus universidades; su preocupación por la cultura, porque “conviene –según se lee en la Nueva Recopilación- que nuestros vasallos, súbditos y naturales, tengan en los reinos de Indias, universidades y estudios generales donde sean instruidos y graduados en todas ciencias y facultades, y por el mucho amor y voluntad que tenemos de honrar y favorecer a los de nuestras Indias y desterrar de ellas las tinieblas de la ignorancia y del error, se crean Universidades gozando los que fueren graduados en ellas de las libertades y franquezas de que gozan en estos reinos los que se gradúan en Salamanca”.

Su celo por difundir la verdad revelada porque –como también dice la Recopilación- “teniéndonos por más obligados que ningún otro príncipe del mundo a procurar el servicio de Dios y la gloria de su santo nombre y emplear todas las fuerzas y el poder que nos ha dado, en trabajar que sea conocido y adorado en todo el mundo por verdadero Dios como lo es, felizmente hemos conseguido traer al gremio de la Santa Iglesia Católica las innumerables gentes y naciones que habitan las Indias occidentales, isla y tierra firme del mar océano”.

España levantó, edificó universidades, difundió la cultura, formó hombres, e hizo mucho más; fundió y confundió su sangre con América y signó a sus hijas con un sello que las hace, si bien distintas a la madre en su forma y apariencias, iguales a ella en su esencia y naturaleza. Incorporó a la suya la expresión de un aporte fuerte y desbordante de vida que remozaba a la cultura occidental con el ímpetu de una energía nueva.

Y si bien hubo yerros, no olvidemos que esa empresa, cuyo cometido la antigüedad clásica hubiera discernido a los dioses, fue aquí cumplida por hombres, por un puñado de hombres que no eran dioses aunque los impulsara, es cierto, el soplo divino de una fe que los hacía creados a la imagen y semejanza de Dios.

España rediviva en el criollo Quijote

Son hombres y mujeres de esa raza los que en heroica comunión rechazan, en 1806, al extranjero invasor, y el hidalgo jefe que obtenida la victoria amenaza con “pena de la vida al que los insulte”. Es gajo de ese tronco el pueblo que en mayo de 1810 asume la revolución recién nacida; esa sangre es la que vence gloriosamente en Tucumán y Salta y cae con honor en Vilcapugio y Ayohuma; es la que anima el corazón de los montoneros; es la que bulle en el espíritu levantisco e indómito de los caudillos; es la que enciende a los hombres que en 1816 proclaman a la faz del mundo nuestra independencia política; es la que agitada corre por las venas de esa raza de titanes que cruzan las ásperas y desoladas montañas de los Andes, conducidas por un héroe en una marcha que tiene la majestad de un friso griego; es la que ordena a los hombres que forjaron la unidad nacional, y la que aliente a los que organizaron la República; es la que se derramó generosamente cuantas veces fue necesario para defender la soberanía y la dignidad del país; es la misma que moviera al pueblo a reaccionar sin jactancia pero con irreductible firmeza cuando cualquiera osó inmiscuirse en asuntos que no le incumbían y que correspondía solamente a la nación resolverlos; de esa raza es el pueblo que lanzó su anatema a quienes no fueron celosos custodios de su soberanía, y con razón, porque sabe, y la verdad lo asiste, que cuando un Estado no es dueño de sus actos, de sus decisiones, de su futuro y de su destino, la vida no vale la pena de ser allí vivida; de esa raza es ese pueblo, este pueblo nuestro, sangre de nuestra sangre y carne de nuestra carne, heroico y abnegado pueblo, virtuoso y digno, altivo sin alardes y lleno de intuitiva sabiduría, que pacífico y laborioso en su diaria jornada se juega sin alardes la vida con naturalidad de soldado, cuando una causa noble así lo requiere, y lo hace con generosidad de Quijote, ya desde el anónimo y oscuro foso de una trinchera o asumiendo en defensa de sus ideales el papel de primer protagonista en el escenario turbulento de las calles de una ciudad.

