DON BOSCO

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"BUENOS CRISTIANOS Y HONRADOS CIUDADANOS"
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EL CENSO 2022

 

 CONFIRMÓ LA CAIDA DE LA FECUNDIDAD

 

NOTIVIDA, Año XXIV, Nº 1350, 18 de marzo de 2024

 

El 14 de marzo el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) publicó los indicadores de fecundidad elaborados a partir del Censo que se llevó a cabo el 18 de mayo de 2022. El promedio de hijos nacidos vivos por mujer (1,4) coincide con los datos adelantados en Notivida Nº 1349.

 

Destaquemos que los números ofrecidos en el último boletín se corresponden con el Anuario de Estadísticas Vitales del 2022, mientras que el INDEC “difunde la posibilidad que ofrece el Censo 2022 de poner de relieve la fecundidad total o acumulada de las mujeres”.  Por otra parte, mientras que el anuario estadístico consigna una estimación de la población femenina, entre 15 y 49 años, de 11.561.088, el censo ajustó esa proyección a 12.382.860 mujeres. El Censo permite, además, adecuar a la realidad el lugar de residencia de las madres, lo que implica variaciones en la fecundidad por distrito.

 

Recordemos que para que la población se mantenga estable ese indicador debe ser 2,1. Con un promedio de hijos por mujer de 1,4 -que es el que menciona el INDEC- la población va decayendo y sus efectos son cada vez más visibles.

 

El Censo muestra la drástica reducción de la fecundidad adolescente, pero esa fecundidad no depende de la cantidad de embarazos adolescentes, como los medios en general consignan, sino de los nacidos vivos de madres adolescentes. Es decir, si en un año todas las adolescentes que quedan embarazadas abortan la fecundidad es 0.

ANDREA LUTTI

 


 “Hay intereses detrás de estas ideas neomalthusianas para reducir la población del planeta”

 

AdelanteEspaña, Febrero 27, 2024

 

Andrea Lutti casada desde hace 16 años es madre de 6 hijos entre los 3 y los 15 años. Pertenece a la asociación Familias Numereosas de Madrid que acaba se sacar una muy importante campaña que con el título «Salvemos al planeta: Ten más hijo» reivindica el matrimonio, la familia y la natalidad.

 

Javier Navascués la entrevista para infoCatólica y por su interés reproducimos fragmentos de la misma

 

¿Por qué Familias Numerosas de Madrid ha lanzado está campaña en favor de la natalidad?

 

Llevamos un tiempo observando que tanto en prensa como en campañas publicitarias (estoy pensando en concreto en una de Burger King de hace un par de años) se insinúa o incluso se dice abiertamente que tener hijos contamina. Se está extendiendo un pesimismo feroz sobre la idea de formar una familia y tener hijos. Desde la Asociación de Familias Numerosas queremos lanzar un mensaje a la sociedad afirmando todo lo contrario, que tener hijos es un regalo y además contribuye a la sociedad y por supuesto al bien del planeta.

 

¿Por qué consideran que nada mejor para salvar el planeta que tener más hijos?

 

En primer lugar hay que plantearse para qué queremos cuidar del planeta si no es para disfrutarlo nosotros y las generaciones venideras. No hacemos más que escuchar mensajes alarmistas respecto a todo lo que contaminamos: viajar en coche o en avión, la carne, la leche y ya lo último que tener hijos contamina. Que si la huella de carbono…

 

Nos infunden un miedo terrible que nos paraliza. Ante este panorama tener hijos es un mensaje de esperanza, de creer en el futuro, de considerar nuestro planeta como un hábitat digno para tener hijos y que disfruten de él en el futuro.

 

Además en las familias numerosas todo es sostenible, vamos muchos en un solo coche, y vivimos con austeridad y sin consumismos: todo lo reutilizamos y reciclamos desde la ropa hasta los libros y los juguetes. Además del capital humano valiosísimo que aportamos a la sociedad.

 

¿Por qué no es cierto que sobra población?

