dejar morir a los ancianos
fuera de los hospitales
Infocatólica, 1-4-20
Si hace unos días las
noticias sobre el desprecio a la vida de los mayores venían de Holanda, hoy son
de Bélgica. Sociedades utilitaristas en las que la extensión y aceptación de la
eutanasia provocan que directivas para «priorizar» a las personas jóvenes sobre
las mayores no sean mal vistas.
La Sociedad Belga de
Gerontología y Geriatría ha enviado una circular a los médicos que ejercen en
residencias para la tercera edad de todo el país en la que les indica que en
caso de contagio por coronavirus de alguno de los residentes no lo trasladen a
un hospital, sino que privilegien la administración de cuidados paliativos en
la misma residencia.
Como detalla Enrique Serbeto
en ABC, la noticia ha pasado por las páginas de los diarios belgas con escaso
revuelo, porque esta es una sociedad acostumbrada ya a la eutanasia como una
fórmula cada vez más popular de terminar de pagar impuestos, aunque en las
actuales circunstancias ha suscitado cierto debate entre la profesión médica.
La Sociedad Belga de
Geriatría explica que la disposición que ha trasladado a los médicos concierne
a los residentes más débiles, para los que se considera que el coronavirus
puede ser fatal. La profesora Nele Van Den Noortgate, del Hospital
Universitario de Gante (en la región flamenca) ha explicado que para estos
pacientes de edad avanzada con COVID-19 «no podemos hacer nada más por ellos en
los hospitales que proporcionar buenos cuidados paliativos, que también pueden
tener en las residencias. Llevarlos al hospital para que mueran allí sería
inhumano». La recomendación se dirige también a las familias de los pacientes
que tienen problemas mentales (alzheimer) o que están tan débiles que se puede
esperar que vayan a fallecer a lo largo de este año.
Van
Den Noortgate ha asegurado que a su juicio, «en el caso de estos pacientes, el
tratamiento hospitalario puede prolongar la vida, pero ofrece pocas
posibilidades de recuperación», mientras que si se mantiene a los ancianos
enfermos en las residencias, se evita la sobrecarga de los hospitales.
En este escenario, muchos
ancianos belgas pueden estar viviendo aterrorizados ante la perspectiva de
resultar infectados, porque en su caso eso equivale directamente a la muerte.
La cuestión se ve de distinta manera en Flandes, donde el número de contagios
por coronavirus ha sido mucho mayor y los hospitales están más saturados, que
en Valonia o en Bruselas, donde la situación todavía es comparativamente menos
grave.
Benjamin Thorekens, que dirige una residencia en Mons cree que las
indicaciones no eran necesarias: «no veo por qué estas personas que están en
una casa de reposo no deberían ser hospitalizadas si su condición lo requiere».