Señores:

La historia, la religión y el idioma nos sitúan en el mapa de la cultura occidental y latina, a través de su vertiente hispánica, en la que el heroísmo y la nobleza, el ascetismo y la espiritualidad, alcanzan sus más sublimes proporciones. El Día de la Raza, instituido por el Presidente Yrigoyen, perpetúa en magníficos términos el sentido de esta filiación. “La España descubridora y conquistadora –dice el decreto-, volcó sobre el continente enigmático y magnífico el valor de sus guerreros, el denuedo de sus exploradores, la fe de sus sacerdotes, el preceptismo de sus sabios, las labores de sus menestrales y con la aleación de todos estos factores, obró el milagro de conquistar para la civilización la inmensa heredad en que hoy florecen las naciones a las cuales ha dado, con la levadura de su sangre y con la armonía de su lengua, una herencia inmortal que debemos de afirmar y de mantener con jubiloso reconocimiento”.

Porvenir enraizado en el pasado

Si la América olvidara la tradición que enriquece su alma, rompiera sus vínculos con la latinidad, se evadiera del cuadro humanista que le demarca el catolicismo y negara a España, quedaría instantáneamente baldía de coherencia y sus ideas carecerían de validez. Ya lo dijo Menéndez y Pelayo: “Donde no se conserva piadosamente la herencia de lo pasado, pobre o rica, grande o pequeña, no esperemos que brote un pensamiento original, ni una idea dominadora”. Y situado en la antípoda de su pensamiento, Renán afirmó que “el verdadero hombre de progreso es el que tiene los pies enraizados en el pasado”.

El sentido misional de la cultura hispánica, que catequistas y guerreros introdujeron en la geografía espiritual del Nuevo Mundo, es valor incorporado y absorbido por nuestra cultura, lo que ha suscitado una comunidad de ideas e ideales, valores y creencias, a la que debemos preservar de cuantos elementos exóticos pretenden mancillarla. Comprender esta imposición del destino, es el primordial deber de aquellos a quienes la voluntad pública o el prestigio de sus labores intelectuales, les habilita para influir en el proceso mental de las muchedumbres. Por mi parte, me he esforzado en resguardar las formas típicas de la cultura a que pertenecemos, trazándome un plan de acción del que pude decir –el 24 de noviembre de 1944- que “tiene, ante todo, a cambiar la concepción materialista de la vida por una exaltación de los valores espirituales”.

Precisamente esa oposición, esa contraposición entre materialismo y espiritualidad, constituye la ciencia del Quijote. O más propiamente representa la exaltación del idealismo, refrenado por la realidad del sentido común.

De ahí la universalidad de Cervantes, a quien, sin embargo, es precio identificar como genio auténticamente español, mal que no puede concebirse como no sea en España.

Esta solemne sesión, que la Academia Argentina de Letras ha querido poner bajo la advocación del genio máximo del idioma en el IV Centenario de su nacimiento, traduce –a mi modo de ver- la decidida voluntad argentina de reencontrar las rutas tradicionales en las que la concepción del mundo y de la persona humana, se origina en la honda espiritualidad grecolatina y en la ascética grandeza ibérica y cristiana.

Para participar en ese acto, he preferido traer, antes que una exposición académica sobre la inmortal figura de Cervantes, palpitación humana, su honda vivencia espiritual y su suprema gracia hispánica. En su vida y en su obra personifica la más alta expresión de las virtudes que nos incumbe resguardar.