 

Por supuesto que no, eso es completamente falso. Es más, todo lo contrario en Europa estamos viviendo un invierno demográfico que amenaza el estado del bienestar, puesto que si no nacen niños no hay el capital humano necesario para mantener a las personas mayores, entre otras cosas.

 

Pero hay intereses detrás de estas ideas neomalthusianas que promueven todo tipo de prácticas para reducir la población del planeta. Para la supervivencia de la humanidad en el planeta han sido refutadas en distintas ocasiones, por ser erróneas además de hacer pronósticos desmedidos que nunca se han cumplido.

 

¿Qué pretende en el fondo la ideología neomalthusiana?

 

Reducir la población para que las élites vivan mejor, a pesar de que sus teorías se han refutado en varias ocasiones y ninguno de sus pronósticos ha resultado ser ni remotamente cierto, esta ideología ha tenido una nueva acogida entre las élites políticas y culturales. La clase dominante ha comprado la idea de que en la Tierra viven demasiadas personas y que la reducción de la población es necesaria para salvar el planeta de la contaminación que generamos. Para ello inventaron la Agenda 2030 que impone su ideología ecologista, entre otras, mientras ellos viajan en sus jets privados.

 

Lo que no tienen en cuenta es que aunque la población crece también evoluciona el ingenio humano, la tecnología y la ciencia que hace posible salvar obstáculos que en el pasado parecían imposibles. Al final parece que las élites dominantes y privilegiadas quieren un planeta con cada vez menos personas a las que puedan dominar y controlar fácilmente para su propio beneficio.

 

Y la baja natalidad de algunos países occidentales les está condenando a su fin…

 

Estamos atravesando un invierno demográfico del que resultará muy difícil salir con consecuencias catastróficas para nuestra sociedad y el estado del bienestar. A pesar de tener los ejemplos de países nórdicos que ya han tocado fondo y se dan cuenta de la necesidad de revertir el problema, España sigue sin hacer nada. Es más el gobierno pretende aprobar una Ley en la que las familias numerosas pasemos a ser algo prácticamente residual y a extinguir. En lugar de premiar a aquellos que tienen más hijos, con ayudas compensatorias, acceso a vivienda, facilidades de conciliación parece que se nos castiga.

 

Lo de la parejita parece propio de otra época porque la tendencia luego fue a tener un solo hijo y ahora solo mascotas…

 

Efectivamente, en la campaña hemos querido jugar un poco con esas frases un poco estereotipadas de diversas generaciones para hacer pensar y remover un poco las consciencias. Aunque son tópicos, refleja la forma de pensar de muchas personas. Es más, en la Comunidad de Madrid a día de hoy hay más mascotas que niños. Por eso les lanzamos esta pregunta-reto, ¿Y porqué no más hijos?

 

Sin embargo las familias numerosas sois un ejemplo luminoso frente a esta tendencia antinatalista. ¿Por qué el ejemplo es la mejor manera de defender una idea?

 

Yo creo que las familias numerosas desprendemos una alegría, entusiasmo, esperanza únicos y eso es algo que todo el mundo quiere. Aunque evidentemente tenemos malos momentos, peleas y desgracias, como todo el mundo, siempre decimos que en las familias numerosas las alegrías su multiplican y las tristezas se dividen. Así que cuando la gente nos ve, muchos piensan, yo también quiero algo así. De hecho, muchas familias numerosas relatan anécdotas de personas que les paran por la calle con frases tipo “Yo también quería una familia grande, pero no me animé” o “A mí me hubiera gustado otro más” o bien “ Como mola, tenéis un equipo de futbol”

 

¿Hasta que punto es clave hoy que alguien mantenga viva la llama de la familia y la apertura a la vida?

 

Es fundamental que lancemos a los jóvenes que van a formar familias un mensaje de esperanza! De que merece la pena casarse y tener hijos. Además de ser bueno para la sociedad, al final la familia es lo que nos llena como personas, donde realmente nos sentimos a gusto y somos nosotros mismos. En este momento en el que hay tanta soledad, individualismo, egoísmo las familias somos oasis de vida, de paz, compañía y alegría para sus miembros y para el resto de la sociedad.

