DON BOSCO

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"BUENOS CRISTIANOS Y HONRADOS CIUDADANOS"

Pobreza e inequidad

El resultado de la inequidad

Los países con más inseguridad son aquellos que tienen mayor inequidad, aquellos en que hay más diferencia entre el 10 por ciento más rico y el 10 % más pobre de la población. Esta inequidad se mide con el coeficiente de Gini, un número entre 0 y1. El cero se corresponde con la perfecta igualdad (todos tienen los mismos ingresos) y el uno con la perfecta desigualdad (una persona tiene todos los ingresos y todos los demás ninguno).
Canadá o Suiza, donde la gente deja las puertas de su casa y de su auto sin llave, tienen menos de la mitad del coeficiente Gini que la Argentina, donde las últimas mediciones de 2007 registran un promedio del 0,49, cercano al de la mayoría de los países latinoamericanos.
Las cifras y la experiencia de otros países no dejan lugar a dudas: la violencia es el precio de la injusticia social. El determinante de los niveles de violencia social es la diferencia de ingresos entre ricos y pobres.
Es clara la correlación entre el aumento de homicidios y otros delitos y las grandes diferencias de ingresos en las sociedades más violentas. La evidencia proviene de estudios internacionales en países desarrollados y en vías de desarrollo. Las sociedades con mayor inequidad se caracterizan por tener relaciones sociales muy conflictivas: más homicidios, más crímenes, menos confianza, menor participación en la vida comunitaria, más discriminación.

(Extractado de: La Nación, 8-9-08)

No es sólo es el día a día lo que preocupa. La economía -en faz esperanzadora en estos últimos años- viene deslizándose, en el largo plazo, por una pendiente menesterosamente positivo en lo económico y dramáticamente negativa en lo social.
La preocupación por nuestro largo plazo exige recordar que el PBI por habitante, en 33 años, ha crecido a la tasa anual acumulativa del 0,6 por ciento; el bajo progreso de la productividad es medida elocuente de la escasa capacidad para resolver conflictos y mejorar la calidad de vida. En estos 33 años, mientras el número de las personas que sobreviven debajo de la línea de la pobreza se multiplicó por diez, la población total no alcanzó a duplicarse. Hoy, doce millones de habitantes integran la marginalidad, que es más joven que el promedio de la población y más fértil que el promedio de la sociedad: desafío del futuro.
Escenario a largo plazo de la equidad: el Coeficiente de Gini ha pasado de 0,36 en 1974 ( primer mundo), a 0,49 en 2007 (subdesarrollo). Ninguna política se puede diseñar honestamente sin tener en cuenta ese telón de fondo, aunque su mención resulte incómoda.

(Extractado de: Carlos Leyba, Debate, 6-9-08; p. 30)