Resurrección del Quijote

Mientras unos soñaban y otros seguían amodorrados en su incredulidad, fue gestándose la tremenda subversión social que hoy vivimos y se preparó la crisis de las estructuras políticas tradicionales. La revolución social de Eurasia ha ido extendiéndose hacia Occidente, y los cimientos de los países latinos del oeste europeo crujen ante la proximidad de exóticos carros de guerra. Por los Andes asoman su cabeza pretendidos profetas, a sueldo de un mundo que abomina de nuestra civilización, y otra trágica paradoja parece cernirse sobre América al oírse voces que, con la excusa de defender los principios de la Democracia (aunque en el fondo quieren proteger los privilegios del capitalismo), permitan el entronizamiento de una nueva y sangrienta Tiranía.

Como miembros de la comunidad occidental, no podemos substraernos a un problema que de no resolverlo con acierto, puede derrumbar un patrimonio espiritual acumulado durante siglos. Hoy, más que nunca, debe resucitar Don Quijote y abrirse el sepulcro del Cid Campeador”.

Juan Domingo Perón


www.politicaydesarrollo.com.ar,14-09-2010

Antecedentes de formación política

INSTITUTO DE FORMACIÓN POLÍTICA – ACCIÓN CATÓLICA ARGENTINA

La Universidad Nacional del Chaco Austral, en conjunto con el Instituto de Formación Política (IFP) de la Acción Católica Argentina se han propuesto encarar un serie de Cursos y Seminario destinados a la formación de dirigente políticos en la firme convicción de crear un espacio de encuentro y formación dirigido a toda persona dispuesta a participar activamente en la gestión de los asuntos de la vida pública y la dirección de los partidos.

En este sentido, en el año del Bicentenario, se ha programado una primera actividad con la propuesta académica del “Curso Intensivo en Formación Política” dictada por docentes del IFP de reconocida trayectoria profesional y académica que conformarán el cuerpo de profesores del mencionado Curso. Los objetivos del Curso son:

Promover la actualización constante de la formación de los ciudadanos con vocación política a partir del marco que nos proponen los principios de la enseñanza social de la Iglesia y del fundamento de las ciencias políticas y sociales.
Generar un espacio para el debate y el intercambio en un clima de diálogo respetuoso de la diversidad a partir del marco teórico y práctico de cada módulo.
Favorecer la búsqueda de los valores comunes a partir de los cuales se puedan construir los consensos básicos.
Conocer y reflexionar sobre los temas de la agenda pública y valorarlos en el marco de la realidad nacional y el contexto internacional.
Favorecer en los participantes el compromiso responsable en la vida pública.

Los Módulos que componen el Plan de Estudio son: I) Fundamentos, Principios y Contexto de la Acción Política. II) Estudios sobre Argentina. III) El Contexto Internacional. IV) Estrategias y Técnicas de Intervención Política.

El Curso que es arancelado, se dictará los días viernes de 17:30 a 21:00 y sábado de 9:00 a 13:00 [total: 60 hs.] y el cronograma de clases prevista es el siguiente:

Módulo I: 18 y 19 de junio - 2 y 3 de julio

Módulo II: 16 y 17 julio – 30 y 31 julio

Módulo III: 6 y 7 de agosto - 13 y 14 de agosto

Módulo IV: 27 y 28 de agosto - 3 y 4 de septiembre

La preinscripción se realizará del 1 de junio al 17 del mismo mes, estando programado su inicio para el 18 de junio del corriente año. Cualquier información relacionada puede ser requerida en la Sede Central, llamando al teléfono 03732-420137 interno 103, visitando la pagina web

Sitio Web: http://www.uncaus.edu.ar/
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Programa de formación de dirigentes

El Sindicato Argentino de Docentes Particulares, en convenio con el Instituto Santafesino de Políticas Públicas, ofrece como capacitación gratuita para todos los interesados, el Programa Nacional de Formación de Dirigentes y Fortalecimiento Institucional que está organizado por el Instituto Nacional de Capacitación Política.