 

¿Qué reacción y frutos esperan de esta campaña?

 

Pues queremos generar debate y conversación en las calles, en los colegios, en los trabajos, en las familias… Que la gente se replantee todo aquello que nos hacen creer y nos tratan de imponer desde las élites y empiece a formar la familia que desea y anhela de verdad.

 

También que los políticos nos escuchen y empiecen a legislar favoreciendo la natalidad. Especialmente el actual gobierno que trabaja en una nueva Ley de Familias con un claro sesgo ideológico y sin escuchar nuestras necesidades reales.

LA JUSTICIA ARGENTINA

 


 niega el cambio de nombre en los registros de bautismo para las personas trans

 

Que no te la cuenten, abril 21, 2023 

 

Alba Rueda es un activista trans; es decir, un ser que tiene próstata pero que se «auto-percibe» mujer.

 

Se ha desempeñado como subsecretaria de Políticas de Diversidad dentro del denominado «Ministerio de la Mujer, Géneros y Diversidad» (2020-2022) para, luego, ser promovida al cargo de Representante Especial de Argentina sobre Orientación Sexual e Identidad de Género del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto.

 

En 2019, luego de lograr su cambio de nombre en el documento nacional de identidad, solicitó al Arzobispado de Salta, por medio de la ley de Habeas data, que también se modificase el libro de Bautismo, con la finalidad de que allí su nombre impreso en el alma por el primero de los sacramentos, fuese cambiado.

 

La Iglesia, siguiendo las disposiciones eclesiales actuales se negó a modificar el nombre y sólo accedió a anotar en nota marginal que «xxx Rueda», por disposición legal argentina, poseía ahora el documento con el nombre de «Alba».

 

Dado que esto no fue suficiente para este activista, el caso se judicializó, recibiendo una negativa de parte de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil y, en el día de ayer, otra negativa por parte de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, órgano superior en este país (el fallo, que sienta un precedente, puede descargarse de aquí: https://www.quenotelacuenten.org/wp-content/uploads/2023/04/RUEDA-FALLO-CIV-061637_2018_CS001.pdf).

 

En síntesis: que las leyes cambien en Sodoma no transforman a la Iglesia en vasalla.

 

Que no te la cuenten…

 

P. Javier Olivera Ravasi, SE

ARTE, FE E IRREVERENCIAS

 


POR AGUSTÍN DE BEITIA

 

La Prensa, 02.04.2023

 

A nadie puede sorprender a esta altura el desparpajo con que se presentó otra vez una exposición de arte blasfema en un país de tradición católica como el nuestro, ni el consentimiento tácito de las autoridades. Estas ofensas desembozadas no asombran ya porque son moneda corriente otras formas más sibilinas de socavar esa fe y el orden social que de ella surge. Pero el desparpajo de unos y la anuencia de los otros, en todo caso, avanzan, atropellando cualquier posible pataleo, con la seguridad de que no hay quien se oponga y la certeza de que el periodismo, llegado el caso, reinterpretará luego las cosas a su favor.

 

Esto es lo que sucedió la semana pasada cuando las obras injuriosas hacia Nuestro Señor Jesucristo y Su Madre expuestas en el rectorado de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo), fueron reducidas a añicos por un pequeño grupo de creyentes.

 

Esa rebelión es un signo de hartazgo que debe haber sido registrado. Así lo sugiere el hecho de que rápidamente se pusiera en marcha una operación de control de daños del sistema, a cargo de un coro periodístico que salió, como si fuera una sola voz, a convencernos de que el problema de todo el asunto era la intolerancia… de los católicos.

 

De la prensa sistémica no podía esperarse otra cosa que un silogismo estrafalario. No podía esperarse, ciertamente, que se indignara contra una muestra feminista. Y esto por la sencilla razón de que, bueno, es sistémica, y está tomada por esa ideología hasta el tuétano.

 

Esta ideología se ha vuelto una latosa clave de lectura que todo lo impregna, desde libros hasta películas, desde la cobertura de la actualidad hasta la revisión de hechos históricos, con el apoyo de los medios de “cretinización” de masas que la repiten con machacona insistencia.