El Programa Nacional de Formacion de Dirigentes y Fortalecimiento Institucional esta compuesto por diferente modulos que abarcan una diversidad de tematicas, todas las cuales brindan un importante aporte de conocimientos, permitiendo adquirir las herramientas necesaria para interpretar y comprender la realidad politico y social.

objetivos
Formación de Dirigentes y Cultura Democrática.
Reafirmar la conciencia e identidad nacional.
Fomentar la cultura cívica, la participación y la responsabilidad ciudadana.
Inculcar los valores de la república y la defensa de sus instituciones.
Reconstruir el vínculo entre el ciudadano y la política.
Acercar herramientas para interpretar y actuar la realidad política y social.

destinatarios
Miembros de organizaciones sociales, sindicales, empresariales, profesionales, universitarios y aquellos ciudadanos comprometidos con la idea de reconstruir el vinculo con la politica, a partir de reafirmar la participacion y la responsabilidad ciudadana.

EXPOSITORES
Claudia Bernazza
Paula Biglieri
Fernando Marín
Guillermo Moreno
Gloria Perelló
Julián Portela
Diego Roger
Miguel Rossi
Ricardo Rouvier
Armando Valcarce

CRONOGRAMA
Clases 2010 – Viernes, de 18 a 20 horas

09 de abril CLASE ESPECIAL Ricardo Rouvier
16 de abril HISTORIA DEL PENSAMIENTO Miguel Rossi
23 de abril ESTADO Y DEMOCRACIA Guillermo Moreno
30 de abril EL ARTE DE GOBERNAR Fernando Marín
07 de mayo ECONOMÍA PARA EL DESARROLLO Armando Valcarce
14 de mayo HISTORIA DEL PENSAMIENTO Gloria Perelló
21 de mayo ESTADO Y DEMOCRACIA Diego Roger
28 de mayo EL ARTE DE GOBERNAR Fernando Marín
04 de junio ECONOMÍA PARA EL DESARROLLO Armando Valcarce
11 de junio HISTORIA DEL PENSAMIENTO Paula Biglieri
18 de junio ESTADO Y DEMOCRACIA Julián Portela
25 de junio EL ARTE DE GOBERNAR Claudia Bernazza

Se entregarán certificados emitidos por el Incap y el Ministerio del Interior de la Nación, a quienes cumplan con el 70 % de asistencia a las conferencias.


Antedecentes de formación política


Escuela de Gobierno “Arturo Jauretche” - PJ Capital

PROGRAMA- CURSOS ASISTENCIA OBLIGATORIA

Herramientas Básicas de Gestión Gubernamental I

Módulo I Normativa de la Ciudad

Módulo II Administración Financiera y Control

Módulo III Poderes del Estado

Módulo IV Acceso a la Información

Módulo V Planificación Estratégica

Herramientas Básicas de Gestión Gubernamental II

Módulo I Análisis del Presupuesto

Módulo II Compras y Contrataciones (incluye Obra Pública)

Módulo III Planeamiento Urbano

Módulo IV Responsabilidad de los Funcionarios

Módulo V Control Gubernamental


Herramientas Básicas de Gestión Gubernamental III

Módulo I Obras y Servicios Públicos- Medio Ambiente

Módulo II Sistema Electoral y de partidos políticos

Módulo III Habilitaciones y Verificaciones

Módulo IV Teoría del Estado

Módulo V Descentralización

En general cada Módulo tiene una duración de 2 clases de 3 horas cada una. Total: 90 horas.
A continuación de este curso se desarrollaran ciclos de especialización sobre Salud, Educación, Planeamiento Urbano, Tránsito y Transporte, etc. Estos cursos tendrán una duración de 1 año cada uno.

La ley natural es la que posibilita la democracia



Por Javier Úbeda Ibáñez

La ley natural pertenece al orden del ser; pertenece, pues, al orden de las realidades objetivas, de la ciencia. En otras palabras, la ley natural no es objeto de votaciones. La democracia es una forma de gobierno buena –sin duda la mejor y más deseable en nuestro contexto cultural– fundada, al igual que otras formas lícitas, en la ley natural. Es esta ley la que posibilita la democracia, porque la democracia se basa en la naturaleza del hombre y de la sociedad. Porque la democracia se funda en la ley natural, cuando de ella se separa, se corrompe y se transforma en esa corruptela que es la demagogia.

Una ley democráticamente establecida, si es contraria a la ley natural, es una injusticia y una tiranía (en realidad, no es democracia sino demagogia). Cuando hablamos de totalitarismos, de opresiones, de abusos de poder o de tiranía, tenemos una especial tendencia a imaginarnos a una persona o grupo minoritario de personas que impone la fuerza, la violencia –la injusticia en otras palabras– a la gran masa de la población. Y olvidamos que todo ello puede ser ejercido igualmente por un Parlamento o por una mayoría. Negar esto, conceder a la democracia el carisma creador de la justicia y de la moral, es trastocar los términos del problema y manipular el término democracia, dándole un sentido que no es el propio.

Democracia es, propiamente, nombre de forma de gobierno. Forma, no contenido. Se refiere a la forma de acceder los gobernantes al poder, a la forma de dictar las leyes, a la forma de controlar el ejercicio del poder. Pero la forma no altera el contenido. Cuando afirmamos que las leyes positivas deben ser conformes a la ley natural aludimos a su contenido, y ello es válido, tanto para la ley dictada por un gobernante, como para la aprobada por un Parlamento o la establecida por referéndum o plebiscito. A todas las leyes, cualquiera que sea la forma de su establecimiento, es aplicable que deben ser justas. No sólo el gobernante puede ser injusto, también lo puede ser el pueblo en su conjunto.

La democracia, no menos que el gobierno personal, está sometida a la ley impresa en la naturaleza. He ahí el radical sinsentido de someter a votación normas o principios de Derecho natural. El divorcio democrático, el aborto democrático o una no menos democrática discriminación racial, serán democráticos, pero no dejarán de ser sinrazones, asesinatos e injusticias, y más que democráticos habrá que llamarlos demagógicos.

Nuevo Encuentro, 5-9-10

Compromiso cristiano en Política


Por Mons. Miguel Esteban Hesayne, obispo emérito de Viedma

El Concilio Vaticano II denunció un solo pecado: el dualismo de la Fe y la vida. Es la incoherencia de llamarse cristiano y hasta de participar en ceremonias religiosas y concurrir a la Misa Dominical y luego pensar y obrar sin tener en cuenta el proyecto de Dios sobe la vida de cada persona. Esto acontece, principalmente, cuando se trata de la Política.
Más de uno pensará que es un tema reiterativo. Ciertamente lo es. Sin embargo, sigue vigente la urgencia de tratarlo.

Si el Papa Pío XI, hace casi cien años, ha afirmado que el quehacer político, en el cristiano, es un supremo acto de caridad cristiana, ¿cómo es que sigue, todavía, en los bautizados católicos la indiferencia al compromiso político.? Más aún, existe una mayoría católica que piensa que la política es sucia. Y no pocos que entienden que “hacer política” significa buscar su propio interés o el “acomodo” o tener la suficiente habilidad para ganarse votos a su favor.

Es preciso, entonces, proseguir una constante mentalización en las comunidades cristianas sobre el valor humano- cristiano del quehacer político como lo viene haciendo el Magisterio de la Iglesia Católica.

Por eso, Pío XII además de numerosas recomendaciones sobre el compromiso político en sus alocuciones, trata el tema nada menos que en una Encíclica sobre la Democracia. Y Paulo VI sorprende con la admirable Encíclica Populorum Progresio y otros lúcidos documentos de su pontificado cuya motivación abierta al compromiso del laicado cristiano a la actividad política queda explícita para la evangelización del mundo moderno. Así es claro y terminante el nº 70 E.N. citado, más de una vez, en estas Homilías: “Su tarea primera e inmediata- refiriéndose al laicado cristiano- no es la institución y desarrollo de la comunidad eclesial-esa es función específica de los Pastores- sino el poner en práctica todas las posibilidades cristianas y evangélicas, escondidas pero activas en las cosas del mundo. El campo propio de su actividad evangelizadora, es el mundo vasto y complejo de la política…”

Juan Pablo II ha dedicado al tema social político tres Encíclicas y numerosas referencias al compromiso político en sus Discursos y Catequesis.