 

Lo último que podía esperarse de esa misma prensa es que se escandalizara ante las gravísimas ofensas a la fe de los cristianos que expresaban dos de las obras en particular, creación de la artista mendocina Cristina Pérez. Una de ellas representaba la Crucifixión, aunque con un cuerpo de mujer desnudo y con cabeza de burro invertida, nada menos que en plena Cuaresma y con el Viernes Santo a la vista. La otra era una repugnante injuria a la Santísima Virgen María que no merece descripción.

 

Los periodistas no se detuvieron en esa ofensa porque no quieren interesarse en ellas y, aunque quisieran, tampoco están ya en condiciones de entenderlas. Algo que pudo verse con cruda evidencia en los hechos que tuvieron lugar en Mendoza.

 

“UN EXORCISMO”

 

Aquellos periodistas menos ideologizados que se ocuparon del tema, pobres, no atinaron a describir lo sucedido. Uno de ellos, al intervenir en uno de los programas radiales de mayor audiencia, balbuceó que un grupo de católicos autoconvocados había celebrado “una suerte como de misa (sic) en latín y de rodillas”, aunque minutos después refirió lo ocurrido como “un exorcismo”. Pero, más allá de esta discrepancia, se percibía una mezcla de estupefacción y anonadamiento en su comentario que parecía auténtica. Como aquel que ve algo así por primera vez.

 

Solo algunos refirieron que se había rezado un Rosario, pero lo más repetido fue que se trató de un exorcismo protagonizado por “fanáticos”, que luego la emprendieron contra las obras al grito de “Viva Cristo Rey” y “Viva la Virgen”.

 

Lo cierto es que, de Santa Misa, no hubo nada. Apenas una oración de liberación -tampoco un exorcismo- que pronunció un ex sacerdote, para quitar de ese lugar al demonio que había llevado a la blasfemia institucional.

 

La breve oración, que sí se pronunció en latín y con algunas personas de rodillas, fue: “In nomine Iesu, praecipio tibi, inmunde spiritus, ut recedas ab hac creature Dei” (En nombre de Jesús, te mando, espíritu inmundo, que te alejes de esta criatura de Dios).

 

No hay que esforzarse demasiado para darse cuenta de que todo -desde la ofensa artística hasta el reclamo por carta de miles de católicos escandalizados, y desde las oraciones hasta la reacción vehemente y apasionada de quienes se lanzaron a detener el ultraje con sus propias manos-, todo giró en torno a la fe.

 

Y no es de extrañar que así fuera porque el feminismo bajo el cual se había organizado la exposición 8M Manifiestos Visuales, está regido por el pensamiento anticristiano. Es el orden cristiano, por mucho que se lo quiera llamar patriarcal, el que les molesta y quieren cambiar.

 

Lo habían admitido los creadores de las obras, según consignaron los mismos medios. El objetivo era exponer obras con "una mirada crítica” sobre la sociedad patriarcal en busca de una "transformación social y política".

 

También lo admitió en las propias barbas del periodismo la artista de la polémica, Cristina Pérez. Ella dijo que, con su obra titulada El velorio de la cruz quiso mostrar de qué manera, positiva o negativa, "la Iglesia ha influenciado en nuestras vidas y en nuestro accionar como mujeres, en lo que determina nuestros comportamientos, que ha generado tanta desigualdad”.

 

Al periodismo le molesta la irreverencia ante el arte manifestada por los católicos porque no le molesta la mucho más grave irreverencia ante Dios, único que merece reverencia. Y esto es así por su propia incapacidad de levantar la mirada a los Cielos, por no tener temor de Dios o, todavía por algo anterior a eso: la mera incomprensión del fenómeno religioso.

 

LA CUESTION RELIGIOSA

 

Por todo esto la prensa sistémica no supo reflejar el verdadero corazón de la polémica, que era una cuestión religiosa. O, más bien, lo escamoteó a sus audiencias a las que suele embrutecer. Como también escamoteó toda valoración estética.