Actualmente y en forma reiterativa Bendicto XVI recuerda la misión cristiana de laicas y laicos coherentes con la Fe Cristiana en siguientes términos:

“Corresponde a los fieles laicos -dijo- mostrar concretamente en la vida personal y familiar, en la vida social, cultural y política, que la fe permite leer en modo nuevo y profundo la realidad y transformarla”.

“Los fieles laicos deben participar activamente en la vida política, de manera siempre coherente con las enseñanzas de la Iglesia, compartiendo razones bien fundadas y grandes ideales en el proceso democrático y en la búsqueda de un consenso amplio con todos los que se preocupan de la defensa de la vida y de la libertad, la custodia de la verdad y del bien de la familia, la solidaridad con los necesitados y la búsqueda necesaria del bien común. Se necesitan políticos auténticamente cristianos, pero sobre todo fieles laicos que sean testigos de Cristo y del Evangelio en la comunidad civil y política. Esta exigencia debe estar claramente presente en los programas educativos de las comunidades eclesiales y requiere nuevas formas de acompañamiento y apoyo por parte de los pastores. La pertenencia de los cristianos a las asociaciones de fieles, a los movimientos eclesiales y nuevas comunidades, puede ser una buena escuela para estos discípulos y testigos, sostenidos por la riqueza carismática, comunitaria, educativa y misionera de estas realidades”.[1]

Según el Magisterio de la Iglesia Católica, los Pastores han de formar al laicado en los valores políticos humanos-cristianos y los laicos los han de poner en práctica desde “saber votar de acuerdo al Evangelio de Jesús” hasta ejercer la función política como servicio de”Caridad Cristiana”. Es decir ser testigos del Amor.

Miguel Esteban Hesayne
[1] Discurso de Benedicto XVI al Pontificio Consejo para los Laicos Roma 21.05.2010

Nuevo Encuentro, 5-9-10

Ideología y juventud

ONU-MÉXICO: CONFERENCIA MUNDIAL DE LA JUVENTUD.

Por P. Juan C. Sanahuja

Con la publicación de la Declaración de Guanajuato por parte del Foro de los Gobiernos, concluyó el 27 de agosto, en esa ciudad de México la Conferencia Mundial de la Juventud. Previamente el Foro Social había dado a conocer su Documento de Posicionamiento de la Reunión Global de ONGs. (Vid. NG 1049, 1050).

La Declaración de Guanajuato es una versión maquillada del Proyecto de Declaración oficial que se manejó durante la Conferencia. Pero esta Declaración, que -según los organizadores de la Conferencia- orientará las políticas de juventud de la ONU de ahora en adelante, por muchos arreglos semánticos que se hayan introducido en los proyectos que la antecedieron, es un nuevo instrumento de reingeniería social anticristiana siguiendo la línea marcada, sin ir más lejos, por el Foro de la Juventud 2001 (vid. NG 442, 443; vid también NG 558).

Si bien la Declaración incorpora a la familia diciendo que se reconoce “la necesidad de desarrollar políticas y leyes que apoyen mejor a la familia, contribuyan a su estabilidad”, añade, “y (que) tomen en cuenta su pluralidad de formas”. Pluralidad de formas de familia es un eufemismo que esconde el reconocimiento de las pseudo familias formadas por homosexuales.