 

Porque, además de blasfemas, las obras en cuestión eran de una fealdad extravagante. Una bazofia que debería ofender, aunque más no fuere, la más elemental sensibilidad estética. Esto debería haber generado un debate sobre el arte mismo y sus impostores, que tanto abundan en el arte contemporáneo.

 

Pero no. Las contorsiones que hicieron los medios de cretinización de masas para ocultar estas dos realidades, les permitieron meterse de lleno en los destrozos, para así reducir toda la controversia a un asunto de libertad de expresión. Evitando, otra vez, hablar sobre los límites de esa libertad de expresión.

 

Planteadas las cosas en esos términos brutalmente reduccionistas, solo era cuestión de tiempo hasta que surgiera -como surgió- la esperada comparación entre la indignación católica y la ira iconoclasta musulmana, o incluso la comparación entre la indignación católica y el tiroteo de hombres enmascarados y armados con fusiles, en el semanario satírico francés Charlie Hebdo, por una sátira sobre Mahoma.

 

Menudo ejercicio de elongación intelectual de nuestro periodismo. Que en el ataque a Charlie Hebdo hayan actuado terroristas y que se haya segado la vida de doce personas resultó, al parecer, apenas un detalle que no menoscaba la comparación para estos paladines de la honestidad. Tal es el tipo de lindezas que pueden esperarse de nuestro equilibrado y siempre sosegado periodismo.

 

Un periodismo que olvidó hace rato lo que es la irreverencia, el inconformismo, la independencia de criterio y la rebelión, para entregarse sumiso a los dictados de la corrección política. Dictados que lo obligan a estar unas veces de un lado y otras del otro, sin reparar en coherencias ni honestidades.

 

Así, por ejemplo, las palabras que brillaron por su ausencia en esta exposición blasfema de Mendoza fueron “anticatolico” o “cristianofobia”. Pero si una obra de arte ofendiera a los judíos, el periodismo obediente clamará de inmediato por el caso flagrante de antisemitismo.

 

Del mismo modo, las preguntas que suscitó la presente muestra de arte en el periodismo, tales como si los indignados católicos ya habían sido identificados o detenidos, si serían juzgados apropiadamente, si la artista ganará con facilidad un juicio en tribunales, o si estas reacciones ponen en juego la libertad de expresión, son todos interrogantes que en una hipotética ofensa contra el judaísmo se convertirían, ipso facto, en su exacto reverso.

 

La cuestión pasaría a ser si la artista ya fue identificada, si ya fue arrestada, si perderá el juicio y si deben consentirse estas ofensas a un pueblo perseguido, cuando no surgiría la acusación de nazi.

 

Pero no hay que suponer, tampoco, ante ese hipotético caso, que todo se debe a una preferencia religiosa. Las coordenadas que guían al periodismo son otras: son el poder y el dinero. Por eso tanta preocupación por saber el valor económico de las obras de arte destruidas, o la posibilidad de que el seguro pague a la artista, o cuánto podría sacar en un juicio. El encuadre es horizontal, mundano, y sobre todo ubicuo. Nada más alejado de cualquier irreverencia.

 

LA UNIVERSIDAD

 

Si esto vale para el periodismo, poco podía esperarse, al parecer, también de la casa de estudios que albergó la muestra.

 

Rápida para pedir un sumario administrativo con el fin de investigar la presunta participación de docentes y alumnos en la destrucción de las obras de Pérez, se ha hecho notar en estos días lo lenta y desinteresada que fue en el pasado cuando los agresores fueron otros. El caso que se menciona es de 2018 y se hace constar que nadie fue sancionado por destruir una imagen de la Virgen María que estaba en el predio de la universidad, un daño efectuado bajo consignas laicas y feministas.

 

Pero no es tampoco la primera vez que algo así ocurre en el país. La blasfemia de Cristina Pérez, fácil modo de abrirse camino en el arte, sigue la misma línea de otro artista irreligioso como León Ferrari, tan celebrado por el periodismo, y cuya icónica obra es La civilización occidental y cristiana, que representa a Cristo crucificado sobre un avión de guerra estadounidense.

 

Ferrari levantó ampollas en el 2004 con una retrospectiva que fue considerada blasfema incluso por el entonces cardenal Jorge Bergoglio, quien sin embargo desalentó las expresiones públicas de fe en torno al Centro Cultural Recoleta en desagravio. Claro que el contenido de esa exposición terminó calando hondo en la agenda pública, que es lo que se espera que ocurra en todos los casos.

 

El desparpajo crece. En 2019 una imagen de la Virgen Milagrosa que era expuesta en el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, en la ex ESMA, fue cubierta con un pañuelo verde, emblema de la campaña por el aborto.

 

Y un año antes, el entonces ministro de Cultura porteño Enrique Avogadro recibió fuertes críticas por comer una porción de torta que tenía la forma del cuerpo de Cristo y que estaba expuesta en la Feria de Arte Cotemporáneo Argentina (FACA).

 

Nos vamos acostumbrando. El año pasado la blasfemia contra la Virgen María se expresó en el Teatro Colón, en una adaptación del oratorio Theodora de Handel.

 

La complicidad entre artistas, autoridades y medios de “cretinización” de masas, empuja los límites de lo que es tolerado, como sucede con todas las ideologías que buscan una ingeniería social.

 

En esta atmósfera aplastante que respiramos a diario, viciada de ideología, provocaciones impunes, embrutecimiento y pensamiento único, no puede esperarse otra cosa que más letargo y más pérdida de la fe.

NATALIDAD

 


La Prensa, 12.04.2022

 

Señor Director:

 

Según las cifras oficiales, en 2020 nacieron 533.299 argentinos. El 14,7% menos que los 625.441 nacidos en 2019. En 2014 nacieron 777.012 argentinos. Es decir que en 6 años (2014 a 2020) la natalidad disminuyó el 31,4%. La tasa de natalidad fue en 2020 de 1,55 hijos por mujer.


Además, ese año 50.000 argentinos dejaron el país para radicarse en el exterior y sólo 46.000 se radicaron en la Argentina. Es la primera vez en la historia que nuestro saldo migratorio es negativo.


La causa de este derrumbe es la furibunda promoción de la cultura de la muerte de los gobiernos de Cristina F. de Kirchner, Mauricio Macri y Alberto Fernández. Léase promoción de la contracepción, ideología de género, píldoras abortivas (aborto químico), aborto no punible y completa legalización del aborto. Todo gratuito para la usuaria, pagado con nuestros impuestos.

 

Jorge Scala  

DNI 22.888.517­

FUERTE CAÍDA

 

DE LA FECUNDIDAD Y DE LA NATALIDAD EN EL PAÍS


NOTIVIDA, Año XXI, Nº 1283, 5 de abril de 2022

 

 Argentina se va a ir despoblando.

 

Por Mónica del Río


Notivida, 5-4-2022

 

La Tasa Global de Fecundidad (TGF) es el número de hijos que en promedio tendría cada mujer al final de su vida reproductiva. Para que una población se mantenga estable en el tiempo, sin disminuir su volumen, la TGF debe ser 2,1 (bajo el supuesto de mortalidad constante y ausencia de migración).

 

La TGF de Argentina es 1,54 para 2020, si bien no hace mucho que descendimos del nivel de reemplazo poblacional (2,1), la caída fue abrupta desde el 2014, año en el que comenzó a disminuir drásticamente el número de nacimientos. La TGF en Argentina cayó un 35% entre 2014 y 2020, más de lo que disminuyó entre 1980 y 2014.

 

Hemos descripto ya algunas políticas públicas que cooperaron con este descenso:

 

En 2014 el Ministerio de Salud de Cristina Fernández incorporó el implante subdérmico (anticonceptivo de larga duración orientado a adolescentes y jóvenes) a la canasta de medicamentos que se distribuye a través del programa Remediar. Ese mismo Ministerio -con el “apoyo técnico” de la filial local de la IPPF- redactó en 2015 el Protocolo de aborto.