En el texto se decide: “Establecer políticas públicas que garanticen el acceso de las personas jóvenes a la salud sin discriminación e incrementar la calidad y cobertura de los sistemas de salud y servicios de atención a la salud, incluidos aquellos para la sexualidad y salud reproductiva, reducir la mortalidad y morbilidad maternas, e impulsar la prevención, atención, tratamiento y asesoría para las personas jóvenes con el fin de detener y revertir la diseminación del VIH y el SIDA, las enfermedades de transmisión sexual, tuberculosis, malaria y otras enfermedades, incluidas las enfermedades no contagiosas” (n. 14) Es decir, en el lenguaje de la ONU: anticoncepción, aborto, distribución de preservativos.

Se decide también en el documento, “mejorar la calidad y pertinencia de los planes de estudio en todos los niveles y orientar los programas educativos hacia el desarrollo integral de las personas jóvenes para que incluyan: educación intercultural, cívica y para la paz, solidaridad, formación en derechos humanos, formación para el desarrollo sustentable, educación integral sobre la sexualidad humana, promoción de la equidad de género y el empoderamiento de las mujeres (…)” (n. 9). Es decir, perspectiva de género, aborto, anticoncepción, y todo esto bajo el paraguas de los Objetivos del Milenio para el Desarrollo.

Alguno podría pensar que la inclusión de la palabra “integral” (educación integral sobre la sexualidad humana), asegura ciertos límites frente a los programas pervertidores sobre sexualidad. Pero, en este lenguaje, ¿qué significa “integral”?.

Teniendo en cuenta que las ONGs -como es tradicional en los foros internacionales- anticipan y explicitan las políticas de los gobiernos, el significado de educación integral sobre la sexualidad humana se aclara en el Documento de Posicionamiento de la Reunión Global de ONGs, que dice en el n. 5 del apartado Salud: “Reconocer plenamente los derechos sexuales y reproductivos de las personas jóvenes, particularmente el derecho a decidir, mediante el acceso universal a servicios de salud sexual y reproductiva, que sean confidenciales y propicios para los jóvenes, incluyendo acceso a una educación de la sexualidad integral basada en información científica, en contextos formales y no formales. Implementar intervenciones efectivas clave en la atención a la salud materna, incluyendo acceso a una gama completa de anticonceptivos y aborto seguro”. Por si fuera poco, cabe recordar que las palabras “basada en información científica”, en este lenguaje quieren decir libre estereotipos y de principios culturales y/o religiosos y así se califica todo argumento que se oponga al pansexualismo de la ONU.

Entre otros temas, en la Declaración de Guanajuato los gobiernos se comprometen a “promover el papel que desempeña el Movimiento Mundial de la Juventud para la Alianza de Civilizaciones”. La Alianza es un instrumento para la imposición del relativismo moral, el igualitarismo religioso, y la descristianización global, (vid. entre otros NG 889).

Se da por descontado que la próxima Asamblea General de la ONU aprobará el documento, convirtiéndolo en una guía para implementar políticas dirigidas a los jóvenes.

No se debe perder de vista que las ONGs, por definición de Kofi Annan, son el superpoder político y religioso. Hace tiempo que alcanzaron una posición de privilegio para contrarrestar la oposición de algunos países a las políticas de las Naciones Unidas (vid. NG 326).

Así, como es lógico por las ONG representadas oficialmente en Guanajuato, el Documento de Posicionamiento de la Reunión Global de ONGs es mucho más radical que la Declaración del Foro de los Gobiernos. En él, a lo largo de 16 páginas, amparadas en las Metas u Objetivos del Milenio para el Desarrollo, las ONGs exigen: derechos sexuales y reproductivos, con servicios de aborto seguro confidenciales para los jóvenes; reconocimiento legal de las “minorías” LGTB (lesbianas, gays, transexuales, bisexuales); políticas que prevengan y educación que aborde “la violencia de género (incluyendo a quienes son transexuales), y a la violencia por razones de identidad sexual”; etc. En resumen, las ONGs presentan allí un programa completo de ataque al orden natural, de perversión de los derechos humanos y de depravación sexual.

NOTICIAS GLOBALES, 29-8-10