 

En 2017 el gobierno de Cambiemos implementó el Plan ENIA para reducir el embarazo adolescente (consejerías en salud sexual, anticoncepción y aborto). En 2018 Macri abrió el debate legislativo sobre aborto y si bien no prosperó, produjo un cambio cultural que aumentó la demanda. Simultáneamente la ANMAT aprobó el uso del misoprostol como abortivo y poco después autorizó su venta en farmacias.

 

Durante el 2020 Alberto Fernández paralizó todo menos la llamada “salud reproductiva”. A poco de comenzado el confinamiento estricto Juan Carlos Escobar, coordinador del área de adolescencia del Ministerio de Salud, anunció que el acceso a métodos anticonceptivos y al aborto eran "servicios esenciales" que quedaban fuera de las restricciones impuestas por el Covid.

 

El próximo año podremos observar el impacto que la Ley de aborto –impulsada por Fernández y sancionada a fines de 2020- tiene sobre los indicadores de fecundidad y natalidad. Y a eso se sumarán después los combos abortivos (mifepristona + misoprostol) que comienzan a utilizarse y las nuevas formas de distribución de los insumos de “salud reproductiva” para cumplir con lo que el Fondo de Población llama la garantía del “último tramo”, es decir, la llegada eficaz de los insumos a la usuarias.   

 

Evolución de la fecundidad en Argentina

 

La tasa global de fecundidad cayó un 55% entre 1980 y 2020, pero, como anticipamos, ese descenso fue mucho más marcado a partir del 2014.

 

La TGF de Argentina es similar a la de Cuba, donde descendió a 1,52 en el 2020, con la diferencia de que en la Isla el promedio de hijos por mujer está por debajo del nivel de reemplazo desde 1978. La caída en Argentina es mucho más acelerada. Por otra parte, la densidad de población de Cuba es 6 veces mayor a la nuestra.

 

También es análoga a la de los países europeos que, siendo menos extensos, implementaron políticas para fomentar la natalidad, pero acá sólo hay “políticas de género”.

"LOS MISMOS QUE SE ENZARZAN CON LOS ANCIANOS MUERTOS



preparan la ley de eutanasia”


Eulogio López
Hispanidad, 24/06/20

Las crónicas fechan la conversación en la persecución de los cristianos llevada a cabo por Juliano el Apóstata: cuando un ciudadano fiel al imperio, hoy diríamos un ciudadano constitucional, como Pablo Iglesias, mismamente, y con muy mala leche, se dirigió a un cristiano en estos términos:

-¿Y qué hace vuestro carpintero de Nazaret?

A lo que el cristiano respondió:
-Esta preparando un ataúd para el emperador Juliano.

Muy cierto porque, entre otras cosas, es lo que suelen hacer los carpinteros: ataúdes. Y, en cualquier caso, Dios nunca tiene prisa. Incluso se deja perseguir porque el perseguidor siempre acaba en la fosa, mientras Dios vive para siempre.

Por tanto, tranquilos, no hemos podido caer más bajo… lo cual implica que, a partir de ahora, sólo podemos subir.

Pero, en el entretanto, podemos y debemos escuchar este trozo, menos de dos minutos, de quien es, en mi modesta opinión, la voz más autorizada del episcopado español, la del obispo de Alcalá, Juan Antonio Reig Pla. Una verdadera homilía-editorial que lleva por título el “regreso de los bárbaros”.

Monseñor Reig Pla aseguraba días atrás que el vandalismo creado tras la desgraciada muerte de George Floyd era mucho más grave que el mismísimo coronavirus. Es una batalla de síntomas sobre la crisis profunda de la verdad y de la inteligencia, que no se atreve a buscar la verdad.

Un detalle: hay otra violencia peor que la física: ridiculizar el mensaje de los profetas que se atreven a romper con lo políticamente correcto y la violencia que supone el marginar, silenciar y ridiculizar a cualquiera que ose contradecir los dictados del Nuevo Orden Mundial (NOM).

Buen resumen de nuestros tiempos, donde caminamos cuesta arriba, hacia la parte alta del trampolín desde el que daremos el salto.

Mientras, los mismos que se enzarzan con los ancianos muertos preparan ahora la ley de eutanasia.